CORTEJO. Familiares y allegados acompañan los cuerpos de los periodistas asesinados en un ataque israelí, desde el hospital hasta su lugar de entierro.
DOHA, Qatar.- Los funerales de cinco periodistas de la cadena catarí Al Jazeera, muertos en un ataque aéreo israelí, el domingo, en la Franja de Gaza, estuvieron marcados por el dolor de la comunidad palestina y la condena internacional. La masacre, frente al hospital Al Shifa, se suma a una larga lista de víctimas en un conflicto que lleva 22 meses y ha costado la vida a cerca de 200 trabajadores de prensa, según organizaciones civiles.
Decenas de personas, algunas entre lágrimas, participaron en la procesión fúnebre que trasladó los cuerpos de Anas al Sharif, Mohammed Qreiqeh, Ibrahim Zaher, Mohammed Noufal y Moamen Aliwa al cementerio Sheikh Redouan, en Ciudad de Gaza.
También murió en el mismo ataque Mohammed Al Khaldi, periodista independiente que colaboraba con medios locales.
El Ejército israelí reconoció la autoría del bombardeo y afirmó que el objetivo era Al Sharif, un reconocido corresponsal de 28 años al que acusó de ser “un terrorista que se hacía pasar por periodista”. Según un comunicado militar, era “jefe de una célula de Hamas” y “preparaba ataques con cohetes contra civiles y tropas”. En redes sociales, difundió una fotografía del reportero con líderes de Hamas y documentos que supuestamente probaban su pertenencia al grupo.
Al Jazeera rechazó las acusaciones y sostuvo que se trató de un “ataque dirigido” contra su equipo. La cadena denunció que 10 de sus corresponsales han sido asesinados por las fuerzas israelíes desde el inicio de la ofensiva, lanzada en respuesta al cruento ataque de Hamas sobre Israel, el 7 de octubre de 2023.
Organizaciones de defensa de la prensa como el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) acusaron al Ejército israelí de desarrollar una “campaña de desprestigio” contra reporteros palestinos, y advirtieron que atacar a periodistas es un crimen de guerra. “Los periodistas son civiles. Nunca deben ser objetivo en una guerra”, remarcó Jodie Ginsberg, directora ejecutiva del CPJ.
Agregó que, según la ley internacional, “a menos que las IDF (Fuerzas de Defensa de Israel) puedan demostrar que Anas al Sharif seguía siendo un combatiente activo, no hay justificación para su muerte”.
La agencia France24 destacó que el funeral, realizado un día después del ataque, reunió a familiares, colegas, representantes de organizaciones de prensa y miembros de la sociedad civil, que expresaron su indignación por lo sucedido. En varias pancartas se leía la frase: “La voz de Gaza no será silenciada”.
“Ataque deliberado”
La indignación trascendió las fronteras. El primer ministro de Qatar, jeque Mohamed bin Abdulrahman Al-Thani, calificó la acción como un “ataque deliberado” que “revela crímenes inimaginables”. La ONU condenó el “asesinato” y llamó a Israel a “respetar y proteger a todos los civiles, incluidos los periodistas”.
El Sindicato de Periodistas Palestinos describió el hecho como un “crimen sangriento” y Reporteros Sin Fronteras (RSF) dijo estar “horrorizado” por la muerte de los comunicadores.
Sara Qudah, directora regional del CPJ, advirtió que “la práctica israelí de etiquetar a periodistas como activistas sin aportar pruebas creíbles plantea serias dudas sobre el respeto a la libertad de prensa”.
Entre las reacciones más emotivas estuvo la publicación póstuma de un mensaje de Al Sharif, escrito en abril y difundido en redes sociales tras su muerte: “Este es mi testamento y mi último mensaje. Si estas palabras les llegan, sepan que Israel logró matarme y silenciar mi voz. No olviden a Gaza”.
La relación entre Al Jazeera e Israel ha sido históricamente conflictiva, con prohibiciones para que la cadena opere en el país y allanamientos a sus oficinas. En el contexto del bloqueo sobre Gaza, medios internacionales dependen de la cobertura que proveen reporteros palestinos para informar sobre la situación humanitaria y los acontecimientos bélicos.
CONDENA. Los nombres y las caras del equipo de noticias, en las calles.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció el domingo un plan para permitir el ingreso de periodistas extranjeros a Gaza, pero únicamente bajo supervisión militar. Para organizaciones defensoras de la prensa, la medida no sustituye el trabajo de reporteros locales, quienes tienen acceso directo y conocimiento del terreno.
El ataque y las muertes ocurren mientras se intensifican los combates en Gaza, donde Israel sostiene que sus operaciones apuntan a desmantelar la infraestructura militar de Hamas, declarado organización terrorista por Israel y varios países de Occidente. Sin embargo, las cifras de víctimas civiles y el alto número de periodistas muertos generan llamados internacionales para que se respete el derecho humanitario.
En las calles de Ciudad de Gaza, el funeral de los periodistas fue también una manifestación contra la guerra. Entre cánticos, banderas palestinas y cámaras que captaban cada momento, el mensaje era claro: incluso en medio de la destrucción, la memoria de quienes narraron el conflicto seguirá viva.























