
Hoy se cumple un año de que una joven tucumana denunció penalmente por abuso sexual a los ex jugadores de Vélez, Sebastián Sosa, Braian Cufré, José Florentín Bobadilla y Abiel Osorio. 365 días después, lo único concreto es que la fiscala Adriana Reinoso Cuello consiguió que un juez le otorgara cuatro meses más de plaza para seguir investigando el hecho. Según argumentó la representante del Ministerio Público, quedan medidas por realizar para definir si la causa irá o no a juicio. En caso de hacerlo, el debate se postergaría para el próximo semestre.
Puntos clave
Hasta ahora los puntos centrales de la causa son los siguientes:
- La víctima en las diferentes declaraciones que realizó a lo largo de la investigación dijo que los que participaron del ataque fueron Osorio, Cufré y Florentín Bobadilla. Sobre Sosa señaló que estaba dormido cuando se registró el hecho. Los señalados reconocieron haber tenido relaciones, pero que habían sido consentidas.
- Las pericias del material genético recolectado en la pieza de la habitación confirman los dichos de la víctima. La sangre encontrada pertenecía a la víctima y encontraron el perfil de Florentín Bobadilla en las prendas de la joven. Los defensores Molina y García Biagosch cuestionaron la legalidad de esta prueba. Hicieron este planteo porque se analizaron elementos en una habitación varios días después del hecho y cuando esa pieza había sido ocupada por otras personas. Los querellantes calificaron como “descabellada” esa posibilidad y adujeron que buscaban desvirtuar el caso.
Los representantes legales de los futbolistas sostienen que había un audio que la víctima envió a una amiga que podría confirmar que no se habría cometido abuso. Los representantes de la denunciante nunca negaron la existencia de ese mensaje, pero dijeron que bajo ningún aspecto podría ser considerado como una prueba de que hubo consentimiento.
El audio no fue encontrado. La joven que lo recibió confirmó que lo había borrado. La denunciante, en un primer momento dijo que entregaría su teléfono, pero por consejo de sus representantes y amparándose en la protección de su intimidad, luego se negó a entregarlo, a pesar de que hubo una orden judicial para que lo hiciera. Los defensores realizaron varios planteos denunciando esta situación, sin resultado.
La amiga que recibió el audio declaró que la voz de la denunciante era diferente y que la había notado extraña y angustiada.
Sin embargo, según confiaron fuentes judiciales, el jueves de la semana pasada declaró en Cámara Gesell el hermano de la testigo (era menor de edad cuando sucedió el hecho y por eso fue entrevistado) que habría confirmado la existencia de dos audios y que los eliminaron el día que se conoció el caso. Para las defensas, este testimonio podría ser clave. La querella, en cambio, sostiene que no tiene ningún tipo de relevancia y que es una estrategia defensiva para desacreditar la versión de la joven.
Los resultados de las pericias psicológicas ya fueron entregados. Una profesional del Sistema Provincial de Salud elaboró el informe, ya que el Ministerio Público Fiscal no cuenta con un especialista para desarrollar la tarea. Como sucedió con cada una de las evidencias, las partes realizaron diferentes lecturas. Los representantes legales de la víctima aseguran que confirmaría la versión de la joven, y los defensores, que podría cambiar el curso de la investigación. Por mandato judicial, no trascendieron los detalles del estudio, sí que los peritos de cada una de las partes harían sus respectivas presentaciones en los próximos días.
Los defensores indicaron que al buscar el audio que consideran clave encontraron pruebas importantes. Una de ellas sería que la víctima podría haber tenido acceso a las imágenes de las cámaras de seguridad antes de que realizara la denuncia. También se habría informado cómo era el protocolo de limpieza del hotel y la estrategia que asumiría la joven con su abogada.
En estos cuatro meses de prórroga, las partes tendrán tiempo de concretar las evidencias que restan practicar; entre ellas: el mejoramiento de imágenes de las cámaras del hotel donde se observa el rostro de la denunciante al salir del mismo; la ampliación de los mensajes del teléfono de la amiga, en busca del hallazgo de ese audio eliminado. A raíz de la declaración en Cámara Gesell del joven, la defensa podría citar a nuevos testigos y analizar los informes psicológicos de los peritos de parte de las distintas defensas.
Balance
Las partes realizaron un análisis del proceso durante el año transcurrido. Los querellantes Patricia Neme y Patricio Char, por su parte, cuestionaron la exposición y la revictimización que sufrió la denunciante. “A un año del proceso, vemos una vez más cómo el sistema judicial y la sociedad ponen el foco sobre la víctima y no sobre los agresores. Mi representada ha sido tratada como un objeto de prueba, analizada hasta el mínimo detalle para determinar si miente o exagera, mientras que los acusados, jugadores de fútbol de renombre, continúan con su vida como si nada hubiera pasado”, dijo Neme. “Es hora de que se entienda que la presunción de inocencia no debe convertirse en un privilegio para algunos y una condena anticipada para otros. La justicia no es justa si su impacto depende de la popularidad del acusado”, agregó Char.
Los defensores hicieron alusión a las obstaculizaciones de la investigación. “Ha sido un año sumamente complejo. Creo que el tiempo fue dejando en evidencia muchas cosas; por sobre todo, que la versión que sostuvimos desde el primer día se encuentra muy fortalecida”, dijo José María Molina, defensor de Cufré y Osorio.
“Desde un primer momento sostuve la inocencia de mi defendido. Así también se puso a disposición para ser investigado. No obstante ello la denunciante- querellante siempre obstruyó la investigación. Hecho insólito en el proceso penal”, manifestó Ernesto Baaclini, representante de Sosa. “Quedó demostrado que el hecho fue consentido, pese a que la acusación borró pruebas claves para el esclarecimiento de la verdad. Esperamos con ansias el juicio oral para demostrar de una vez por todas la falsedad de esta denuncia y luego iniciar acciones legales contra la denunciante por el enorme daño que ha generado con su denuncia falsa”, sostuvieron Camilo Atim y Florencia Abdala, abogados de Florentín Bobadilla.