
Tras la eliminación del cepo cambiario, el Gobierno entra en una semana decisiva para testear la resistencia del nuevo esquema financiero. Con la cotización del dólar aún bajando, todas las miradas estarán puestas en la evolución del tipo de cambio y en un aluvión de datos económicos que podrían mover el termómetro del mercado. Además, las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial en Washington suman un condimento internacional de alto voltaje: la guerra comercial que impulsa Donald Trump genera ruido en la economía global y podría alterar las proyecciones de crecimiento para 2025.
El FMI publicará este martes sus estimaciones sobre crecimiento global, el Monitor Fiscal y el Informe de Estabilidad Financiera, donde se espera una radiografía sobre la salud del sistema bancario. En paralelo, el INDEC irá liberando una batería de datos locales clave: utilización de la capacidad instalada, actividad económica, consumo en supermercados y shoppings, turismo, condiciones de vida y deuda externa. A eso se suma la presentación de balances de pesos pesados como Alphabet, Procter & Gamble, Intel y Ternium, entre otros.
En medio de este combo local e internacional, el Gobierno apuesta a que el dólar se mantenga a la baja, tocando el piso de la banda de flotación y ganando oxígeno para una economía aún frágil. Pero no acumular reservas en este contexto, como advirtió el economista Gabriel Repetto, puede ser una jugada arriesgada. Mientras tanto, los inversores seguirán de cerca el humor global y cómo impactan las decisiones políticas en Estados Unidos en la hoja de ruta de los países emergentes.