La elección entre correr rápido o correr lento puede ser una decisión importante para los corredores, ya que puede afectar su rendimiento, comodidad y riesgo de lesiones. Correr es uno de los ejercicios más efectivos para mejorar la capacidad cardiovascular, la resistencia y la eficiencia respiratoria, y debería estar incluido en la rutina deportiva de la mayoría de las personas. Ahora bien, hay muchas formas de correr. Una de las primeras dudas al empezar a correr es si debemos hacerlo despacio o a un ritmo más acelerado. Quizás lo más adecuado sea alternar ambos enfoques durante una misma sesión. Si quieres saber más, continúa leyendo.
Los beneficios de correr
Correr frecuentemente ofrece numerosos beneficios para la salud física y mental. En primer lugar, es uno de los pocos ejercicios que realmente involucra todos los músculos del cuerpo, mejorando su fuerza y resistencia.
Además, mejora la coordinación y el equilibrio general. Correr también es particularmente efectivo para mejorar la capacidad cardiovascular, ya que incrementa la frecuencia cardíaca y la respiración, fortaleciendo así el corazón y los pulmones.
Un beneficio del que se habló mucho en los últimos años es el impacto que tiene sobre nuestro estado de ánimo. Correr, al igual que otros ejercicios aeróbicos, estimula la producción de endorfinas, que son neurotransmisores que actúan como analgésicos naturales y ayudan a reducir el estrés y la ansiedad, y elevan nuestro estado de ánimo. Correr también incrementa el flujo sanguíneo al cerebro, lo que puede ayudar a mejorar la función cognitiva y contribuir a una mejor capacidad de concentración.
Un beneficio de correr con frecuencia que también debemos mencionar es la mejora del perfil lipídico al aumentar el colesterol bueno y reducir el malo. Además, fortalece el sistema inmunológico para combatir infecciones y enfermedades de manera más efectiva y acelera el metabolismo para una quema más eficiente de calorías.
¿Es preferible correr rápido o lento?
Tanto si optamos por correr rápido como si preferimos hacerlo de manera más pausada, disfrutaremos de todas las ventajas mencionadas anteriormente. Sin embargo, esto no quiere decir que ambas formas de carrera sean iguales, que aporten los mismos beneficios o que tengan las mismas contraindicaciones.
Los beneficios de correr lento
Quema de grasas: correr a un ritmo lento durante más tiempo es más efectivo para la quema de grasas que correr a un ritmo acelerado. El cuerpo empieza a utilizar las grasas acumuladas como fuente de energía después de 20 o 30 minutos de ejercicio continuo. Por lo tanto, para quienes buscan perder peso, correr lento durante períodos prolongados es ideal.
Reducción del estrés en músculos y articulaciones: correr a un ritmo más lento no somete a tanto estrés a los músculos y articulaciones, lo que reduce el riesgo de lesiones. Esto es especialmente importante para principiantes, personas con sobrepeso o personas con lesiones preexistentes. Correr lento también permite a los músculos adaptarse y optimizar el uso de energía, lo que puede aumentar la resistencia aeróbica a largo plazo.
Salud cardiovascular: aunque correr lento no aumenta tanto la frecuencia cardíaca como correr rápido, sigue siendo realmente beneficioso para la salud cardiovascular. De hecho, un estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology encontró que correr a un ritmo moderado, pero sostenido, reduce en un 30% el riesgo de mortalidad y en un 45% las causas cardiovasculares.
Los beneficios de correr rápido
Mejora de la capacidad cardiovascular: correr a alta intensidad mejora significativamente la capacidad cardiovascular y la salud del corazón. Además, correr rápidamente quema más calorías en menos tiempo. Por ejemplo, una persona de peso medio puede quemar hasta el doble de calorías corriendo a un ritmo rápido en comparación con correr lento durante el mismo período.
Eficiencia de tiempo: para quienes tienen un horario apretado, correr rápido puede ser una forma más eficiente de hacer ejercicio, ya que permite obtener beneficios significativos en menos tiempo. Una ventaja adicional de correr rápido es que puede acelerar el metabolismo, lo que contribuye a una mayor quema de calorías incluso después de haber terminado el ejercicio.