Recientemente hubo una erupción solar muy intensa y se informó que se estaba produciendo una tormenta solar que podía afectar las comunicaciones, redes eléctricas, señales de navegación y poner en riesgo a las naves espaciales y sus tripulaciones. Lo único que ocurrió fue un corte en las comunicaciones de alta frecuencia en Europa y en parte de Asia.
El Sol es una estrella que puede presentar manchas en su superficie. Las manchas son zonas en las que se producen como “explosiones” y emite gran cantidad de partículas y energía que pueden llegar a la Tierra. La actividad en el Sol varía entre valores máximos y mínimos. Esto es lo que se llama ciclo solar y dura 11 años aproximadamente. En este momento está en el máximo de un ciclo y tiene más manchas de lo que se había previsto. El ciclo es más intenso de lo esperado.
La Tierra tiene un campo magnético (campo geomagnético) que actúa como un escudo que la protege de la radiación que llega desde el espacio, entre ellas la radiación solar. El Sol siempre emite radiación que al chocar con el campo geomagnético lo aplasta. Cuando hay erupciones solares, las partículas y la radiación son más intensas y modifican más campo magnético terrestre. Esto tiene efectos sobre la atmósfera. Entre otras cosas puede aumentar la carga eléctrica, lo que podría afectar las comunicaciones tanto terrestres como satelitales.
Al aplastarse el campo geomagnético hay partículas que entran en la atmósfera en la zona de los polos y emiten luz. Esas luces son las Auroras Polares. Cuanto más intensa las tormentas, más intensas son las auroras, como la de mayo de 2024 que se vio en latitudes bajas como el sur de la provincia de Buenos Aires y España.
Hay recordar que lo que afecta a la Tierra es lo que ocurre en la cara visible del Sol, pero la actividad es en toda su superficie, por lo que pueden haber manchas más intensas que no se vieron. A medida que el Sol gira pueden producirse otras tormentas, incluso más intensas.
Este ciclo solar es intenso, pero hubo otros tan intensos como este. En la década de 1980 hubo problemas en el suministro eléctrico en Canadá y en 1859 hubo incendios en la red de telégrafos a causa de tormentas solares. En la actualidad todos los sistemas que pueden ser afectados mejoraron su seguridad, por lo que cada vez es menos probable que haya algún problema.
Hay datos de manchas solares desde hace más de 2000 años. Los primeros que las registraron fueron los chinos y en 1610 Galileo Galilei las observó con telescopios e hizo gráficos de su ubicación. Para períodos anteriores se puede estudiarlas en base a mediciones de Carbono 14 (14C) en troncos de árboles fosilizados. El 14C se produce en la atmósfera y se usa, entre otras cosas, para calcular la edad de los fósiles. Las partículas solares al interactuar con la atmosfera terrestre y generan una cantidad inusual de 14C. Con estos estudios se determinó que la mayor tormenta solar se produjo hace 14.600 años en la Edad de Hielo.
El Sol es una estrella común y hay muchas parecidas. Con la tecnología actual es posible estudiar las erupciones en ellas. Con esos análisis se puede verificar si los resultados de estudios de 14C en la Tierra son confiables.
Los objetos del cielo (estrellas, galaxias, planetas, etc.) tienen una vida muy larga, algunos incluso existen desde antes de que el hombre haya aparecido en la Tierra. Para saber cómo evolucionan y se comportan a largo plazo es necesario usar métodos no convencionales para estudiarlos, como en este caso, pero no hay otro modo de hacerlo.














