Miguel Brizuela: "Nunca olvido mi barrio y ahora quiero dejar mi huella en Atlético Tucumán"

El defensor de 28 años fue una de las últimas incorporaciones del “Decano” en el mercado de pases. Una historia que muy pocos conocen.

DEBUT RÁPIDO. El central, Miguel Brizuela, llegó a Tucumán y a los días jugo su primer partido con Atlético, estuvo pocos minutos en el campo de juego. prensa c.a.t. DEBUT RÁPIDO. El central, Miguel Brizuela, llegó a Tucumán y a los días jugo su primer partido con Atlético, estuvo pocos minutos en el campo de juego. prensa c.a.t.
28 Enero 2025

Miguel Brizuela llegó de manera abrupta a Atlético, pero, tras una semana de entrenamientos, ya sumó sus primeros minutos oficiales bajo el mando de Facundo Sava. El contexto fue particular: el central zurdo, que llegó en reemplazo de Nicolás Romero, ingresó a falta de 12 minutos para el final del partido en San Juan, que terminó con victoria para los tucumanos por 1-0.

“En todas las canchas será así. Hay que defender el resultado porque los rivales son muy competitivos”, remarcó el zaguero tras su rapido debut oficial con la camiseta de Atlético. “Fue un partido difícil. La cancha no estaba en las mejores condiciones y ellos jugaban al pelotazo. Mi tarea era clara: entrar, defender y mantener el arco en cero. Por suerte, el equipo estuvo sólido”, celebró el central.

Aunque fueron pocos minutos, Brizuela dejó una buena impresión, mostrando compromiso. “Soy un jugador que se sacrifica, no solo en lo defensivo, sino también intentando aportar buen manejo de pelota. Eso es lo que prometo para ganarme el cariño de los hinchas”, amplió.

Sin embargo, la llegada del defensor al “Decano” no estuvo exenta de polémicas ante las denuncias, que en su momento, pesaron sobre Brizuela. Esta situación, no pasó desapercibida entre los hinchas, que debatieron en redes sociales sobre la postura del club al respecto. Desde la dirigencia prefirieron no manifestarse sobre un tema que ya habría resuelto la justicia en el pasado.

Brizuela comenzó su carrera siendo muy pequeño en San Miguel, su barrio natal. “Hice infantiles en River desde los siete hasta los 13 años. A esa edad me fui a Vélez, donde pasé por todas las inferiores hasta llegar a Primera División”, cuenta. Creció en un entorno humilde, a 15 minutos del predio de Vélez, pero nunca perdió el contacto con sus raíces. “Vengo de un barrio más adentro, más humilde, cerca del límite entre San Miguel y Moreno”. Ese lugar, según él, lo marcó profundamente y le inculcó valores.

Un buen momento de su carrera

Su llegada a Atlético se dio en lo que considera una etapa ideal en su carrera. “Creo que estoy en una edad justa, un punto medio entre ser joven y tener experiencia. Además, Atlético es un club muy grande del norte, con mucha historia y difícil de enfrentar. Cada vez que me tocó venir acá como visitante, sentí lo complicado que es jugar contra ellos”.

La decisión de sumarse al “Decano” no fue solo deportiva, sino también personal. “El proyecto deportivo me sedujo. Es un club que compite y que ha jugado copas internacionales. Desde afuera siempre lo vi prolijo y ordenado. Cuando te buscan, hay que aprovechar la oportunidad”, reconoció.

Sobre la vida en Tucumán, Brizuela comentó que se está adaptando rápidamente. “La ciudad me gusta. Es más chica que Buenos Aires, pero eso me atrae porque todo está más cerca. Estoy viviendo en Yerba Buena, un lugar tranquilo. Acá todo es más relajado, algo que ya había experimentado en Córdoba y que disfruto mucho. Junto a mi pareja nos sorprendemos porque el GPS te dice que a cualquier lugar llegás en 15 o 20 minutos, no más que eso”, agregó.

En lo deportivo, destacó la buena integración en el plantel. “Los chicos me recibieron muy bien. Es un grupo humilde, trabajador y unido. No hay una gran separación entre los más grandes y los jóvenes; siempre estoy compartiendo mates con todos, desde el ‘Pulga’ Rodríguez hasta Mateo Coronel o los juveniles”, remarcó. También se refirió a su reencuentro con Matías de los Santos, con quien fue compañero en Vélez. “Antes de llegar, hablé con él y me dio excelentes referencias del club. Me dijo que era un lugar ordenado y con hinchas muy pasionales. Eso terminó de convencerme para venir”.

Además de su rol en el fútbol, Miguel tiene un costado solidario que pocos conocen. Durante la pandemia, junto a su familia, abrió un comedor para ayudar a los más necesitados en su barrio natal. “Con mi mamá y mi papá decidimos cocinar y dar comida a quienes la estaban pasando mal. Lo hicimos desde la casa de mi mamá. Es algo que me llena de orgullo porque siempre quiero ayudar a la gente de mi barrio. Tuve amigos que atravesaron muchas dificultades y, mientras pueda colaborar, lo haré”, afirmó a LA GACETA.

El vínculo de Brizuela con su barrio es inquebrantable, y lo lleva incluso tatuado en su piel. “Tengo la cancha de mi barrio, Santa Brígida, tatuada en la espalda junto con el nombre del lugar. Fue donde nació mi amor por el fútbol, donde di mis primeros pasos. Estaba a dos cuadras de la casa de mi papá, y pasaba todo el día ahí”.

Sus tatuajes tienen significados profundos. “Tengo tatuados a mis abuelos, a mi perro, frases de la Biblia y recuerdos que representan a mi familia. Soy muy creyente, y esos valores los heredé de mi mamá”, comentó el defensor.

En cuanto a sus objetivos con Atlético, Brizuela se mostró optimista y ambicioso. “El equipo tiene un plantel muy competitivo, con mucha competencia interna, pero sana. Sabemos que estos torneos cortos te permiten soñar con llegar lejos si clasificás a la fase final. Vamos partido a partido, pero el sueño es claro: queremos pelear por el campeonato y clasificar a una copa internacional. Todos estamos en la misma sintonía”.

Finalmente, el central reflexionó sobre su impacto en los jóvenes de su barrio. “Sé que muchos chicos me ven como un ejemplo porque llegué a Primera, pero también porque nunca me olvidé de dónde vengo. Siempre vuelvo a mi barrio; soy el mismo de siempre. Es importante mostrarles que con esfuerzo y sacrificio se puede llegar lejos”.

Sobre su perfil discreto añadió: “No hago las cosas para llamar la atención, sino porque me nacen. Ayudar en silencio es mi forma de devolver un poco de todo lo que el fútbol y la vida me han dado”, concluyó el defensor, uno de los últimos refuerzos del club de 25 de Mayo y Chile.

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