A tu cerebro no le gusta el multitasking y se vuelve ineficaz

Hacer muchas cosas al mismo tiempo disminuye la eficiencia, genera fatiga y afecta la salud mental.

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POCA EFICIENCIA. Según estudios, hacer multitasking puede disminuir el coeficiente intelectual hasta 10 puntos. POCA EFICIENCIA. Según estudios, hacer multitasking puede disminuir el coeficiente intelectual hasta 10 puntos.

Estamos convencidos que la capacidad para hacer varias cosas al mismo tiempo es una virtud. Es sinónimo de productividad y competencia. Sin embargo, la ciencia ha desmentido esta creencia. El multitasking no solo es ineficiente, sino que también puede tener efectos negativos en el bienestar mental y cognitivo.

El cerebro no está diseñado para el multitasking, explica sin vueltas, el neurólogo Matías Alet, antes de pasar a explicar en detalle las razones de por qué hacer varias cosas al mismo tiempo en realidad nos hace más ineficientes.

No realizamos múltiples tareas simultáneamente, sino que cambiamos de una a otra a gran velocidad, un proceso conocido como switching, que tiene un alto costo cognitivo, remarca. Ese esfuerzo extra se llama “coste de cambio de tarea” y es uno de los grandes enemigos de la concentración.

El multitasking digital constante se asocia también con más ansiedad y síntomas depresivos. Alet lo observa a diario en sus consultas: jóvenes que acuden preocupados por problemas de atención, fatiga mental y olvidos. Sin embargo, en muchos casos, no hay una patología subyacente, sino un estilo de vida marcado por el exceso de estímulos y la falta de pausas, señala el médico especializado en neurología vascular de la Fundación Iberoamericana de Salud Pública (FISP).

El especialista comenta que hay evidencia científica en contra del multitasking. “Un estudio publicado este año en Psychoneuroendocrinology mostró que el multitasking digital genera respuestas de estrés más marcadas en adultos mayores, a través de la activación del sistema nervioso autónomo, lo que afecta el desempeño cognitivo”.

A su vez, menciona que otro trabajo en Nature Communications reveló, usando resonancias ultrarrápidas, que, aunque nuestro cerebro puede procesar información sensorial en paralelo, existe un “cuello de botella” en la toma de decisiones. “Es decir, no podemos realizar dos tareas complejas al mismo tiempo sin que una salga perjudicada. El resultado es evidente: hacemos las cosas más lento, con más errores, y terminamos el día agotados. Y encima con la sensación de no haber hecho nada bien del todo”, apunta el experto.

Estrés cerebral

Una de las consecuencias de realizar varias tareas en forma simultánea y de querer resolver muchas cuestiones juntas es el estrés que eso nos genera. El estrés es capaz de afectar seriamente el organismo e incluso nuestro cerebro. Algunos estudios demuestran que puede alterar procesos tan importantes como la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro para adaptarse a nuevas experiencias.

El neurólogo Federico Pelli Noble explica que el estrés es la falta de adaptación de un organismo vivo a una situación de gran exigencia mental, emocional y física, que puede alterar el equilibrio, la homeostasis, de los distintos sistemas que regulan la actividad del cuerpo humano en su relación con el medio externo e interno. “El sistema nervioso autónomo es un sistema biológico muy necesario para ese equilibrio tan frágil como dinámico”, detalló.

“La complejidad de la actividad cerebral se refleja en la no linealidad de las señales neuronales. Las neuronas cerebrales se activan siguiendo patrones no lineales, lo que significa que, incluso cuando están conectadas, sus tasas de activación pueden variar”, remarca.

Respecto del multitasking, Pelli Noble aclara que la capacidad de respuesta del cerebro en relación a una actividad determinada, está relacionada con el normal funcionamiento de las redes neuronales y su conectividad.

“Lo ideal es realizar las tareas paso a paso para una mejor resolución de las mismas, caso contrario pueden suceder fallas de tipo atencional por un estado de dispersión mental”, precisa.

Sin embargo, según especificó, existen circunstancias donde podemos desarrollar tareas múltiples por un determinado momento, a fin de dar respuesta a un momento determinado.

“La efectividad dependerá del grado de habilidades y conocimientos adquiridos para las tareas propuestas. Por ejemplo, un corredor de autos de Fórmula 1 está permanentemente haciendo múltiples tareas mientras compite para lograr la efectividad necesaria en la carrera”, puntualiza.

“Lo que llamamos multitasking es útil en ciertos momentos para lograr la meta o el propósito buscado, y puede producir un estado de gran actividad cerebral que puede lleva al estrés y agotamiento. Con la edad, la capacidad de multitasking se va perdiendo, priorizando la actividad unidireccional”, señala el neurólogo. Según Alet, hacer una verdadera pausa, y no solo cambiar una pantalla por otra, es una forma concreta de cuidarnos. Caminar, respirar profundo, permanecer en silencio por unos instantes o prestar atención al entorno son gestos sencillos pero transformadores. Estas pequeñas pausas le permiten al cerebro recuperarse y retomar su funcionamiento con mayor claridad, señala.

“También necesitamos reconectar con el disfrute: cocinar sin apuros, leer un libro, charlar sin mirar el celular, mirar un atardecer sin pensar en la próxima reunión o hacer una actividad física solo por placer. Son pequeñas anclas que nos traen de vuelta al presente, estimulan el bienestar mental y emocional, y sobre todo nos hacen bien”, afirma.

Para optimizar la atención y la salud cognitiva, Alet recomienda estas estrategias:

• Agrupar tareas similares en bloques de tiempo para reducir los cambios de contexto.

• Priorizar dos o tres actividades diarias en lugar de responder a la urgencia constante.

• Practicar técnicas de atención plena, como la meditación o la respiración consciente.

• Silenciar notificaciones en momentos de concentración profunda.

• Implementar el “timeboxing”, asignando tiempos específicos a cada tarea.

• Establecer límites y aprender a decir no, evitando la sobrecarga innecesaria.

• Reducir el uso de pantallas en tiempos de descanso para mejorar el enfoque.

El multitasking puede parecer inevitable, pero no es inofensivo, señala el experto. Y aunque no podamos eliminarlo del todo, sí podemos reducirlo. Porque la atención es un recurso limitado. Y nuestra salud mental, también.

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