La tragedia horrorosa vivida en estos días por una familia de Villa Crespo nos ha conmocionado tanto a todos que nos ha dejado estupefactos. Se trata de un “Homicidio seguido de suicidio” que anteriormente era denominado “Suicidio con homicidio altruista”, ahora caído en desuso. Consideraba que quien cometía el crimen lo hacía con una intención de liberar o de salvar a sus víctimas afectadas por una situación imaginaria o real tan adversa como ha sido la expresada en la nota manuscrita dejada por la autora en la cocina durante desarrollo de los hechos (“con lo que vamos a pasar”; “fue mucho”; “todo mal, muy perverso”; “les arruinaba la vida”). Persona que por haber podido hacer lo que hizo y como lo hizo debe haber estado pasando por una profunda depresión o por la irrupción de un brote psicótico de tipo paranoide (persecutorio). Cabe la duda si en el momento del hecho estaba correctamente medicada o habría interrumpido el tratamiento como afirma la empleada doméstica que desde hacía una semana la veía más intolerante e irritable. Tampoco se sabe si al mismo tiempo realizaba o no algún tratamiento psicoterapéutico. Frente a un drama de estas características donde no hubo testigos presenciales se generan más interrogantes que respuesta a los mismos. Por el caso resulta imposible conocer las causas profundas o los posibles factores desencadenantes de los hechos al haber sido dramáticamente silenciados todos sus protagonistas. Solo quedan los registros del psiquiatra tratante guardados bajo secreto profesional. Nos queda entonces la posibilidad conjetural de hilvanar algunas hipótesis más o menos probables a partir de unos pocos indicios. La información periodística sobre el hecho de sangre apela a la comunicación tecnológica donde llama la atención algunos mensajes por las redes sociales que la autora intercambiaba con amistades. Uno de ellos se produjo hace unos 8 años estando de vacaciones con sus hijos siendo estos de aproximadamente 3 y 5 años cuando dijo “Ibo se porta horrible” y la amiga le dijo “Lo mataste, je je” y ella le respondió “Hoy casi” en el epígrafe de una foto se ve el libro “Crímenes en familia”, pero en una posterior oportunidad se refería a ellos como la ”bellezas de la madre”. Esta relación ambivalente (amor-odio) con los hijos en la neurosis uno de esos términos es reprimido en el inconsciente y el otro queda consiente, mientras que en la psicosis por efecto de la defusión pulsional ambos términos son conscientes. Caben aún muchas preguntas, pero hay una ineludible: cómo una familia de clase media que teniendo un confortable departamento blindado, en un barrio residencial, con hijos que concurrían a un buen colegio, donde la esposa practicaba deportes y mantenía buenas relaciones sociales y amistosas y se permitían hacer frecuentes viajes por el país y el exterior mientras el esposo profesional exitoso de una importante empresa agrícola, en un video grabado en el 2017, le expresaba a su público orgullo por su familia, por los hijos y su mujer cariñosa revelando que su fidelidad era la garantía de la cohesión familiar, como esta familia pudo terminar así? No todo lo provee el Mercado. Necesitamos un Estado eficiente que cuide y garantice la salud mental de la sociedad.
Osvaldo R. Llapur
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