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La estrategia de los defensores no dio resultados. Los detenidos acusados por haber agredido a un policía fueron acusados de robo agravado. A tres de ellos se les dictó la prisión preventiva y una cuarta continuará ligada al proceso en libertad. También se declaró en rebeldía al quinto sospechoso.
El domingo por la mañana, el agente Héctor Zárate fue enviado a un drugstore de Villa Carmela para que verificara si se realizando picadas. Se presentó al lugar y al intentar identificar a unos de los sospechosos, terminó siendo agredido por entre cuatro y cinco personas. Además sufrió el robo de su billetera, celular y arma reglamentaria. La Policía logró identificar a los supuestos autores. Después de haber realizado varios allanamientos, se presentaron ante las autoridades Cristian Burella y su hija Rocío Belén, Ángel Hoyos y el menor de edad A.A.M. En tanto que Matías Cazarla, el principal sospechoso, continúa prófugo. En la casa de uno de sus parientes encontraron la billetera con la chapa identificatoria del efectivo.
El auxiliar Pedro Landívar, siguiendo las instrucciones del fiscal Diego Hevia, solicitó que a los cuatro se los acusara de robo agravado por haber sido cometido en poblado y en banda. “Estamos ante un hecho grave porque los señalados no sólo atacaron a un efectivo policial que cumplía con su deber, sino que además le quitaron sus pertenencias”, destacó.
Los defensores Juan y Cristian Hermosa insistieron con su teoría del caso. Dijeron que el incidente se había registrado porque Zárate les pidió un soborno para no secuestrar la moto. También dijeron que no hubo ningún robo porque las pertenencias de la víctima se le habían caído y fueron los mismos acusados los que la entregaron. “Nuestros asistidos sufrieron severos castigos físicos en el traslado hacia el sur de la provincia, donde inexplicablemente fueron alojados”, denunciaron. “Le pidió plata a mi amigo para que no le llevara la moto. Él sospecho que lo estaba filmando, pero en realidad llamaba a la hermana de Cazorla para que le trajera los papeles. Ahí me pegó tres cachetazos”, declaró Hoyos. “Es cierto, yo reaccioné mal”, reconoció.
Landívar solicitó que a los dos mayores se le dictara la prisión preventiva por 45 días y que el adolescente fuera internado en el Instituto Roca por idéntica cantidad de días. En tanto que para la joven solicitó medidas de menor intensidad y el pago de una caución de $150.000. “Entendemos que ella durante algún momento quiso detener el ataque”, indicó el representante del Ministerio Público. Los defensores en cambio solicitaron que se los acuse de lesiones y que sean puestos en libertad.
El auxiliar fiscal solicitó además que se declare en rebeldía a Cazorla y que se profundice su búsqueda. Los Hermosa indicaron que el joven no se entrega porque teme por su vida. La jueza Ana María Iácono aceptó todo lo solicitado por el MPF.