Publicó un video en Youtube, fue contratado por un club español y volvió a Belgrano para cumplir un sueño

Gastón Zalazar, de 28 años, fue una de las figuras del “patriota” que se consagró campeón de la Superliga. “Era una deuda que tenía pendiente”, confesó el base.

Publicó un video en Youtube, fue contratado por un club español y volvió a Belgrano para cumplir un sueño

Los clubes son semilleros. Algunas brotan; otras quedan en el camino. Sin embargo son lugares en los que muchos niños descubren una profesión que les apasiona; encuentran un oficio.

Lo descripto no sólo sucede en el fútbol, deporte que enorgullece a los argentinos. Es fácil enamorarse de la magia de Lionel Messi o de la gallardía de Diego Maradona. Sin embargo otros prefieren lanzar al aro antes que hacer un gol; prefieren a Emanuel Ginóbili sin menospreciar a los otros dos cracks.

Gastón Zalazar es uno de los que ingresa en este segundo lote. El base, de 28 años, se enamoró de los piques, las fintas y las bandejas en el parque de Belgrano. Y, de manera temporal, regresó a la provincia para devolverle un “poquito” de lo que el “patriota” le brindó a su vida. El basquetbolista se consagró campeón de la última Superliga que se disputó en la provincia; un gusto que quiso darse antes de retornar al Viejo Continente.

El base atraviesa uno de sus mejores años a nivel deportivo. Con la camiseta del Starlabs Morón de Sevilla consiguió el ascenso a la LEB Oro, segunda categoría del básquet español. No obstante Zalazar confiesa que el título con Belgrano tiene un lugar especial en su palmarés. “Si bien salí campeón en España, sentía la necesidad de volver al club y ver si podía salir campeón con mi familia cerca. Quería darle un abrazo a mi viejo, a mi hermana y celebrarlo con ellos. Por eso está vuelta a Belgrano tiene un sabor especial porque pude cumplir algo que me había quedado pendiente en su momento. Fue un doble festejo”, explica, mientras disfruta de los últimos días de estadía en la provincia. “El 9 pegó la vuelta para Sevilla; estoy ansioso por la nueva temporada”, señala.

La aventura de Zalazar por el Viejo Continente se inició en 2018. Claro; el base cuenta que siempre había barajado la posibilidad de emigrar, aunque en ese momento se presentó la oportunidad ideal para hacerlo. “Me fui con 21 años. En su momento fue un plan que organizamos con mi hermana, que tenía pensado emigrar a Francia y ya había sacado el visado. Justo coincidió que a mí me llamó el club Basket Cartagena. Lo bueno de todo eso es que estábamos juntos, aunque ella al año decidió volverse y yo me quedé”, dice. “Significó dejar todo y, sobre todo, cambiar muchos planes. Era empezar de cero. Pero lo que me facilitó mucho es que el club me daba casa y comida, algo que hacía que mi adaptación fuera mucho más fácil. Todo eso se sumaba al sueldo, lo que me parecía una oportunidad ideal para aprovechar”, añadió.

Publicó un video en Youtube, fue contratado por un club español y volvió a Belgrano para cumplir un sueño

Pero… ¿cómo hizo para que un club español decidiera ficharlo? La respuesta de Zalazar es simple: las redes sociales. “Estaba jugando en Anzorena de Mendoza, el torneo Federal. Ahí hice un video compilando mis mejores jugadas y lo mandé a todos los clubes de España para ver si tenía alguna oportunidad. Me acuerdo que lo subí a Youtube y largué 856 mails. Me acuerdo la cifra porque la mandé a toda España, ja. También envié un par de mensajes por Facebook. Así me contactó Cartagena; fue todo muy rápido porque en un mes ya estaba jugando en España”, explica. “Me acuerdo que mi viejo no dudó en apoyarme. “Te vas”, me dijo. Estaba muy contento porque era cumplir el sueño de jugar en Europa”, agrega.

Según Zalazar, la adaptación fue más sencilla de lo que pensó, aunque con el paso del tiempo apareció la nostalgia. “No me costó porque estaba todo muy relacionado al básquet. Hice amistades muy fuertes y eso permitió que la convivencia sea más amena. Sin embargo, cuando pasaron dos o tres años empecé a extrañar demasiado y quería volver como sea. Lo bueno es que lo supe controlar y me amoldé al estilo de vida”, dice.

En lo basquetbolístico, el base reconoce que el ritmo europeo es diferente al tucumano. Aunque asegura que no se trata de una cuestión de talento, sino de profesionalización. “Es un salto de calidad enorme. Tanto en lo táctico como en lo físico. Hay mucha diferencia porque la liga tucumana no es profesional. Allá los 12 jugadores de cada equipo están plenamente abocados al club. Tenés muchas sesiones de gimnasio por lo que te preparás de otra manera”, describe. “Se puede vivir muy bien en el ascenso. Es cierto que el sueldo depende de la trayectoria del jugador, pero la media está entre 1.000 y 1.500 euros. Eso te alcanza para vivir bien porque nos dan la casa y la comida. Es un sueldo limpio. Pero, aunque no te den esas cosas, también te alcanzaría para vivir en España”, agrega.

Zalazar se vio obligado a modificar ciertas características de juego. En palabras simples, dejó de ser encarador para convertirse en un lanzador. “Me acuerdo de que me costó al principio porque tenía que jugar contra equipos que tenían pivots de más de dos metros, y chocarme con ellos cada vez que hacía una bandeja. Eso hizo que tenga que perfeccionar los tiros de dos y de tres puntos. Es un arma que exploto demasiado”, comenta.

Una curiosidad del paso del base por la península ibérica es que pese a el español sea la lengua nativa, la mayoría de los planteles se comunica en inglés. “Hay muchos serbios, americanos, nigerianos. Son muy pocos los argentinos que juegan en estas categorías. Esa diversidad hace que tengamos que amoldarnos a esa lengua y todo es en ese idioma para que nos entendamos todos”, indica.

La distancia no impidió el contacto con sus seres queridos. “Ahora es más fácil porque la tercera es todo televisado, pero cuando estaba en cuarto era más complicado porque había clubes que sí lo transmitían y otros que no. Entonces era pedirlo para enviarle el link”, recuerda, mientras asegura que su padre siempre le realiza una que otra observación. “En más de una vez me enojé por lo que me decía pero con la mente en frío entendía que tenía razón”, confiesa.

Al referirse a su papá, Gastón asegura que fue la principal fuente de inspiración para dedicarse al básquet. “Me acuerdo que empecé a jugar porque vi unos recortes de mi viejo que salían en LA GACETA. En ese momento, él estaba jugando en Huracán BB con Rubén Solorzano y Mario Vildoza, y tenía un álbum con todos esos recuerdos. Él fue el que me inició en el deporte porque me enseñó a tirar. Así empecé a jugar a los 10 años en Belgrano que quedaba cerca de mi casa”, cuenta.

Zalazar, de este modo, dejó en claro que está cumpliendo un sueño. Sí; el base siente que es un privilegio dedicarse al básquet, aunque reconoce que todavía le restan algunos desafíos por superar. “Quiero mantenerme lo máximo posible en España. Pero también me gustaría tener una experiencia en la Liga Nacional”, cierra con la mirada fija en la red y con la expectativa de seguir anotando puntos. 

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