Un año de gobierno: la gestión de Jaldo bajo la lupa

Patricio Adorno y Luis Karamaneff analizaron los primeros 12 meses del Gobernador y los desafíos que afronta el mandatario.

DIÁLOGO. Jaldo supo tejer una sólida relación el presidente, Javier Milei. DIÁLOGO. Jaldo supo tejer una sólida relación el presidente, Javier Milei.

“Vamos a afrontar la conducción de la Provincia y no hay dudas de que son momentos difíciles, momentos de grandes desafíos, pero tenemos la responsabilidad institucional de asumir el rol que los ciudadanos nos han encomendado a través del voto”, dijo hace exactamente un año Osvaldo Jaldo cuando asumió como gobernador de la provincia.

Después de 12 meses, la gestión ha experimentado nuevos desafíos y oportunidades para el dirigente tranqueño. La reconfiguración del escenario nacional tras la llegada de Javier Milei a la presidencia de la Nación, el contexto económico y un nuevo capítulo en la interna peronista que parece reflotar sus viejas rencillas con el ex gobernador Juan Manzur aparecen como las principales temáticas con las que Jaldo tuvo que convivir en este tiempo

Para el licenciado en Ciencias Políticas Patricio Adorno el primer año de gestión de Jaldo estuvo marcado por una impronta de tomar todos los problemas y tratar de darles una resolución, mostrando una gestión activa, que no espera la demanda porque sale rápidamente a controlar y a sofocar los focos de conflicto. “Desde lo económico y financiero trató de adaptarse y prever los tiempos que se venían a partir de la agenda del Gobierno nacional electo pero también con los resabios de la interna con el senador nacional Manzur y que estuvo marcada por una de sus primeras medidas como la disolución de la Unrel con la baja de contratos”, aseguró.

Nace un liderazgo

Para Adorno, el Gobernador supo en su primer año de gobierno logar un “acomodamiento y toma real de posesión del cargo”, después de haber tenido que comandar, temporalmente, los destinos de la provincia cuando suplantó a Manzur por su nombramiento en la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación. “Vimos en este primer año de gestión un asentamiento de la figura de un gobernador que busca marcar una agenda propia y una forma de hacer política propia de los modos y de las maneras que tenía su predecesor”, aseguró el analista.

El docente universitario e integrante de la consultora Meraki indicó que en el plano nacional, lo más destacado de la gestión jaldista es la forma sostenida que tiene en la opinión pública el discurso y posicionamiento de que “primero están los tucumanos”, en el marco de las negociaciones con el Gobierno nacional. “Es un eje discursivo que al interior del justicialismo le trae algunos problemas, le trae algunos resquemores o resentimientos de la dirigencia más tradicional, pero que de cara a la sociedad se ve como un mérito”.

Este escenario, para el profesional también confeccionó un contexto particular donde Jaldo hoy no tiene un adversario político interno o externo que le discuta poder y sostuvo que parte de esto se debe a que con la toma de posición adoptada logró sacar de la agenda y la discusión a la oposición local.

Reflota la interna

Adorno declaró que la disputa que están protagonizando Cristina Fernández de Kirchner y el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, para conducir el Partido Justicialista (PJ) a nivel nacional terminó de acelerar los tiempos y puede representarle una complicación a futuro al mandatario porque el resultado del próximo 17 de noviembre puede afectar al PJ tucumano y eso le pondrá una presión que hoy no tiene. “A Jaldo, en términos políticos, le conviene no tener un PJ ordenado y verticalizado. Este esquema de atomización y de fragmentación de la representación justicialista le garantiza y le facilita mayor autonomía porque en el caso de que hubiera una tensión desde Nación hacia las provincias tendríamos que cerrar o desvincular algunas identidades del justicialismo y creo que es lo que Jaldo espera evitar con el apoyo que le dio a Quintela”.

¿Juego peligroso?

El doctor en Ciencias Políticas Luis Karamaneff describe al gobernador Jaldo como un dirigente que conoce a la perfección la dinámica de la política provincial y la relación que la provincia tiene con el gobierno central. Ante el contexto actual, el especialista aseguró que se registra una dinámica propia de la historia política de las provincias por la necesidad de alineación para obtener fondos y mantener las cuentas. “A Jaldo le toca gobernar en un escenario novedoso y él sigue jugando el mismo juego con el riesgo de que le hayan cambiado el tablero. En un punto, la alineación casi absoluta que ha planteado con Milei, le plantea un escenario riesgoso porque para él es muy costoso hoy si pretende mostrar autonomía en alguna votación. Él no negocia ley a ley como otros gobernadores, sino que prácticamente está alineado y vota en el mismo sentido que el bloque de La Libertad Avanza (LLA). Entonces mostrar cierta autonomía le puede llegar a resultar muy costoso porque a nivel nacional el Gobierno nacional lo puede identificar como un traidor y en el plano local, para algunos, es un traidor por haberse alineado a Milei”, afirmó.

A partir de este análisis, Karamaneff recordó que en los últimos días Jaldo hizo mención a esta situación y se comparó con su antecesor y el vínculo que Manzur mantenía con Mauricio Macri como presidente. “Hay diferencias en este sentido y la reforma prometida por Jaldo es un indicador. En la disputa de la interna peronista, el Gobernador está obligado a buscar disciplinar al peronismo en la provincia, porque a diferencia de lo que pasaba con Manzur hoy aparecen algunos indicios que demuestran que no tiene el consenso del partido para avanzar con ciertos temas. Hoy, la reforma está parada y eso es fundamentalmente por la propuesta de eliminar las colectoras. Además, otra cosa que todavía no está resuelta es la municipalidad de San Miguel de Tucumán, también en manos del peronismo, con un jugador importante por detrás”, declaró.

“El peronismo en Tucumán es el partido del orden. Y eso es muy útil para darle estabilidad, justamente eso, orden a la provincia, y es menos útil para transformarla”, subrayó.

Independientemente de las tensiones políticas actuales o futuras, el analista precisó que ese aspecto no es el principal escollo que afronta Jaldo al frente de la gobernación, sino “la falta de recursos”. “En un escenario con pocos recursos o mayor cantidad de recursos le facilitaría la resolución de la interna. Me parece que primero viene eso y después viene el resto”, aseveró.

Al ser consultado por el futuro del gobernador, Karamaneff no dudó en vaticinar que el porvenir de Jaldo está “atado al gobierno de Milei”. No sabemos todavía qué ocurrirá y cómo le irá a Milei. Capaz le va bien y no sabemos qué pase después, pero es como que indefectiblemente la suerte de uno está atada a la suerte del otro”, concluyó.

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