Cartas de lectores: Tierra del Fuego

31 Mayo 2025

Apenas comenzado el año 1983, luego de servir a la patria en la gloriosa gesta de Malvinas, surgió la posibilidad de viajar a Tierra del Fuego, en busca de oportunidades laborales, en el contexto de la grave crisis económica que atravesábamos en ese momento. con mis jóvenes 20 años, pasar de la helada precordillera neuquina al frío polar fueguino, no fue una gran diferencia. si quizás, los casi 3.000 km que nos separaban de la familia. Pero la necesidad de buscar un futuro más prometedor justificaba todo. Acompañado por la buenaventura, rápidamente conseguí trabajo en una de las tantas fábricas electrónicas del parque industrial isleño, instaladas al amparo de la ley 19.640 de promoción industrial. Apenas comenzaba el auge de la fabricación de la TV a color, que impulsó la importancia venidera de la industria para la economía local y que es, hasta hoy en día, su principal actividad. Y así, casi 10 años de permanencia en el remoto fin del mundo, me sirvieron para realizarme económica y socialmente. Haciendo un balance, luego de 50 años de vigencia de esta ley, podemos decir que la misma fue fundamental para el desarrollo presente de la ahora provincia (antes de 1990 era territorio nacional) y para el progreso de miles de argentinos que, haciendo patria, dejamos allí una parte importante de nuestras vidas. En la década del ‘70, casi la mitad de su población era extranjera (principalmente chilena obviamente), mientras que hoy en dia más del 90% es argentina, la mayoría nacida en el continente. Por ello, habiendo sido parte del comienzo de su pujante presente, irreconocible para los que llegamos hace tantos años, podemos hablar con total autoridad de la medida del presidente Milei de bajar los aranceles para la importación electrónica. Y no tenemos ninguna duda en afirmar que la misma es resultado de la absoluta ignorancia que él y sus funcionarios tienen sobre todo lo antedicho. Lo primero que indigna sobremanera es la liviandad con la que se habla de la pérdida de casi 15.000 puestos de trabajo, como si conseguirlo hoy en día, en medio del desastre económico nacional, fuera un simple trámite. Deben entender nuestros gobernantes que todos los que llegamos a la isla y todavía están hoy en día, lo hicimos simplemente escapando de su incompetencia y desaciertos, siendo los principales responsables de este desarraigo. Además, para los que hablan con ligereza de la cuestión geopolítica, les recordamos (incluido al Presidente), que la región estuvo al borde de la guerra con Chile en 1978 por tres islotes en el Canal de Beagle, y de no ser por la mediación del santo padre Juan Pablo II se hubiera derramado trágicamente la sangre de dos países hermanos. De paso, no olvidemos el millonario costo que significa la presencia de la usurpación británica en las islas Malvinas. Además, un detalle que seguramente no es muy conocido: para entrar a esta provincia argentina, increíblemente, primero hay que atravesar territorio chileno. Para todos los que se llenan la boca hablando de soberanía, aquí hay que ejercerla, rotundamente. También se subestima la actividad industrial, diciendo que solamente es un simple ensamblaje, cuando todos sabemos que hoy la industria en general funciona así en todo el mundo, salvo contadas excepciones. Ofende también la justificación de la medida: bajamos aranceles para que millones de argentinos tengamos celulares de última generación más baratos, como si su alto precio actual fuera un obstáculo para adquirirlos. Y finalmente, todo este despropósito solamente le permitiría al Gobierno ahorrarse la ínfima suma de mil millones de dólares anuales (un 0,2 del PBI nacional), una gota de agua en el inmenso mar del derroche de la economía nacional. Entonces, señor Presidente, si para Ud. toda esta cuestión es solamente un problema de caja y no piensa dar marcha atrás con esta medida, en las próximas elecciones no solamente perderá los más de 50.000 votos de los isleños, sino también, definitivamente, el nuestro propio. ¡De eso no tenga la menor duda!

Ricardo Rearte                                     

ricardorearte333@mail.com

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