María Alejandra López no conoce límites. A sus 44 años, esta odontóloga tucumana, madre de dos hijas y corredora apasionada, logró lo que muchos atletas de ultra distancia sueñan: un tiempo clasificatorio para la Spartathlon, la carrera más importante del mundo en esta exigente disciplina.
Aunque su vida está lejos de girar exclusivamente en torno al deporte, trabaja más de 12 horas diarias. “Ale” encontró en las ultra maratones una pasión que cambió su vida. “Siempre me llamó la atención correr largas distancias porque quería saber qué pasaba con mi cuerpo y mi mente después de tantas horas. Es un desafío físico y mental, pero también una prueba de vida, porque uno no vive del deporte: hay que combinar el entrenamiento con los hijos, la casa y el trabajo. Eso me intriga y me impulsa”, cuenta en una entrevista con LA GACETA.
Corre desde chica, pero no fue hasta 2022 cuando incursionó en la ultra distancia con un enfoque más profesional, guiada por un entrenador. Su primera experiencia fue una carrera de seis horas en Termas de Río Hondo. “Me entusiasmó tanto que desde ahí supe que quería más”, recuerda. Desde entonces, los kilómetros y las horas de entrenamiento se volvieron parte de su rutina diaria, en la que también cuenta con el apoyo incondicional de sus hijas, de 23 y 15 años. “Ellas me ayudan muchísimo porque hay días en los que casi no nos vemos, pero siempre están pendientes de lo que hago y me alientan a seguir”, agrega.
Su hazaña más reciente fue en San Pedro, Buenos Aires, en una carrera de 12 horas que le permitió conseguir el tiempo necesario para soñar con Grecia. Sin embargo, la clasificación llegó de manera inesperada. “Me estaba preparando para mi debut en esta modalidad, pero en Santiago del Estero se suspendió la competencia. San Pedro fue una alternativa para no perder meses de entrenamiento. Fui sin expectativas, solo quería experimentar”, confiesa.
Durante la carrera, que se desarrolló en un circuito de apenas 950 metros de largo, María Alejandra corrió desde las 19 hasta las 7 de la mañana, enfrentando la noche, el cansancio y el desafío de mantener la mente enfocada. “En la madrugada tuve un bajón, porque el cuerpo te pide que pares. Pero ahí es donde la cabeza juega su papel más importante. Puse música alegre y traté de alejar esos pensamientos para seguir adelante”, indica.
El resultado superó sus propias expectativas: con más de 110 kilómetros recorridos, alcanzó el requisito para inscribirse en el sorteo de la Spartathlon, una oportunidad que define como un sueño.
¿Qué es la Spartathlon?
Es considerada la carrera de ultra distancia más prestigiosa y exigente del mundo. Inspirada en la leyenda del soldado griego Filípides, quien corrió de Atenas a Esparta en el año 490 a. C. para pedir ayuda antes de la batalla de Maratón, la competencia recrea ese histórico recorrido.
Con una distancia de 246 kilómetros, los corredores deben enfrentarse a un plazo máximo de 36 horas, sorteando montañas, climas extremos y los límites del cuerpo. En 2024, casi la mitad de los participantes no logró completar el desafío, lo que refleja la dureza de esta prueba. Clasificar no es tarea sencilla, ya que se requiere cumplir estrictos tiempos en carreras específicas y luego ganar un sorteo para obtener un lugar en la línea de largada.
Además de su familia, la odontóloga destaca a dos personas clave en su camino: Aldo Divarvaro, el primer entrenador que la introdujo al mundo de la ultra distancia, y Tysson Piñeiro, su actual coach uruguayo. “Ellos son mis referentes. Les debo todo lo que aprendí y logré hasta ahora”, dice agradecida.
Sin embargo, no todo es fácil en este camino. La falta de difusión y apoyo al deporte en Argentina y, sobre todo, en Tucumán, dificulta su desarrollo. “La ultra distancia no tiene mucha visibilidad. Aquí en Tucumán recién este año hubo una competencia de este tipo. Todo corre por cuenta propia: zapatillas, inscripciones, viajes, estadías… Es un deporte amateur que requiere mucho esfuerzo económico y, por lo tanto, sponsors que colaboren para cumplir estos sueños”, admite.
Ahora, “Ale” se prepara para una nueva aventura en enero: la Backyard Ultra, una carrera en la que los competidores deben recorrer un circuito de 6,7 kilómetros hasta que quede un solo corredor en pie. “Será la primera vez que corro en esta modalidad, y me entusiasma ver cómo responde mi cuerpo y mi mente”, dice.
Mientras tanto, su mirada está puesta en Grecia. “Poder estar en la línea de largada de la Spartathlon sería un sueño cumplido. Es la carrera más importante y exigente que existe. Solo llegar allí ya es un triunfo”, comenta con ilusión.
La historia de María Alejandra López es la prueba viviente de que los sueños se logran con esfuerzo, perseverancia y un corazón dispuesto a correr más allá de los límites. Desde Tucumán hacia el mundo, su ejemplo inspira a todos los que creen que, con pasión, todo es posible. (Producción periodística: Sofía Lucena)