Tengo más de 78 años; y como a muchos mayores de 75 años me supera el avance del tecnicismo. Expongo varios hechos: 1) Ir a un banco a utilizar el cajero automático o cajero “humano” o tratar de entrar a homebanking, todos con distintos códigos numéricos. Palabra aparte lo de la billetera virtual y de las plataformas (antes para nosotros era una saliente de una construcción). 2) Ver a nuestros hijos con toda naturalidad con las transacciones virtuales y a nuestros nietos que no conocen lo que es leer un libro de distintas materias y verlos todo el día con celulares o tablet o cuando te quitan el control remoto de la tele y entran en distintas plataformas, etc. Hecho frecuente aparte: cuando tu familia ya duerme a la noche y tus hijos duermen porque se levantan temprano a trabajar y vos estás en tu mejor momento viendo una serie o película y apretás el botón equivocado y se desconfigura todo. 3) Ahora ,en el colmo de todos: yo tengo celular y cuando cambian un código o te piden algo acudo desesperado a mi hija que maneja muy bien todo “eso”. 4) Un hecho nuevo, que se escapa a cualquier razonamiento, es que los de nuestra edad somos de la época del teléfono fijo y de la guía telefónica, y en esta época poníamos en Google (suerte que me acuerdo cómo se escribe) Páginas Blancas Tucumán y se abría un directorio online muy bueno, ahora en forma inconcebible nos han despojado de eso también. 5) Respecto de otro tema muy importante para el acceso a la Justicia, relataré lo siguiente: mi especialidad como médico era laboral/ legista y trabajé por más 30 años como perito designado por sorteo en los tribunales de la provincia y federales. Y los recuerdos de esa época recorriendo tribunales por sus pasillos, especialmente los días de notificaciones de las causas en que uno era perito o abogado (tanto en los juzgados como en Cámara), y se encontraba en los pasillos con abogados conocidos y amigos, clientes, otros peritos de distinta especialidad (contadores, ingenieros, etc); conversar en los pasillos, tomar un café en bares cercanos era algo hermoso e inolvidable; a lo que se agrega la posibilidad de que en una de esas recorridas se pudiera hablar con el prosecretario, el secretario o el juez y más aun con accesos a cámaras y a la Corte Suprema. Todo lo expuesto ha desaparecido y se ha digitalizado; el acceso a los funcionarios o a los expedientes de la causa es ineficaz y complejo. El resultado es un retraso en la terminación de los juicios y el cobro de honorarios. Llama la atención que no exista un sistema doble, presencial y técnico, y que se niegue el acceso personal a los expedientes de la causa, ya que suben a los portales tanto de federal como de provincia los escritos y la documentación que deciden los funcionarios de los juzgados
Francisco José Curia
Monteagudo 645 3° A - S. M. de Tucumán














