Un “SuperIVA” para simplificar el esquema impositivo

Caputo reafirmó que se avanza hacia las reformas estructurales.

INGRESOS BRUTOS. Ese impuesto representa alrededor del 80% el total de la recaudación provincial. INGRESOS BRUTOS. Ese impuesto representa alrededor del 80% el total de la recaudación provincial.

“Si ganamos, habría una profundización de lo que estamos haciendo. Más baja de impuestos, más eliminación de regulaciones, más apertura económica. Si tenemos el apoyo de la gente en las elecciones, pensamos reformas estructurales”. La afirmación del ministro de Economía, Luis Caputo, fue como una música para los oídos de los referentes del sector privado que ayer asistieron al Congreso del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).

“Las tenemos listas (a las reformas), pero no las podemos mandar al Congreso porque hay una buena parte de los legisladores que no quiere que le vaya bien al país y siguen viendo a la política como un negocio”, continuó el titular del Palacio de Hacienda. Las modificaciones integrales son seguidas de cerca por los gobernadores que, por el momento, no creen conveniente aplicarlas, menos en un año electoral.

La Argentina tiene varios impuestos a las ventas superpuestos. Por un lado, la Nación cobra el Impuesto al Valor Agregado (IVA) con una alícuota general de 21%, aunque hay bienes y servicios exentos o con alícuotas diferenciales. Las provincias aplican el impuesto a los Ingresos Brutos con centenares de alícuotas diferentes y varias decenas de regímenes de pago adelantado (el SIRCREB y SIRTAC son los más conocidos). Los municipios aplican tasas en un formato similar en términos de diversidad y complejidad a Ingresos Brutos. Este esquema, detallado por el Instituto para el Desarrollo Social de la Argentina (Idesa) es lo que el Gobierno nacional quiere simplificar para que, por un lado, se reduzca la carga fiscal y, por el otro, mejore la competitividad del sector privado.

La acumulación de impuestos gravando el mismo hecho (ventas) impacta sobre los precios no solo por los montos que representan sino también por la costosa burocracia para pagarlos, indica el reporte al que accedió LA GACETA. En este sentido, el IVA es un tributo mucho más moderno que lo hace más fácil de administrar y controlar. Además, distorsiona menos el proceso de producción porque cada eslabón de la cadena productiva paga el impuesto sólo por el valor que agregó. En cambio, Ingresos Brutos y las tasas municipales van multiplicando su incidencia en su paso por los eslabones de la cadena de valor elevando costos internos y quitando competitividad a quienes quieren exportar y a quienes tienen que competir con bienes importados.

Un “SuperIVA” para simplificar el esquema impositivo

Para dimensionar el desafío que implica eliminar Ingresos Brutos y tasas municipales hay que ver cuánto recaudan. Según el Ministerio de Economía para 2024 se observa que:

• IVA recauda 7,5% del PBI los cuales se reparten 3,5% para la Nación y 4% para las provincias.

• Ingresos Brutos provincial recauda alrededor de 4,0% del PBI.

• Se estima que las tasas municipales aplicadas sobre las ventas recaudarían más del 0,5% del PBI.

Estos datos, según Idesa, muestran que por impuesto a las ventas se recaudan aproximadamente 12% del PBI. Esto implica poco menos de la mitad del total de los ingresos tributarios del sector público consolidado. Los impuestos a las ventas, por lejos, son la principal fuente de recursos de los tres niveles de gobierno. “Comparado con países desarrollados, esto es una distorsión que debería ser corregida en base a seguir bajando el gasto público y fortaleciendo el impuesto a los ingresos (Ganancias) en lugar de a las ventas. Como esto llevará tiempo, mientras tanto es urgente e imprescindible eliminar Ingresos Brutos y tasas municipales a las ventas”, remarca el informe.

La manera más práctica y rápida de eliminar Ingresos Brutos y tasas municipales es que sean absorbidos por un “súper-IVA”. Una primera ventaja, advierte Idesa, es la transparencia que hará explícita la exageradamente alta presión tributaria que se aplica sobre las ventas actualmente oculta en la superposición de los tres tributos. La segunda es que se bajan los costos administrativos de los contribuyentes y del Estado aumentando las posibilidades de bajar la evasión, paso esencial para ir más rápido a la reducción de la presión tributaria. La tercera es que aumenta la competitividad de la producción nacional. El IVA es un impuesto transparente que permite ser reintegrado a los exportadores y coloca en pie de igualdad al producto nacional con el importado. En otras palabras, se deja de exportar impuestos y de competir en desventaja con productos importados.

En este sentido, el anuncio del gobierno nacional de replantear el IVA y el relacionamiento con las provincias es un planteo muy auspicioso. Para ello es clave abordar el problema de los impuestos sobre las ventas en su integralidad. Es decir, reformar los tributos que aplican los tres niveles de gobierno de manera solapada (Nación, provincias y municipios). La unificación en el “súper IVA” es el camino más directo y rápido para abordar este desafío.

También es la manera de avanzar hacia la competencia de alícuotas entre provincias como plantea el presidente. Para tres cuartos del país en términos de población y PBI es factible establecer un esquema de correspondencia fiscal. Esto es, que cada provincia se financie con los impuestos que le cobra a sus ciudadanos. Para el resto de país, integrado por las provincias más chicas cuyo bajo nivel de desarrollo hace difícil que su sector público se financie con impuestos propios es factible establecer un Fondo de Nivelación que les dé la tranquilidad de mantener los actuales ingresos. “Son muchas provincias, pero pequeñas, por lo tanto, alcanza con un fondo de tamaño acotado”, finaliza el instituto.

El efecto de la motosierra: el objetivo es tener un Estado más chico, con menos tributos

“Lo que hace posible la baja de impuestos es la motosierra”, destacó ayer el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, al destacar los anuncios sobre rebajas de aranceles para importar celulares y las disminuciones impositivas para televisores, aires y videojuegos. Ante referentes del mundo de las finanzas que participaron del congreso del IAEF, Sturzenegger insistió en que el objetivo de este gobierno es tener un Estado más chico, más barato y con menos impuestos. “La discusión muy interesante es qué impuestos bajar. Depende del sector. Creo que debemos bajar los aranceles a la importación de bienes de capital”, dijo en el 42º Congreso Anual de IAEF. El ministro aseguró que la motosierra “sigue a full. Hemos dispensado 45.000 personas del Estado, lo que nos ahorra 2.000 millones de dólares anuales”.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios