Soja: el margen bruto tradicional para esta campaña fue positivo

Los gastos sumaron cerca de U$S 700 mientras que el rinde medio dio U$S 930.

20 Julio 2024

“La sustentabilidad debe ocurrir en los planos económico, social y ambiental, siendo este último el driver en el largo plazo, ya que todos nos preguntamos qué mundo queremos, ¿un mundo en decadencia o uno sustentable, en el que no se vean comprometidas las necesidades de las generaciones futuras?”, señalaron Daniela Pérez, Virginia Paredes y Graciela Rodríguez, técnicos del programa Granos y de la sección Economía y Estadística de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), durante la charla sobre sistemas productivos sustentables en el XXVII° Taller de Variedades y Manejo de Soja, organizado por la entidad. “Para esto, es importante lo que hagamos con el carbono en la producción; sea aumentar su secuestro en suelo o disminuir las emisiones de CO2eq”, precisaron.

Un mundo sustentable requiere sistemas productivos en los que se haga un uso eficiente de los recursos y no se contamine, y en el que las prácticas agronómicas permitan un incremento en la biodiversidad, incorporando un diseño del paisaje que favorezca el desarrollo de agroecosistemas multifuncionales y rentables. “En este camino es fundamental el cuidado de la salud del suelo; en especial, en zonas de suelos frágiles, como el NOA, con alto riesgo de erosión hídrica y eólica. La siembra directa, las rotaciones, la intensificación de cultivos y, en la medida de lo posible, los planteos mixtos componen el paquete tecnológico recomendable”, puntualizaron.

Además, mostraron dos análisis. El primero, un margen bruto tradicional del cultivo de soja para la campaña 2023/2024, que resultó positivo, teniendo en cuenta un precio de soja de U$S 310 la tonelada y los gastos estimados para la campaña (U$S 430 por hectárea, desde barbecho a cosecha; U$S 100 por hectárea de gastos de administración y de estructura; U$S 120 por hectárea de arriendo, y U$S 49 por tonelada de flete; con un rendimiento medio de 3 toneladas por hectárea).

El segundo análisis mostró el margen bruto de un ensayo de larga duración, en el que se analizaron nueve años de producción de diferentes secuencias de cultivos de granos (monocultivo de soja, rotaciones 1:1 y 2:1 soja/maíz, con agregado o no de trigo y coberturas de gramíneas o leguminosas en invierno). Se puntualizó la importancia de valorizar la mayor cantidad de inputs y de outpus requeridos en la producción para obtener un balance. En este caso se expuso el impacto de no contabilizar entre los gastos la extracción de fósforo que realizan los cultivos de renta, y el nitrógeno que aportan las coberturas. “A largo plazo, los sistemas más diversos e intensificados fueron los de mayor margen o más rentables”, destacaron.

Para reforzar la conclusión, pero desde el punto de vista del manejo de carbono y de la reducción de emisiones de CO2, se mostró otro estudio. Este comparaba la huella de carbono (emisiones de CO2eq/t de grano) de diferentes secuencias de cultivos de granos vs. el monocultivo de soja. Se indicó que las prácticas, como la rotación gramíneas (maíz), leguminosa (soja) y otras que incrementen el rinde por hectárea o las que reduzcan las pulverizaciones y aplicaciones de fertilizantes nitrogenados producirán una menor emisión de CO2 eq por tonelada.

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