Nima Sarkechik, en dos monumentos de piano y orquesta

La Sinfónica de la UNT, dirigida por Roberto Buffo, aborda Grieg y Rachmaninoff.

PIANO ROMÁNTICO. El maestro franco-iraní eligió dos cumbres pianísticas. PIANO ROMÁNTICO. El maestro franco-iraní eligió dos cumbres pianísticas.
23 Agosto 2024

El Concierto para piano en La menor fue escrito por Edvarg Grieg a los 25 años, durante el verano de 1868, y refleja la satisfacción del compositor con su entorno, una apartada casa de campo en Noruega, donde vivía junto a su familia.

En 1897, en Moscú, Sergei Rachmaninoff tenía 27 años y era ya reconocido ampliamente en la esfera artística como una de las promesas sobresalientes del panorama musical del vasto imperio zarista. Entonces compuso el Concierto N° 2 en Do menor.

Hoy a las 21.30, en el segundo concierto del Mes de Grandes Pianistas de la Orquesta Sinfónica de la UNT, que dirige Roberto Buffo, se presenta como solista al pianista Nima Sarkechik, de visita una vez más en la provincia.

Sarkechik se graduó en el Conservatorio Nacional de Música y Danza de París, donde estudió con grandes maestros. A sus 40 años, su carrera incluye numerosos conciertos y recitales, en el escenario tanto francés como internacional. Sus conciertos representan también la oportunidad de honrar sus orígenes. Aparte de su carrera clásica hace música popular persa junto a los grandes maestros de la tradición iraní. Con Urban Brahms, su proyecto de cabecera, entabla un diálogo entre las manifestaciones culturales urbanas y la música clásica.

El maestro franco-iraní abordará hoy los dos grandes conciertos románticos para piano y orquesta, pertenecientes al gran tercer período sinfónico del romanticismo.

“Ambos conciertos son muy populares, preferidos por las audiencias de todo el mundo en cuanto al repertorio de piano y orquesta -señala Buffo-. Tienen el denominador común del romanticismo exacerbado con muy bellas melodías; están muy bien instrumentados porque ambos compositores eran excelentes intérpretes, así que escribieron de manera muy idiomática para el piano”.

“En ambos con conciertos el piano cumple un rol preponderante obvio, pero a la vez en los pasajes cantabiles de la orquesta actúa a modo de acompañamiento de la orquesta. O sea, se fusiona muy bien con la orquesta, y eso prueba la pericia de los compositores al conocer en profundidad las posibilidades del instrumento”, detalla.

El director destaca que en ambos casos fueron compuestos siendo sus autores muy jóvenes: “Grieg no volvió a componer otro concierto para piano y orquesta, pero sí Rachmaninoff. De todas maneras el segundo es su concierto más emblemático, más popular, y quizás el más sólido en cuanto a estructura”.

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