¿Por qué el agua me arruga la punta de los dedos y cuál es el beneficio de que eso ocurra?

Algo que suele ocurrir en las playas o piscinas y genera curiosidad en las personas.

¿Por qué el agua me arruga la punta de los dedos y cuál es el beneficio de que eso ocurra? ¿Por qué el agua me arruga la punta de los dedos y cuál es el beneficio de que eso ocurra? (Foto: El Observador)
23 Octubre 2024

Al estar en una piscina, playa o cuando tenemos las manos en agua por mucho tiempo, nuestros dedos se ven arrugados y esta situación genera un sinnumero de interrogantes en las personas. La ciencia explica por qué sucede esto y cuál es su beneficio.

A medida que la piel de la punta de los dedos comienza a arrugarse tras pasar varios minutos bajo el agua, el flujo sanguíneo en esa región tiene una caída significativa, tal y como revela un estudio realizado por los neurólogos Einar Wilder-Smith y Adeline Chow sobre el que se hizo eco BBC Future. Se arrugan de la misma manera que si se les aplicara una crema de anestesia local que cause que los vasos sanguíneos de los dedos se contraigan, tal y como pudieron comprobar después de realizar su experimento.

Dedos arrugados: cuál es el beneficio que nos otorga

El arrugamiento de nuestros dedos se produce gracias a nuestros nervios, quienes se encargan de preparar nuestro cuerpo para esta nueva superficie. ¿Por qué nos sucede esto? Según explica el neurocientífico y psicólogo de la Universidad Metropolitana de Manchester Nick Davis, para poder agarrar mejor los objetos bajo el agua. 

Para llegar a esta conclusión, Davis midió la fuerza que necesita una persona con las manos completamente secas para agarrar un objeto plástico y, posteriormente, hacía lo mismo con las personas que tenían las manos mojadas y arrugadas. Gracias a este experimento, el neurocirujano llegó a la conclusión que el primer grupo tenía que usar menos fuerza que aquellos que tenían las manos mojadas para manipular un objeto porque el agarre sobre el objeto era mejor.

Pero todo cambiaba bajo el agua. Después de esta primera prueba bajo nuestras condiciones, Davis y su equipo invitó a los más de 500 voluntarios a que metieran las manos bajo el agua. En cuestión de minutos, la fuerza de agarre de ambos grupos comenzó a disminuir a pesar de que sus manos aún estuvieran mojadas. No obstante, las arrugas incrementaron la fricción entre los dedos y el objeto, lo que les permitía aplicar menos fuerza para agarrar un objeto de manera segura. De esta manera, las arrugas de nuestros dedos nos facilitan el agarre de objetos mojados de la misma manera que la banda de rodadura de nuestros neumáticos nos ofrece un mayor agarre o la suela de nuestros zapatos nos permite una mayor adherencia al terreno en cuestión.

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