Liga de Quito vivió un emotivo día al inaugurar su renovado Centro de Alto Rendimiento con un nombre que lo dice todo: Edgardo Bauza. El club rindió tributo a quien cambió la historia de la institución y del fútbol ecuatoriano. “Hoy inauguramos el Centro de Alto Rendimiento Edgardo Bauza. Realizamos un homenaje especial a la trayectoria, valores y legado del Profesor Edgardo ‘el Patón’ Bauza”, compartieron desde las redes oficiales del club.
El acto se realizó en el complejo de Pomasqui y reunió a Bauza, su esposa Maritza Gallardo, sus hijos Maximiliano y Nicolás, directivos y figuras históricas de la institución. La emoción atravesó la jornada, en la que se recordó el impacto del técnico argentino, quien condujo al club a la histórica obtención de la Copa Libertadores en 2008, además de títulos locales y la Recopa Sudamericana. Aquel logro continental, el único para un equipo ecuatoriano, selló su nombre en la historia grande del continente.
La huella de Bauza en Liga de Quito va más allá de los títulos. Fue un formador de futbolistas, de personas, un ejemplo de liderazgo. Que el centro de entrenamiento del club lleve su nombre simboliza el legado que dejó a través de su compromiso, su ética y su visión del fútbol. En palabras del presidente del club, Isaac Álvarez, este reconocimiento es “una declaración de principios”. Agregó que la figura del técnico “representa un modelo a seguir por los deportistas del club”, por su influencia en todas las áreas de la institución.
Gallardo, visiblemente emocionada, agradeció el homenaje y habló con honestidad sobre el difícil presente que atraviesan por la enfermedad neurodegenerativa que afecta a Bauza, diagnosticado con demencia frontotemporal en 2022. Expresó el orgullo de la familia por lo que representa su nombre y valoró el cariño que reciben: “El apoyo constante de hinchas, exjugadores, equipos rivales y familias del fútbol ecuatoriano es un motor fundamental para nosotros”.
Un gesto que trasciende generaciones
El hijo del entrenador, Maximiliano Bauza, también tomó la palabra y expresó con emoción lo que significa que el complejo lleve el nombre de su padre. Dijo que esta etapa vivida en Liga fue “imborrable” y que el reconocimiento tiene un valor inmenso “tanto en lo sentimental como en lo deportivo”. El acto también reunió a varios futbolistas que fueron dirigidos por él entre 2006 y 2008, y luego de 2009 a 2013, años en los que el club alcanzó la gloria local e internacional.
El homenaje va más allá del deporte: une a varias generaciones de hinchas bajo un mismo sentimiento de gratitud. La figura de Bauza sigue siendo un faro para quienes hoy se forman en Liga.





















