Guillermo Acosta eligió su mejor gol, develó quién es su mejor amigo y el partido que quiere olvidar en Atlético Tucumán

Tras superar a Francisco Ruíz para convertirse en el futbolista con más partidos oficiales en el “Decano”, Acosta hizo un breve repaso de su historia.

HOMENAJE. La CD le entregó una camiseta a Acosta en reconocimiento a haberse transformado en el futbolista con más presencias de la historia del club. HOMENAJE. La CD le entregó una camiseta a Acosta en reconocimiento a haberse transformado en el futbolista con más presencias de la historia del club. LA GACETA / Diego Aráoz
15 Febrero 2025

El capitán corre de un lado a otro en el predio de Belgrano. No descansa ni siquiera cuando tiene un rol secundario durante la práctica. “Bien, Carlos, muy bien”, le grita desde atrás del arco a Auzqui tras una linda definición del ex delantero de Estudiantes. Habla con Lucas Pusineri, bromea con Luis Rodríguez, uno de los amigos más antiguos que le regaló el fútbol. Lleva 376 partidos oficiales con la camiseta de Atlético Tucumán y no piensa detenerse.

Ojo, no todo lo que brilla es oro, dicen. Y si bien la semana -desde afuera- parece haber sido de ensueño para la familia Acosta, el capitán no pudo festejar su increíble récord como le hubiese gustado. “Tengo ahí a mi viejo con unos problemas de salud, la verdad que no fue alegría completa, estaba muy ilusionado con que él pueda formar parte de la entrega de la placa”, se sinceró ante LA GACETA el hombre récord.

En la reseña de los 376 partidos hay algunas perlitas que el capitán no pasa por alto. “Del debut me acuerdo que ganamos 1-0 con gol de ‘Pulga’”, recuerda el nacido en El Palomar, sobre aquel partido que el “Decano” le ganó a Gimnasia de Jujuy el 4 de agosto de 2013. Que en el fútbol moderno, un jugador pase más de una década en el club es casi una utopía, “Bebe” lo logró y por eso, la discusión en los asados y cafés que reúne a varios hinchas del “Decano” pasa por el lugar que ocupa el “8” entre los ídolos del club. “No entro en las comparaciones, pero estoy muy agradecido por el cariño de los hinchas”, se limitó a decir con respeto.

Los simpatizantes prepararon un homenaje durante el último partido, una bandera gigante se desplegó en tribuna de calle Laprida, además de un cartel luminoso y fuegos artificiales. “Les agradecí en ese momento porque fue un gesto lindo, había leído en redes que me iban a organizar algo, pero no me imaginaba que fuera así”, dijo el volante central, que durante ese partido saludó a los simpatizantes llevándose la mano al corazón.

En los 11 años que lleva en el club (tuvo un breve paso por Lanús), el tucumano también pasó algunos momentos malos, que formaron parte del aprendizaje y curtieron al fútbolista que desparramó talento en todas las categorías del fútbol argentino, además de brillar en partidos correspondientes a la Copa Libertadores y Sudamericana. “¿Un partido que me gustaría olvidar?”, repite la pregunta, toma aire y responde: “el de Huracán en Mendoza”, referencia suficiente para que cualquier hincha de Atlético entienda a qué partido se refiere el volante.

Aquella tarde del 14 de diciembre de 2014, el mediocampista con pasado en La Florida, Atlético Concepción y San Jorge estaba dando sus primeros pasos en el “Decano” -debido a que tuvo que pelearla para poder meterse en el equipo-, y el equipo de Juan Manuel Azconzábal perdió 4-1 el desempate por un ascenso a Primera. “Parecía el final de todo, pero después remontamos muy bien”, responde en tono desafiante.

Aunque sea una pregunta un tanto subjetiva, no duda al decir cuál es su mejor partido con la albiceleste. “Jugué muchos partidos muy bien, creo”, bromea antes de definir como en aquel partido con Talleres de Córdoba en 2013, cuando hizo su primer gol. “El que le ganamos a Junior de Barranquilla”, afirma. Probablemente aquí haya tenido mucha injerencia en la elección la instancia, el torneo y lo que significó a la postre (ingresar a fase de grupo), pero “Bebé” se quedó con esa noche histórica para el fútbol tucumano.

Y si de compinches hablamos, así como el “7” y el “8” están juntos en una tabla numérica, esos números en la cancha y en Atlético también están unidos. “El mejor amigo que me dio el fútbol es el ‘Pulga’, sin dudas. Pasamos muchas cosas feas en la cancha y también otras que nos hicieron muy felices”, remarcó el volante que ahora cumple un rol más de recuperación y por eso no suele anotar tantos goles como en su inicio de carrera, cuando jugaba como mediapunta o volante ofensivo, eso sí, tiene definido cuál es el mejor gol que hizo con la camiseta de Atlético: “el de Atlético Rafaela, porque fue mi primer gol en Primera”. Desde aquel agosto de 2016 cuando le rompió el arco a Lucas Hoyos para el 1-0 del “Decano” pasaron casi nueve años, toda una vida, pero Acosta está dispuesto a seguir agigantando su leyenda en 25 de Mayo y Chile.  ¿Llegará a los 500? “Vamos a ver, yo me siento bien”, responde “Bebe” y larga una carcajada cómplice.

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