El estacionamiento prohibido, clave del desorden

26 Julio 2025

Que el tránsito es un grave problema en Tucumán no es una novedad y también es evidente para las miles de personas que circulan a diario por la ciudad, sea cual sea su medio de traslado. “Después de Buenos Aires, Tucumán tiene el tránsito más lento del país”, supo reconocer la intendenta Rossana Chahla cuando aún era candidata. Luego, ya como jefa del municipio, creó el Plan Integral de Movilidad Urbana (PIMU), un programa para reordenar el flujo vehicular. El plan comenzó con la implementación de los carriles exclusivos para colectivos, por ahora en unas 100 cuadras, aunque el objetivo es llegar a 200, según se anunció.

Esta etapa cosechó buenos resultados, tanto para las líneas como para los pasajeros, que valoraron la mayor fluidez de los viajes en esos tramos.

Sin embargo, a nuestro entender, una de las principales complicaciones que acusa la circulación es el estacionamiento de vehículos en lugares prohibidos, sobre todo en las cuadras más angostas del antiguo cuadrante de la capital, lo que además deriva en un efecto dominó de dobles y hasta triples filas.

Un caso emblemático es el de Maipú al 400, también estrecha, de menos de seis metros de ancho, estacionada de punta a punta toda la jornada por vehículos particulares, con el agravante de que la mayoría pertenece a policías de la Guardia Urbana, ubicada en esa cuadra. Es evidente que se trata de una “zona liberada”.

Ayacucho-Junín es otro claro ejemplo de otra arteria angosta, donde no está permitido estacionar pero sin embargo se muestra repleta de vehículos durante todo el día, incluso en doble y triple fila. Lo mismo ocurre en la angosta y estratégica calle San Juan, uno de los pocos accesos al microcentro desde el oeste y además por donde circulan colectivos y, sin embargo, hay cuadras con autos aparcados por horas. Los casos se replican por decenas: Chacabuco, Crisóstomo Álvarez, San Martín, en algunos tramos de 24 de Septiembre, Mendoza o Corrientes, por citar algunos casos.

En cerca del 50% de las calles del macrocentro, conocido como dentro las cuatro avenidas, está restringido el estacionamiento, ya sea las 24 horas o de 6 a 22 y los sábados de 6 a 14. En el microcentro las restricciones abarcan al 100% de las calzadas. En algunos casos se cumplen, como los que ya citamos donde existen carriles exclusivos para ómnibus, ya que se sitúan por la derecha, o en otras donde circulan colectivos, como las calles Córdoba, San Lorenzo o Las Piedras. En otras, aún con circulación de ómnibus y con estacionamiento prohibido hay autos aparcados casi toda la jornada laboral. Algunos ejemplos son Marcos Paz, Virgen de La Merced, Muñecas o Laprida, entre otras.

Se suman, además, los “espacios reservados” con cartelería a las claras apócrifa, instaladas por los frentistas sin autorización.

Esta sola medida, si se hiciera cumplir a rajatabla, mejoraría tangiblemente el tránsito en el caótico centro, no sólo al ensanchar considerablemente las calles, sino con el agregado de que se evitarían las doble y triple filas, que tornan aún más estrechas las arterias, y más lento el tránsito, como reconoció la propia intendenta. No es necesario inventar nada nuevo ni plantear ideas revolucionarias, se trata simplemente de hacer cumplir con la ley.

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