
La desaparición de Lian Gael Flores Soraide, un niño de 3 años en Ballesteros Sud, Córdoba, ha generado un operativo de búsqueda sin precedentes que ya lleva cinco noches sin resultados. A pesar del uso de efectivos, perros, drones y rastrillajes en un área extensa, no se ha encontrado rastro del niño. La investigación avanza en dos frentes: el visible, que abarca el rastreo territorial, y el invisible, centrado en la hipótesis de que Lian fue llevado por alguien intencionalmente.
Las sospechas se fortalecen debido a la ausencia de pruebas que sugieran un accidente. Testimonios indican la presencia de una camioneta blanca en la zona antes de la desaparición, y el padre de Lian insiste en que su hijo fue secuestrado, mencionando incluso una posible venganza. La Justicia ha secuestrado celulares y vehículos para analizarlos, y en el teléfono del padre se halló un contacto con una chamana jujeña, lo que llevó a los investigadores hasta Jujuy en busca de pistas.
El Ministerio de Seguridad y la Justicia cordobesa han reforzado la investigación, diferenciándose de otros casos mediáticos de desapariciones. Se han realizado múltiples allanamientos y secuestrado más de veinte celulares, sin hallar aún indicios claros. Las autoridades insisten en que la clave podría estar dentro de la comunidad de Lian, cuyos miembros han mostrado desconfianza hacia los investigadores, dificultando el acceso a información relevante.
Aunque no se descarta ninguna hipótesis, la causa sigue en manos de la Justicia provincial, sin pruebas que indiquen trata de personas o secuestro extorsivo. No ha habido pedidos de rescate, y la posibilidad de que el niño haya sido llevado intencionalmente cobra cada vez más fuerza. La investigación continúa sin respuestas claras, mientras crecen la incertidumbre y la presión por encontrar a Lian.