En tiempos de profunda crisis como el que estamos viviendo, las tareas solidarias suelen surgir como respuestas singulares que causan impacto y que se presentan como un ejemplo a seguir. Pero no se las suele visibilizar en un mapa que las integre y muestre la verdadera dimensión de la crisis y de las necesidades sociales, por lo que con frecuencia sus esfuerzos son quedan aislados y dependen prácticamente de la suerte para mantener el efecto benéfico de sus tareas. Sobre este aspecto de estas actividades se ha volcado la estrategia que encaró el Ministerio Público Fiscal, tal como se vio en el acto del miércoles con los poderes del Estado, empresarios, y unas mil asociaciones de la sociedad civil.
El organismo de la justicia llegó a este propósito a partir de los desafíos que se fueron dando como resultados de la lucha contra el delito: bienes secuestrados sobre cuyo destino se debía tomar decisiones, personas e instituciones involucradas en infracciones o bien multadas o castigadas judicialmente o sometidas a regímenes del tipo probation, de devolver pecuniariamente o con tareas sociales errores cometidos y reconocidos, para componer sus lazos sociales y reintegrarse a la comunidad. Así se fue organizando un programa para dar destino a esos bienes y a esas personas e instituciones, y allí surgió la búsqueda y registro de entidades dedicadas a la solidaridad y la organización de sus necesidades y de la forma de dar respuestas. Bienes recuperados del delito que fueron entregados a escuelas técnicas para llevar a cabo proyectos, o a comedores y merenderos para su utilización; dinero o materiales para diferentes instituciones, a partir del equilibrio entre lo que debían pagar o reponer los infractores y la cantidad de materiales o la necesidad que tenían las instituciones.
Más de 700 tareas y restituciones se llevaron a cabo, según los informes del Ministerio Público Fiscal. Pero sobre todo ha impactado la actitud de visibilización de esas actividades solidarias. En este sentido, el ministro fiscal hizo notar que con frecuencia se da a conocer informaciones sobre daños a la sociedad o de gente que saca provecho y lucro, pero que más importante sería dar a conocer lo que hacen quienes ayudan y hacen bien a la sociedad. Visibilizar. Por ello la propuesta se llamó “Ayudemos a los que ayudan”.
Así, en el encuentro del miércoles se han mostrado diferentes estrategias de tareas solidarias como la del bar “Juntarnos” o las actividades de entidades que dan de comer y ayudan en la recuperación de adictos, así como se han conocido duros testimonios de la difícil tarea de ayudar y de tratar de salir de la emergencia social. Lo cual lleva al convencimiento de que hace falta unión y compartir responsabilidades y proyectos, a lo cual han comprometido su participación diferentes estamentos del Estado y de la actividad privada, con la idea de dar un mejor sustento a esas entidades solidarias que lo dan todo por aportar un granito de arena a hacer mejor esta sociedad.