Más de medio millón de ciudadanos que habitan el aglomerado urbano están bajo la línea de pobreza y, de ese total, 152.828 personas no tuvieron los ingresos suficientes para alimentarse y, así, salir de la indigencia. Los datos revelados hoy por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) pusieron al aglomerado del Gran Tucumán en un nivel de deterioro de la situación socioeconómica de su población con un incremento de la tasa de pobreza más alta de las últimas dos décadas.
De acuerdo con el diagnóstico oficial, el 55,8% de las personas que habitan la zona metropolitana no pudieron costearse los gastos mínimos de alimentos y de sustento cotidiano y, por lo tanto, cayeron en situación de pobreza al cierre del primer semestre del año. Se trata de 515.458 casos, unos 137.780 más que en igual período del año pasado. La caída estrepitosa de los ingresos, tras la actualización de los precios de la economía que arrancó a mediados de diciembre de 2023, influyó en este crudo cuadro social que agobia a 126.294 hogares del distrito.
El índice de pobreza más cercano a los niveles que el Indec recolectó para la primera mitad de este año data del primer semestre de 2004, cuando alcanzó al 56,2% de la población tucumana. Como el resto de los distritos, la provincia buscaba entonces un piso de recuperación socioeconómica, después de una profunda crisis financiera, económica, social, política e institucional tras la debacle de fines de 2001.
En la actualidad, la economía argentina venía postergando los desequilibrios macroeconómicos, con una fuerte emisión monetaria que alentó el incremento del Índice de Precios al Consumidor (IPC). La llegada de Javier Milei a la Presidencia le puso un freno a aquella emisión, permitió la corrección del tipo de cambio (devaluación del peso) y la actualización de valores como el de los combustibles y el de las tarifas, que habían sido “pisados” por la gestión del justicialista Alberto Fernández. Como contrapartida, hubo un desfase respecto del salario, que no aumentó en la misma sintonía. Según el director del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), Agustín Salvia, la situación no es más crítica que en 2001-2002 porque la desocupación, que aumentó en los últimos meses, no es tan elevada como entonces, que estaba cerca del 20%. La Argentina atraviesa una recesión económica que ha dañado particularmente el consumo y encareció la canasta básica, aunque en los últimos meses la inflación se ha estabilizado en torno de un 4% mensual.
Factores
Hay varios factores que explican que la pobreza haya superado al 50% de la población argentina, con un fuerte impacto en lo que fue la clase media tradicional. El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) observó que el promedio de inflación mensual de alimentos en el primer semestre (9,4%) superó al promedio del primer semestre de 2023 (7,7%). Respecto al semestre anterior, producto del pico inflacionario de diciembre de 2023, provocado por el salto discreto de 118% del tipo de cambio, se experimentó una disminución: de 14,8% a 9,4%.
En cuanto al salario de los trabajadores no registrados, los más expuestos a la pobreza, se redujo un 29,5% en términos reales en la comparación interanual, mientras que en la evolución del salario mínimo vital y móvil se percibe un valor 28,5% menor que el primer semestre de 2023 y una retracción de 28,1% en relación al semestre inmediato anterior.
Lo que sí se ha tratado de reforzar es la cobertura social estatal. Por caso, indica el CEPA; la Asignación Universal por Hijo aumentó 22,5% en términos reales durante la primera mitad de este año, respecto de igual período de 2023. Paralelamente, se percibe una desmejora en la evolución real de los ingresos de la Tarjeta Alimentar: en el primer semestre de 2024 se reduce 3,8% respecto al primer semestre de 2023, sostiene el reporte del centro de estudios. La comparación da cuenta, además, de un incremento de más de 14,4% respecto del semestre inmediato anterior.
En cuanto a los planes sociales: el escenario muestra una reducción de su poder adquisitivo de 48,6% respecto al primer semestre de 2023 (como resultado del congelamiento del programa en $ 78.000). Con respecto al semestre anterior, el derrumbe alcanza 50,3%. Finalmente, la jubilación mínima (con bonos) muestra una desmejora interanual del 19,7% durante el primer semestre.