Darío Sand, el pilar en el que se apoya el sueño de San Martín de Tucumán: "Estoy disfrutando mucho de cada partido"

Con una racha de cuatro vallas invictas, el arquero correntino se erige como el baluarte que guía al equipo de Diego Flores hacia el triunfo.

TODO BAJO CONTROL. Darío Sand se lució bajo los tres palos en la victoria contra All Boys. TODO BAJO CONTROL. Darío Sand se lució bajo los tres palos en la victoria contra All Boys. Foto de Matías Nápoli Escalero/ESPECIAL PARA LA GACETA.

La figura del arquero es fundamental en el fútbol ya que sus atajadas pueden cambiar el rumbo de un partido. Evitar goles no sólo protege el marcador, sino que también infunde confianza al resto del equipo. La labor de Darío Sand fue determinante una vez más y aportó para que en Floresta San Martín de Tucumán pueda sumar una nueva victoria.

Mantener el nivel desde la primera fecha no parece nada sencillo y menos cuando quedan cinco finales por delante (seis si contamos una hipotética final contra el líder de la zona B).  El arquero correntino alcanzó su cuarta valla en cero de manera consecutiva; pero para lograrlo tuvo demasiado trabajo.

 A tan sólo cuatro minutos de iniciado el partido, Juan Orellana desvió un remate débil de Franco Toloza y el “1” se encontró con la pelota. 15 minutos después, el ex “santo” Santiago Gallucci Otero remató fuerte de derecha y a Sand le tocó despejar con los dos puños en una imagen que tranquilamente podría asociarse a la de un  superhéroe cuando intenta elevarse con su capa. Claro, más poderes de Sand llegarían durante el complemento.

Antes del cierre de la primera mitad recibió ayuda del arco que tanto protege: el poste devolvió el remate cruzado de Juan Pablo Passaglia.

“¡Sorprendió a Sand. Casi se le mete al arquero. Muy bien el capitán!”, exclamó el comentarista de la transmisión de TyC Sports al mencionar la jugada que se desarrolló promediando el complemento, un rato antes del gol de Iván Molinas.

Alexis Melo le ganó en velocidad por las bandas a Orellana y ejecutó un centro con dirección al arco. Esa acción obligó a Sand a meterse dentro dentro del arco para evitar el gol. “Me sorprendió, pero logré posicionarme bien, cerca de la jugada. Eso me permitió poner el cuerpo detrás de la pelota para evitar que entrara”, le dijo Sand a LA GACETA.

FELIZ. Sand no oculta su sonrisa en cada práctica con San Martín de Tucumán. FELIZ. Sand no oculta su sonrisa en cada práctica con San Martín de Tucumán. Foto de Carlos Oardi/LA GACETA.

El arquero récord de la Primera Nacional sonríe al rememorar esa jugada. Sobre todo porque ayudó a que San Martín pudiera quedarse con los tres puntos. El equipo de Diego Flores alcanzó los 70 puntos en la zona A y nuevamente estiró a siete la diferencia respecto al escolta San Martín de San Juan. Además, es el segundo equipo con menos goles recibidos (14), sólo uno por detrás de los sanjuaninos.

“Lo vivo satisfecho y con alegría. Estoy disfrutando mucho de cada partido, ya que todos son importantes. No sé si ‘distendidos’ es la palabra correcta, pero el clima en los entrenamientos es muy agradable”, aseguró Sand que la pasa a pleno en cada práctica.

Con ejercicios de reacción y evitando también cada disparo de sus compañeros, Sand explica los motivos que lo llevaron a transformarse en una especie de cerrojo para el arco de San Martín. “Me siento confiado en cada partido. Trato de entrenarme bien y de prepararme para llegar en las mejores condiciones. La situación actual del equipo contribuye a que eso se potencie”, analizó el arquero, que habla todo el tiempo con sus compañeros sobre la posibilidad que se les presenta en estas cinco fechas que restan jugarse.

La hipotética final de la Primera Nacional por el primer ascenso está a la vuelta de la esquina, pero Sand advierte que todavía falta. “Aunque se habla de eso, todos coincidimos en que debemos seguir esforzándonos por mantener la esencia de este equipo. No debemos relajarnos; todavía queda camino por recorrer”, avisó Sand, intentando bajar la espuma puertas adentro.

Festejar una victoria es fundamental en un deporte como el fútbol, ya que va más allá de simplemente celebrar el resultado. Se transforman en momentos de unión y de alegría, que fortalecen el espíritu de equipo y crean recuerdos duraderos. Justamente así lo vive Sand, que se suma a los festejos en los vestuarios y sigue de cerca por redes sociales cómo se vivió cada partido en “casa”.

“Las celebraciones en el vestuario son momentos que disfrutamos mucho con todos los chicos”, dijo Sand, que no deja de ver en su teléfono los impactantes recibimientos de la hinchada. “Disfruto más al ver las imágenes de La Ciudadela cada vez que jugamos de local”, agregó.

Dentro de dos meses se podrá hacer balance de cómo fue la temporada para San Martín. Hasta ahora es muy positiva, pero nadie piensa anticiparse al desenlace. A pesar de que falta para eso, Sand, el arquero sensación del torneo, se animó a elegir el partido que más le costó y la tapada que más satisfacción personal le trajo en esta temporada. “En el partido contra Ferro por la tercera fecha, me costó acomodarme después del gol de ellos”, dijo el correntino sobre el tanto de Mateo Levato. “Sin embargo, logré acomodarme durante el mismo partido”, añadió.

“Hay varias tapadas que me gustaron mucho. La doble atajada contra Patronato o una de las últimas contra Alvarado para sostener el resultado 1 a 0”, recordó Sand, que fiel a su estilo, ya tiene la mente puesta en el partido del domingo. “Cada juego es una final, como todos los que hemos estado jugando hasta acá. Debemos esforzarnos por ser nosotros mismos nuevamente y seguir aumentando la confianza del equipo”, concluyó el “1”, el sólido pilar en el que se apoya el sueño “santo”.

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