"Hygge" la costumbre danesa que puede ayudarte a dormir mejor.
En Dinamarca tienen un concepto que explica la sensación de comodidad y bienestar pero que también se traduce en la práctica. "Hygge" es una filosofía de vida que abraza los pequeños placeres para cultivar la felicidad y el equilibrio emocional. Y aplicarla antes de acostarse puede ser un cambio radical para reducir los niveles de cortisol antes de dormir y favorecer un sueño reparador.
El concepto de "hygge" implica encontrar el bienestar en momentos cotidianos, a menudo en la calidez del hogar y en buena compañía. Este hábito promueve un estilo de vida tranquilo. Adoptar actividades alineadas con esta filosofía, como las cenas íntimas dedicadas a la conversación, puede ayudar a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y lograr un mejor descanso. La estrategia: alejarse de los estímulos constantes a los que estamos acostumbrados.
La cena, el factor más importante
Meik Wiking, autor danés de Hygge: el camino danés a la felicidad, propone integrar este concepto específicamente en nuestras cenas a través de lo que llama la "conversación al estilo hygge". La idea es simple pero poderosa: transformar una cena apurada y llena de distracciones (como el teléfono o la televisión) en un momento plenamente consciente, dedicado a conectar de manera significativa con quienes compartimos la mesa.
Para lograr esto, el primer paso es desconectar del mundo digital. Según Wiking, durante estas cenas, los dispositivos electrónicos deben estar fuera de la vista para que toda la atención se centre en el aquí y ahora y en las personas presentes. La conversación, que busca ser profunda y consciente, se convierte en el eje central de este ritual.
Beneficios de conectar en la cena
Este tipo de intercambio, más allá de las charlas superficiales, fomenta una conexión emocional genuina y permite compartir ideas, sentimientos y experiencias. Esto tiene un impacto directo en nuestro cuerpo: facilita la producción de hormonas como la serotonina y la oxitocina, ambas directamente relacionadas con el bienestar, a la vez que disminuye la secreción de cortisol. Los neurocientíficos incluso señalan que desarrollar relaciones sociales cercanas y mantener conversaciones cara a cara son esenciales para prevenir el aislamiento, un factor de riesgo asociado al deterioro cognitivo, indicó Infobae.
El espacio también importa
Aunque nuestro ritmo de vida no sea el mismo que en Dinamarca, podemos adaptar elementos del hygge a nuestras cenas. Meik Wiking sugiere algunos trucos prácticos. Por ejemplo, una mesa redonda puede promover un sentimiento de igualdad y apertura entre los comensales. Según él, este tipo de superficie "fomenta una mayor igualdad entre los comensales".
Otro detalle importante es la iluminación: cambiar la luz blanca intensa por una iluminación tenue y cálida crea un ambiente mucho más acogedor. Sumar elementos confortables como almohadones o mantas también ayuda a transformar el espacio.
Por último, el tema de conversación también es importante. Wiking afirma que "las mejores charlas son aquellas cargadas de honestidad y vulnerabilidad, donde se comparten desafíos y emociones”. Incorporar esta práctica no solo ayudará con el manejo del estrés, si no que te permitirá conectar profundamente con los que más querés.























