17 Enero 2025
El parque 9 de Julio volvió a ser noticia por el robo de patos del lago San Miguel y el supuesto intento de cocinar un ganso a metros de la avenida Soldati. Si bien este hecho denunciado por el municipio fue negado por el trabajador informal acusado, estos episodios evidencian el poco apego a las normas, la falta de consideración ciudadana ante los espacios públicos y la desigualdad.
El hurto de animales, sin dejar de considerar su dimensión delictiva, desnuda problemáticas estructurales. ¿Qué lleva a los vecinos a robar aves? Más allá de las motivaciones individuales, esta situación puede estar reflejando que para muchos tucumanos, la necesidad y la desesperación ante la falta de ingresos que permitan costear una canasta básica pueden llegar a superar el respeto por lo público. El robo, claro está, también pone en jaque el bienestar de los animales, la vegetación del parque y la experiencia de los ciudadanos que buscan allí un espacio de esparcimiento.
El tema dio lugar a un debate en las redes sociales: el video en el que municipales aseguran haber encontrado al ganso sobre el fuego tiene más de 1.280 comentarios en la cuenta de Instagram de LA GACETA. “Me preocupa todo. En orden de prioridades, la gente que tiene hambre está primero. Luego también los animales del parque y los árboles. No hay culpables en esta escena, hay pobreza por todos lados”, escribió el usuario @untalbruno88. “Pobres bichos, la brutalidad humana es inmensa”, opinó la lectora @astrological_madness87.
Una de las medidas que ha decidido impulsar la Municipalidad es restringir el tránsito vehicular que se dirige al embalse. Si bien todavía no se conocieron más detalles sobre su implementación, parece un intento de mitigar los daños, pero cabe preguntarse si será una solución efectiva o un parche que ignora las causas profundas. El Ejecutivo anunció también que reforzará el personal de seguridad en la zona y se enfocará en el trabajo de concientización con educación responsable.
La discusión debería incluir a todos los sectores, desde autoridades y expertos hasta vecinos y comerciantes. Hay familias que viven en condiciones de extrema vulnerabilidad, sin acceso a necesidades básicas. En este caso, las acciones deberían apuntar a promover la inclusión y ofrecer oportunidades que vayan más allá de la contención momentánea.
Al mismo tiempo resulta imperativo proteger la flora y fauna del parque, elementos esenciales no solo para el equilibrio ecológico, sino también para la identidad cultural de la ciudad. Los animales y la vegetación no son recursos prescindibles, sino bienes colectivos que deben ser cuidados con la misma dedicación que se reclama para otros problemas urgentes.
La salida debe estar orientada hacia la educación para respetar lo público y valorar el ambiente. El parque debe ser más que un espacio verde. Debe ser un punto de encuentro que nos una como sociedad. Es hora de priorizar la empatía, escuchar a quienes más lo necesitan y construir soluciones duraderas que reflejen el compromiso de todos con un San Miguel de Tucumán más justo, solidario y sustentable.
Es imperativo proteger la flora y fauna, elementos esenciales para el equilibrio ecológico y la identidad cultural de la ciudad
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