VIDEO. Ola de frío: cómo mantener el calor dentro de las viviendas

Hay que dejar entrar la luz solar de día y cubrir las ventanas al atardecer. Las divisiones interiores son claves. Consejos de seguridad.

PROTAGONISTAS. La salamandra es hoy una de las opciones más elegidas para calefaccionar las viviendas. PROTAGONISTAS. La salamandra es hoy una de las opciones más elegidas para calefaccionar las viviendas.

Frazadas y más frazadas. Dos pares de medias. Té o café a cada rato. Ayer fue el día más frío del año y los tucumanos tuvimos que recurrir a todos los recursos a mano para no sufrir una sensación térmica que estuvo por debajo de los cero grados. Las heladas prometieron llegar para quedarse varios días, y con ello se instala la pregunta: ¿cómo podemos mantener el calor dentro de la casa sin gastar demasiado y que sea de una forma segura?

Si bien la calefacción es una opción común, existen estrategias simples y efectivas que pueden ayudar a mantener caliente la vivienda sin depender exclusivamente de aparatos como estufas o convectores.

La arquitecta Florencia Caminos, magister en Gestión Ambiental, remarca que un aspecto clave a considerar son las ventanas. “Es importante que tengan persianas y cortinas para detener el paso, en este caso del frío, a través del vidrio”, sostiene.

Es clave cerrar las cortinas y persianas cuando ya no entran los rayos solares. Antes, es bueno iluminar los espacios del hogar naturalmente ya que esto puede marcar una diferencia en la temperatura ambiente interno. El uso de alfombras también puede ayudar porque actúan como un aislante adicional, evitando que el frío del suelo penetre en el hogar.

“Las divisiones interiores de la vivienda van a generar una mejor prestación del artefacto que esté calefaccionando un espacio. Las escaleras y las dobles alturas también hacen menos eficiente que se caliente el lugar”, remarca la arquitecta. Y comenta que en la actualidad la salamandra ha vuelto a tener un gran protagonismo dentro de la decoración y de la funcionalidad en el hogar.

“Cada vez la piden más por el hecho de que no consume gas natural ni electricidad y se mantiene con leña, que también tiene su precio pero la gente la prefiere. La clave aquí es cómo uno coloca el tubo de la salamandra, que es el que va dando el calorcito y hace más eficiente la distribución. Por ejemplo, uno lo puede hacer pasar hasta el segundo piso. Además, ahora viene un producto que se llama pellets, que se hace con residuos de la madera, que está reemplazando el carbón y dura más tiempo”, resalta.

Lo ideal, según Caminos, sería pensar en la calefacción desde la construcción de una vivienda. En ese sentido, los materiales de las envolventes que se usen son fundamentales para retener por mayor tiempo el paso del calor o del frío a través de las paredes, por ejemplo. “En la cubierta es muy importante que haya una doble aislación; acá en Tucumán se le suele construir solo con una”, precisa.

Puntos críticos

Los expertos remarcan que una vivienda tiene puntos críticos sobre los cuáles hay que prestar especial atención para no perder el calor necesario y para lograr un confort interior: el techo en una vivienda es la zona por la cual se pierde la mayor parte del consumo energético ya que es la superficie más expuesta al clima exterior. El 40 % del calor que generamos se desperdicia por el techo. Los muros son los responsables del 30% el piso el 10% y las carpinterías, un 20%.

Este es un dato muy importante a tener en cuenta para ver cuáles son las superficies próximas al cuerpo: ver las paredes y ventanas, si están cerca o no de dónde juegan los chicos o de las camas.

“Es muy importante proteger la casa del ingreso del frío exterior y a su vez cuidar la energía que utilizamos para climatizarla”, comenta Federico García Zuñiga, consultor técnico de Andima, Asociación Nacional de Industrias de Materiales Aislantes. “Hay materiales específicos que ofrecen las mejores prestaciones de aislación térmica eficiente para la vivienda y mantener el calor interior: lana de vidrio, poliestireno expandido y poliuretano, por ejemplo. Si una casa es muy fría en invierno, es necesario aislarla térmicamente y así lograr confort, salud, y consumir menos energía en calefacción y aumentar el ahorro en la economía del hogar. Con aislación térmica eficiente se logra ahorrar hasta un 35% en el consumo total de energía y hasta un 70% en las facturas sobre la luz y el gas consumidos para climatizar un hogar”, detalló.

Para estar seguros

Hay quienes aconsejan aprovechar el calor residual del horno después de cocinar y dejar la puerta abierta para que ese calor se distribuya en el ambiente. ¡Pero ojo! el horno ya debe estar apagado en este caso. Es muy peligroso calefaccionar la casa usando las hornallas o el horno, remarca el ingeniero Mario Murillo, jefe de seguridad, higiene y medio ambiente de Gasnor.

Para ahorrar y ganar enseguridad, Murillo nos da algunas recomendaciones: lo ideal es calefaccionar con estufas u otros aparatos sólo aquellos ambientes donde haya ocupantes y a una temperatura razonable (18° C.). “Las estufas y los radiadores no deben taparse con cortinas ni muebles. De esta manera se evitan accidentes y se mejora el aprovechamiento calórico. Además, se aconseja utilizar el termostato para regular la temperatura adecuada en los espacios”, apuntó.

Otra recomendación: reducir las filtraciones de aire en puertas y ventanas usando burletes. Simultáneamente hay que controlar que haya una ventilación correcta. “No instalar calefones, estufas infrarrojas, catalíticas o de llama abierta, en baños, dormitorios o ambientes cerrados. Solo deben colocarse artefactos de tiro balanceado”, apunta.

Hay que tener mucho cuidado con los equipos de gas mal instalados o sin mantenimiento. También con los braseros encendidos durante la noche sin ventilación. En todos estos casos la familia está en riesgo. “Es necesario verificar que las instalaciones estén en correcto funcionamiento. Esto tiene que hacerlo un instalador matriculado, al menos una vez al año (se puede consultar en https://www.naturgynoa.com.ar/instaladores)”, sugiere.

Otro consejo que da Murillo es estar atentos al color de la llama del quemador de los artefactos (poner especial énfasis en el calefón): si es azul y de geometría uniforme, está bien. Si fuese rojizo amarillenta significa que está produciendo monóxido de carbono. En este caso, apagar el artefacto y hacer revisar el quemador por un instalador matriculado, concluye.

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