Cristian Pauls: “El documental se ocupa de los hombres comunes”

El director, guionista y productor dictará desde hoy un seminario. “Lo que miramos y también nos mira”. El sábado presentará su última película, “¡Obreros!”, en la sala Caviglia.

CRISTIAN PAULS. El cineasta recuerda que el cine, con los hermanos Lumière, nació documental. CRISTIAN PAULS. El cineasta recuerda que el cine, con los hermanos Lumière, nació documental.

“A diferencia de quienes se dedican a actuar -los actores-, el cine documental se ocupa de los hombres comunes, aquellos que probablemente serán filmados solo una vez en sus vidas. En ellos, personajes en proceso, no resulta necesario creer de inmediato porque se sabe que existen y son, en ese sentido, garantía de realidad”. Así presenta Cristian Pauls el seminario que se inicia hoy a las 9 en la Escuela de Cine, Video y Televisión (avenida Aconquija 729), que lleva como título, “El documental, otro cine”.

Cuando LA GACETA le pregunta sobre el género documental, el cineasta responde: “Difícil pensar el documental en términos de género. Salvo que se repiense la categoría, me parece que género parece más vinculado a tipos de obras que se organizan en torno a cuestiones temáticas. En ese sentido el documental estaría bien lejos de esa definición y si uno piensa, además, que no se respalda en modelos preexistentes sino que construye sus modalidades a partir de los encuentros y rara vez, a partir de estructuras preconcebidas, el documental parece muy refractario a esa categoría”.

Como indica en otra entrevista, cualquier documental es una película de ficción.

Cristian Pauls tiene una extensa trayectoria como director, productor, guionista y actor en numerosas obras, como” “La noble igualdad”, “Nueve bocetos bolivianos”, “La patria”, documental, 20, “Tiburcio”, “Un paraíso socialista”, “El campo luminoso”, “Observatorio” y “¡Obreros!”, estrenada el año pasado y que presentará el sábado en la sala Caviglia (San Martín 251), a las 19, con un conversatorio.

- ¿Pero no es una mirada el documental, acaso?

- Podríamos pensar al documental como la ficción de los otros en tanto aquellos que filmamos solo aparecen como tales en tanto estemos nosotros, documentalistas dispuestos a registrarlos. Pero ese registro no es unidireccional. Es, al mismo tiempo que la mirada de la cámara sobre ellos, la inscripción en la imagen y en el sonido, de cómo los vemos y cómo los oímos. Imposible pensar en película si no hay ese ida y vuelta en el que lo esencial es que aquellos que miramos también nos miran y nos escuchan y es ese vínculo el que queda registrado.

- ¿Cuál es el objetivo del seminario?

- Introducir y colocar al cine de no-ficción/documental como eje posible de discusión, promover que los estudiantes se inicien a filmar realidades a menudo olvidadas por los medios de comunicación y a partir del desarrollo de miradas particulares. Además de posibilitar la realización de un ejercicio como corolario de los encuentros. El documental es una noción difusa: la otra cara del cine, un arte impuro. Con Lumiére, “La salida de los obreros de la fábrica”, el cine nació documental, pero bueno, de eso se tratará el seminario. Un capítulo especial será el encuadre y la cámara/sonido.

Entre el material filmográfico a utilizar figuran obras de Wim Wenders como “Tokyo G”, “Caro Diario” de Nanni Moretti, pero también “El silencio es un cuerpo que cae”, de Agustina Comedi. Y en la bibliografía se mencionan textos de Roland Barthes, Beatriz Sarlo, Serguei Eisenstein y “Mirar”, de John Berger, entre otros.

- El sábado presentás tu película “¡Obreros!”...

- Quizá desplazados hoy por la figura del excluido o del inmigrante, los trabajadores han sido filmados por el cine mayormente a la luz de los conflictos o como náufragos del progreso y de la mundialización. Pero por fuera de las demandas, ¿quiénes son hoy esos trabajadores? ¿Qué ha sido de sus vidas, en qué se han transformado sus sueños y sus imaginarios? Qué sucede cuando los obreros salen de la fábricas, ¿a dónde van?, ¿a divertirse?

- Hay una posición ideológica hoy cuando desclasás a la clase obrera, en un momento, ¿es así?

- No desclaso a la clase obrera. Pero a veces la idea de clase está funcionando casi como un corset que impide ver cualquier diferencia. Y otra vez lo mismo que con el género. En tanto categoría refractaria a la diferencia impide ver y escuchar, porque se la querría unívoca y unidireccional... Por ejemplo “destinada inexorablemente a la revolución”. El documental podría hacer visibles esas grietas.

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