La nueva era Trump: es tiempo de revancha para el presidente

Prometió enormes inversiones en infraestructura tecnológica, pero sus primeras medidas apuntan contra las medidas de Biden.

JEFE DE ESTADO. Trump, en sus dos primeros días, indultó a simpatizantes presos por el asalto al Capitolio y cerró los programas de diversidad.  afp JEFE DE ESTADO. Trump, en sus dos primeros días, indultó a simpatizantes presos por el asalto al Capitolio y cerró los programas de diversidad. afp
23 Enero 2025

WASHINGTON, Estados Unidos.- Un día después de su investidura, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció inversiones privadas en inteligencia artificial y lanzó una campaña de venganza política.

El republicano promocionó un proyecto llamado “Stargate” y prometió inversiones de “al menos 500.000 millones de dólares” en infraestructura tecnológica en Estados Unidos. Debería generar “casi inmediatamente más de 100.000 empleos”, aseguró el millonario, a quien siempre le ha gustado conseguir cifras espectaculares.

Stargate reúne al especialista en la nube Oracle, la firma de inversión japonesa SoftBank y la startup de IA generativa OpenAI, cuyos directores ejecutivos estuvieron presentes durante el anuncio en la Casa Blanca. Los tres dieron las gracias a Trump.

“No podríamos haberlo logrado sin usted”, afirmó Masayoshi Son (Softbank). Elogió la promesa hecha la víspera por el presidente de 78 años de llevar a Estados Unidos “a una edad de oro”.

“No alineadas”

Convencido de que le robaron las elecciones de 2020 que ganó el demócrata Joe Biden, Trump arrancó su segundo mandato con sed de venganza. Quiere vengar la “traición” que, según él, constituyó la elección en 2020 del demócrata Joe Biden.

Por la noche dijo haber dado instrucciones a su equipo “para identificar y eliminar activamente a más de 1.000 personas designadas por la administración anterior”.

“No están alineadas con nuestra visión de hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”, afirmó en su plataforma Truth Social.

Cuatro ya fueron “DESPEDIDAS”, afirmó en mayúsculas. Entre ellas el ex jefe del Estado Mayor Conjunto Mark Milley, que era asesor, la almirante Linda Fagan, a la cabeza de la guardia costera, y el chef José Andrés, recientemente condecorado por Joe Biden por sus acciones humanitarias. En la red social X, el chef afirmó que fue él quien dimitió.

La nueva administración también eliminó la protección policial a John Bolton, exasesor de seguridad nacional de la Casa Blanca durante el primer mandato republicano y que se ha convertido en un feroz crítico. Cuando se le preguntó sobre esto, Trump contestó que Bolton era “estúpido” y que esta protección no debería garantizarse de por vida.

También defendió su decisión de indultar o de conmutar algunas sentencias de 1.500 personas que habían sido condenadas por atacar el Capitolio el 6 de enero de 2021, para evitar que Biden llegara al poder.

Entre los beneficiarios de este gesto de clemencia se encuentran los líderes de dos milicias de extrema derecha, los Oath Keepers y los Proud Boys. “Sus sentencias fueron ridículas y excesivas”, afirmó Trump, quien justo antes de este ataque había enardecido a sus partidarios afirmando falsamente que las elecciones habían sido amañadas.

Después de los fastos de la víspera, Trump recibió una acogida muy distinta en la catedral nacional de Washington, donde asistió al tradicional oficio religioso que pone fin a la investidura. “Le pido que tenga piedad, señor presidente”, le dijo la obispa Mariann Edgar Budde, que habló del “miedo” que, según ella, se siente en todo el país. Recalcó que “la gran mayoría de los migrantes no son delincuentes”. En ese momento, Trump se limitó a fruncir el ceño, pero atacó al día siguiente, desde su red social Truth.

“Caso por caso”

El millonario decretó una emergencia nacional en la frontera con México para hacer frente a lo que considera una “invasión” de migrantes y decidió seguir construyendo el muro fronterizo.

Además resucitó “Quédate en México”, un programa que obliga a los migrantes a esperar el desenlace del proceso del otro lado de la frontera y que ha entrado en vigor “con efecto inmediato”, informó el Departamento de Seguridad Interior (DHS). También decidió aplicar “caso por caso” el programa humanitario que otorga permiso temporal a migrantes para permanecer en Estados Unidos.

Biden lo usó para permitir la entrada de cientos de miles de nacionales de Haití, Cuba, Nicaragua y Venezuela por un periodo de dos años si tenían un patrocinador en el país y pasaban una verificación de seguridad.

Trump anuló asimismo la posibilidad para los migrantes de obtener legalmente una cita a través de una aplicación de teléfono móvil (CBP One) para llegar a un puerto de entrada.

Enemigos internos y externos

Mientras se preparaba para una entrevista Sean Hannity, presentador de Fox News, la cadena conservadora predilecta de los estadounidenses, Trump se tomó el tiempo para amenazar a Rusia con imponer aranceles y sanciones si no alcanza “ahora” un acuerdo para poner fin a la guerra en Ucrania.

“Si no hacemos un ‘trato’, y pronto, no tengo otra opción más que poner altos niveles de impuestos, aranceles y sanciones sobre cualquier bien vendido por Rusia a Estados Unidos” y otros países, advirtió a su homólogo ruso Vladimir Putin.

Antes de su toma de posesión el lunes, Trump había prometido poner fin a la guerra de Ucrania incluso antes de asumir el cargo, lo que hizo pensar que podría obligar a Kiev a hacer concesiones a Moscú. Pero en las últimas horas parece haber endurecido el tono respecto a Putin.

Puertas adentro, Trump apunta a los colectivos de la diversidad. Cerró los programas y los empleados estarán en licencia remunerada, afirmó la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en la red social X.

Confirmó así un mensaje de la oficina federal de gestión de personal que solicita informar “a todos los empleados de las oficinas DEIA (Diversidad, Equidad, Inclusión y Accesibilidad) que están en licencia administrativa pagada con efecto inmediato”.

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