“Está muy mal. A veces piensa en quitarse la vida. Esto no puede quedar así”, dijeron los parientes de un preso que denunció haber sido abusado por policías. Los efectivos ya están siendo investigados por el hecho y fueron separados de la fuerza por el caso.
El ataque, según la denuncia, se registró el 5 de abril en la sede de la Brigada de Las Talitas, pero en ese tiempo no trascendió porque estaba en plena etapa de investigación. La víctima, cuyo nombre se mantiene en reserva, contó todo lo que había sucedido en un crudo testimonio que, para su mejor interpretación, se lo cuenta en secuencias.
1- Traslado
El joven de 25 años estaba alojado en la sede de la ex Brigada de Investigaciones por una causa de robo. Por causas que aún no están claras, se decidió trasladarlo a la dependencia policial ubicada en Villa Mariano Moreno. Allí, habría sido golpeado por cuatro efectivos que estaban de guardia ese día. Uno de ellos abusó de él utilizando el palo de una escoba. Los parientes sostienen que fue ultrajado porque, según les contó, por llevarlo hasta ese lugar se perdieron de recibir una importante suma de dinero por un “arreglo” que deberían haber realizado. Fuentes cercanas a la investigación dijeron que podría haber sido una represalia por no haber pagado por permanecer en una oficina y no en un calabozo.
2- Pedido de ayuda
Los efectivos, de acuerdo a la investigación, intentaron sacarse el problema de encima trasladando a la víctima a otra dependencia policial. Para hacerlo, según las normas de la fuerza, deben presentar un informe médico donde se detalla cuál es el estado de salud del detenido. Los parientes que fueron entrevistados por LA GACETA cuyas identidades se mantienen en reserva para que la víctima no sea identificada, relataron que fue llevado a la sede de Medicina Legal de la Unidad Regional Norte donde un profesional les habría firmado una historia clínica sin que fuera revisado. Los investigadores sospechan que sólo habría firmado un papel en blanco para que los señalados escribieran el informe.
3- De un lugar a otro
El preso abusado fue trasladado hasta la comisaría de Tafí Viejo para alojarlo allí, pero el personal que estaba de servicio no quiso recibirlo por el estado en el que se encontraba y porque no tenían ninguna documentación que informara sobre el origen de las lesiones que sufría. Luego, se dirigieron hacia la comisaría de Los Pocitos, donde también recibieron la misma respuesta. Por último, terminaron en la dependencia de Los Nogales. Allí sí permitieron que lo dejaran, pero según sus familiares, hicieron de todo para ayudarlo. Según los familiares, después de que los supuestos agresores se marcharon del lugar, el personal superior le preguntó al detenido cuál había sido el origen de las lesiones que tenía. Al escuchar su versión, le tomaron la denuncia, preservaron la ropa para que sea analizada por los peritos, lo trasladaron al Centro de Salud e informaron del caso al Ministerio Público Fiscal.
4- Visitas
Mientras estaba internado en el centro asistencial, un comisario en actividad que ya había sido denunciado en la Justicia federal por un confuso episodio y supuesto padre de uno de los agresores, habría intentado convencerlo para que no realizaran denuncia alguna. A cambio le habría ofrecido una suma de dinero y que gozaría de privilegios en el lugar de encierro que le designaran después de recibir el alta.
5- La denuncia
La víctima fue trasladada al penal de Villa Urquiza. Según los familiares, una vez que fue trasladado al penal de Villa Urquiza, se contactó con un defensor oficial para contarle su caso. En una entrevista habría ratificado todo lo que había declarado en la comisaría de Los Nogales. Actualmente, un profesional del Ministerio de la Defensa asumió el rol de querellante en el expediente.
6- En la Justicia
El expediente se inició en una Unidad Fiscal de Delitos Complejos (tiene a su cargo la investigación de exceso policial) que al analizar el caso, decidió inhibirse porque consideraba que se trataba de un abuso sexual, por lo que la causa terminó en la oficina que dirige la fiscala Adriana Reinoso Cuello. La investigadora ordenó una serie de medidas como una inspección en el lugar donde habría ocurrido el hecho y el secuestro del libro de guardia. También fue fijada una entrevista en Cámara Gessel para que el denunciante ampliara su declaración. A los cuatro efectivos ya se les informó que se abrió una investigación en su contra.
7- La reacción
Fuentes del Ministerio de Seguridad y de la fuerza confirmaron la existencia del caso y calificaron al hecho como grave. Indicaron además que los cuatro efectivos mencionados fueron separados inmediatamente de sus funciones hasta tanto se resuelva su situación procesal. Por último, indicaron que se pusieron a disposición de la fiscala Adriana Reinoso Cuello para colaborar con la investigación.
8- Pedido
Por último, los familiares del denunciante aseguraron estar atemorizados porque observaron movimientos extraños en las inmediaciones de sus domicilios. Le dijeron a LA GACETA que hoy se presentarán ante la Justicia para solicitar medidas de protección para ellos y la víctima.




















