El 23 próximo se celebra el día del libro. Está relacionado con la historia de la humanidad donde el trabajo es la fuente de toda riqueza, condición básica y fundamental de toda la vida humana. Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto, debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre. Lo rastreamos con la aparición del homo sapiens, en la transición catastrófica de la evolución humana, cuando hace su aparición el pensamiento abstracto y simbólico unos 75.000 años atrás donde la comunicación se expresa a través del lenguaje corporal, gestual, gutural (aullidos y gruñidos). Mejora la expresión oral verbal y vocabulario primitivo, hasta que el hombre de Cromagnon, hace 40.000 años, dibuja y pinta motivaciones distintas. Primeras escrituras pictográficas (imágenes que representan ideas, objetos y conceptos) donde registra datos útiles y narraciones legendarias. Le seguirá la escritura ideográficas (símbolos ideogramas o signos que representan ideas) y los primeros libros se realizarán a través de tablas de arcillas en Mesopotamia (3.500 a. de C.) y Egipto (2.000 a. de C.) en los albores de lo que conoció como la Edad Antigua. Le seguirán las primeras escrituras alfabéticas (letras para representar sonidos) en Fenicia, Grecia y Roma en el 1.050 a. de C. junto a sus primeros libros alfabetizados, en Grecia y Roma, en códices de pergaminos (hojas y piel de animal secado) plegados, cosidos y encuadernados en el 300 a. de C. Los primeros libros manuscritos en la Edad Media, copiados por los monjes en las bibliotecas conventuales entre el 517 y el 1450 junto a las fábricas de papel en China (105) y Bagdad (Iraq) y los primeros libros impresos entre 1453 y 1500, pisando la llamada Edad Moderna. Éstos, con sus destellos de la imaginación, sólo iluminaban a un puñado de seres humanos ya que la lectura era un saber menos frecuente que los saberes de la agricultura y guerra que eran prioridad absoluta. Servían para registros de comercio, victorias, conquistas y ritos. No narraban historias sino fórmulas de lecturas de los pájaros en el vuelo, movimientos de las hierbas, del paseo de los animales donde el ser humano intentaba descifrar el destino de la naturaleza. Su mayor maravilla es su capacidad de transfiguración de ser primera voz, enriquecida de generación a generación, hasta que alguien, temeroso que esa voz se pierda en los vientos del tiempo, ordena retenerlos en páginas manuscritas donde la escritura es la pintura de la voz. En su largo amanecer iletrado la humanidad componía libros sin saberlo. No existía la noción de autor, como lo concebimos ahora, porque escribir o crear era una tarea colectiva a través de la discusión y del diálogo, donde cada copista sumaba una línea o suprimir una escena. “La Ilíada” y “La Odisea” fueron la obra de muchos hombres entre el VIII y el V a. de C. Leer era algo que pertenecía a la esfera pública donde se enriqueció con adiciones o comentarios lo que se iba leyendo. La invención de la imprenta, en los prolegómenos de la Edad Moderna y su transición al capitalismo, dio un vuelco decisivo en la relación autor - lector al instalar al libro en la esfera privada. Lo introdujo en la intimidad del ser humano donde los lectores entraron en los textos de manera directa.
Pedro Pablo Verasaluse
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