El reclamo universitario en torno al financiamiento del Estado nacional sobre las instituciones de educación superior se mantiene a lo largo y ancho del país con algunas dependencias tomadas, clases públicas y la posibilidad de una nueva movilización federal. En este contexto, la escalada entre la gestión gubernamental de Javier Milei y las universidades sumó un nuevo capítulo en torno a las auditorías a partir de que la Sindicatura General de la Nación (Sigen) remita una nota a la Universidad de Buenos Aires (UBA) para comenzar los trabajos de auditoría en esa casa de estudios.
En este escenario, Piera Fernández, presidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA), la entidad estudiantil más importante del país dialogó con LA GACETA y reconoció que el reclamo se mantiene vigente porque las respuestas del Gobierno nacional no llegan y eso pone en peligro al sistema universitario. Hoy, las miradas del movimiento estudiantil están puestas sobre el Congreso y el debate del Presupuesto 2025 que puede tener la llave que destrabe el conflicto.
-. ¿Cómo calificás la situación del reclamo universitario?
Estamos en una situación de resistencia, en el marco de un año que ha sido muy largo en relación a la lucha universitaria. Estamos llegando a un final de cuatrimestre donde nos queda un desafío pendiente que es el más importante de todos y tiene que ver con la discusión del Presupuesto 2025, donde el Poder Ejecutivo elevó una propuesta al Congreso que solo contempla la mitad de los fondos que las universidades precisan para funcionar el año próximo. La lucha de este año ha servido para garantizar la supervivencia. Después de la marcha del 23 de abril, el incremento en los gastos de funcionamiento nos permitió pagar las tarifas. Y esta lucha, luego de la movilización de octubre, nos permitió que el Gobierno reconozca que los salarios docentes y no docentes habían tenido una pérdida del poder adquisitivo mayor al de otros sectores, incluso, que el de otros trabajadores estatales, y ante esto haga una oferta del 6,8% y una garantía salarial que no hubiese estado si no luchábamos como sistema universitario. La lucha que desarrollamos logró también que el Presidente, que llegó al poder diciendo que iba a arancelar la universidad a través de bouchers educativos, diga que la universidad no será arancelada. Eso no es suficiente porque la universidad pública está afrontando una de sus mayores crisis en 41 años de democracia, pero luchar sirve y tenemos que dar la batalla que nos queda en el Congreso para que se apruebe un presupuesto que nos permita abrir las puertas y garantizar el funcionamiento de las actividades académicas, de investigación y extensión y que lo hagan en condiciones de dignidad.
-. ¿Cuáles son las expectativas sobre el Presupuesto?
Si bien hay enojo con el Congreso, a partir de que 84 diputados tomaron la decisión de darle la espalda a la universidad pública, yo creo que en ese día fatídico donde como argentinos vivimos una derrota, el Gobierno sufrió una derrota. Hubo 160 diputados que apoyaron a la universidad y eso no lo podemos soslayar porque ese compromiso es indispensable para el debate que estamos dando hoy sobre el Presupuesto. Además, tenemos que poner los ojos sobre el Congreso para que cumpla su verdadero rol. Este es un gobierno que ha definido como característica la intransigencia, definió como característica la soberbia, e incluso definió como característica el discurso violento. Hoy, más que nunca necesitamos un Congreso que cumpla su rol y sea capaz de equilibrar poderes y defina las prioridades del Estado. Entendemos que hay consenso mayoritario para que haya equilibrio fiscal, pero ese equilibrio no puede ser a costa de los argentinos porque cuando debatimos el modelo universitario discutimos el futuro de todos los argentinos. No solo de quienes hoy transitan sus aulas y buscan ese ascenso social en términos individuales, de tener un título para proyectarnos como profesionales, sino por lo que eso implica en términos colectivos.
Auditorías
-. ¿Cómo toman el avance sobre las auditorías?
El proceso de las auditorias es lo que corresponde con todos los organismos del Estados. Aquí, el gobierno intentó esbozar una estrategia de decir que las universidades no querían ser auditadas como una campaña de desprestigio para justificar el desfinanciamiento universitario. Esa es una mentira que instaló el gobierno porque nadie dijo que no quería ser auditado. El gobierno también miente cuando dice que las universidades no son auditadas. Están las auditorías internas, muchas ya realizadas por funcionarios que designa la Sindicatura General de la Nación (Sigen), los controles del Consejo Directivo Superior, los informes que se envían mensualmente a la Secretaria de Educación por parte de las universidades; inclusive la propia Jefatura de Gabinete de Nación califica a las universidades como los organismo más transparentes del Estado, sin embargo, esa transparencia debe ser profundizada. Yo espero que más allá de la discusión sobre la inconstitucionalidad que pueden llegar a tener o no las auditorias en manos de la Sigen creo que por fin el Gobierno avanzó en algo concreto para promover esas auditorias y espero que con esas auditorias venga el financiamiento.
-. ¿La universidad y el sistema universitario están en riesgo?
Sí, claro que está en riesgo. El modelo del sistema universitario tal cual lo conocemos está en riesgo y hoy se está viviendo no solo por la incertidumbre de cómo se desarrolla el cuatrimestre por las medidas de lucha y la falta de financiamiento, sino que hay carreras que no se están logrando abrir por falta de financiamiento. Hoy, sin lugar a dudas, está en riesgo el modelo universitario tal cual lo conocemos y ni hablar si no podemos garantizar un funcionamiento mínimo para el próximo año.