La muerte del yaguareté: un fallo histórico que alimenta otra polémica

Por primera vez un tribunal condenó a cuatro cazadores furtivos. La postura de ambientalistas, animalistas, y aficionados a la actividad.

LA PRUEBA DEL DELITO. La foto del yaguareté muerto fue viralizado por las redes sociales generando una polémica a nivel nacional. LA PRUEBA DEL DELITO. La foto del yaguareté muerto fue viralizado por las redes sociales generando una polémica a nivel nacional.

Por primera vez en mucho tiempo, cazadores, ambientalistas, animalistas y profesionales saltaron una grieta que los separa. Celebraron el fallo condenatorio contra cuatro personas por haber matado un yaguaraté y subido las imágenes en las redes sociales. No sólo es la primera sentencia contra cazadores furtivos, sino que tres de los condenados deberán cumplir la pena de arresto domiciliario.

“No sólo es un fallo histórico, sino también inaudito, y genera la esperanza de que se puede sancionar a los que no cumplan las normas”, explicó Juan Pablo Juliá, director de la Reserva Experimental de Horco Molle. “También es una buena noticia para los cazadores que cumplimos con las normas y estamos en contra de todos aquellos que hacen que se nos haga quedar como demonios o parias sociales”, aseguró Marcelo Sánchez, cazador. “Era hora de que la Justicia se ponga los pantalones y castigue a los asesinos de los animales”, sentenció Marisa Décima, animalista tucumana. “Genera un precedente importantísimo para el futuro”, destacó Vanesa Zanacchi, abogada especialista en derechos animales.

En julio de 2024, funcionarios de Chaco denunciaron que un grupo de hombres había matado a un ejemplar de yaguareté y luego subido las imágenes a las redes sociales. El fiscal federal de Formosa logró identificar a los autores una semana después. En poco más de un año, los acusados aceptaron declararse penalmente responsables del delito de caza de animales silvestres cuya captura está prohibida, agravada por el concurso de tres o más personas en calidad de coautores.

La resolución, que se dictó en un juicio abreviado y que quedó firme porque las partes renunciaron a realizar cualquier tipo de medida de apelación, tuvo otra particularidad: todos los acusados aceptaron recibir una pena de dos años, pero tres de ellos deberán cumplirla bajo arresto domiciliario; el otro, de manera condicional.

Opiniones

“Del fallo se pueden decir dos cosas. Primero que es histórico porque genera un precedente que no existía una sentencia de estas características. Los animales son seres sintientes como las personas y, quienes los matan deben ser penados como corresponde”, sostuvo Zanacchi. “Por otro lado también es un claro mensaje a la sociedad de que matar un animal es un delito. Ahora tenemos que bregar que no sólo sean los que están protegidos, sino todos”, añadió la profesional, que también es una reconocida animalista.

El fallo también desató una polémica porque los condenados no irán a la cárcel. “Eso es lo que debería haber ocurrido para que realmente la sanción sea ejemplar. Cumplir la pena en la casa está divino”, sostuvo el cazador Marcelo Collado. “La sentencia es importante, pero demasiado leve. Es como que quisieron dar un ejemplo, pero no tan dura”, analizó Julia Romano, también animalista.

La abogada Zanacchi aclaró este punto. “Lo trascendente es que, por primera vez, la caza ilegal de un yaguareté recibe una pena de prisión efectiva, aunque su modalidad de cumplimiento sea domiciliaria. Esto marca un cambio cultural y judicial: la ley se aplica y el delito deja de quedar impune”, sostuvo.

“Este tipo de casos es gravísimo y no se puede dejar pasar por alto y tampoco se pueden minimizar. Espero que esta sentencia sea una apertura para todos los hechos de estas características que se registran. Pero en este en particular, la gravedad es mayúscula, ya que esta especie fue declarada en estado crítico, es decir, está a un paso que se lo declare extinguido”, sostuvo Juliá. “También hay que destacar que este expediente se abrió porque se viralizó en las redes sociales lo que había ocurrido. En esta oportunidad, y en otras, las redes tuvieron un uso correcto. Es más, en muchos casos nos enteramos de algún ataque ambiental por las denuncias que surgen allí. Eso además habla de que hay una mayor conciencia social sobre esta problemática”, agregó.

Zanacchi destacó la importancia del fallo, pero dejó en claro que aún queda mucho camino por recorrer. “Hay leyes que establecen claramente el castigo a las personas que hicieran sufrir o mataran a un animal. Por esa razón seguiremos avanzando hasta tanto se termine con cualquier tipo de caza y no sólo la furtiva”, aseguró. “Nuestra lucha seguirá intentando hacer entender que la violencia animal es el primer paso a otros tipos de violencias”, añadió la abogada.

Cruces

“Ningún cazador de ley estará en contra de este fallo. Los que amamos este deporte respetamos todas las normas vigentes y cuidamos el medio ambiente. Repudiamos a los furtivos que mataron ese yaguareté o al tucumano que mató a las siete corzuelas. Pero no nos pueden poner a todos en la misma bolsa”, añadió Julio Barrionuevo, que practica la caza deportiva.

“Es increíble que se hable de que este es un deporte. ¿Desde cuándo matar a un ser sintiente puede ser considerado un deporte? Este es un concepto que debe ser eliminado de una vez por todas”, resumió Juan Carlos Riera. “Las autoridades tienen que estar a la altura de las circunstancias y alinearse a lo que ocurre en todo el mundo. La caza, sin importar su tipo, no debería ser considerada como una actividad recreativa, sino como una matanza a seres que sienten y sufren como las personas”, opinó Helena Dávalos.

Federico García tiene 70 años y una larga trayectoria como cazador deportivo. “En los últimos años los que realizamos esta actividad fuimos demonizados por ambientalistas y animalistas, como los llaman ahora. Los responsables de todas las desgracias somos nosotros, pero muy pocos de ellos, especialmente los que defienden los derechos de los animales, protestan por la abusiva deforestación que hay en la región”, aseguró. “En Nueva Esperanza, Santiago del Estero, por ejemplo, un político salteño desmontó 22.500 hectáreas de monte. Eso generó la desaparición de numerosas especies en el lugar”, ejemplificó.

Estudios y posturas: los que luchan para salvar al yaguareté recibieron dos buenas noticias en menos de un mes

El fallo condenatorio en contra de los cazadores furtivos fue la segunda buena noticia que recibieron los que luchan para proteger al yaguareté en menos de un mes. Días antes de que se conociera la sentencia, se confirmó que en el Parque Nacional El Impenetrable, ubicado en Chaco, se había producido el nacimiento natural de una cría después de más de 35 años. Se estima que en la Argentina hay apenas 250 ejemplares de esta especie, por lo que numerosas organizaciones trabajan para evitar que se extinga.

La prestigiosa organización ambientalista Greenpeace, a través de un comunicado de prensa, destacó que la resolución judicial “representa un avance frente a uno de los principales factores que ponen en riesgo la supervivencia del yaguareté: la caza furtiva”.

Sin embargo, la organización advirtió que persisten otras amenazas de igual o mayor gravedad, como la deforestación en el Gran Chaco.  El coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace Andino, Hernán Giardini, señaló que la destrucción de bosques debería tipificarse como delito penal para frenar el deterioro del hábitat del yaguareté. Los miembros de la organización recordaron que en 2019 presentó un amparo ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación para que se prohíban los desmontes en territorios donde se calcula que sobreviven unos 20 ejemplares de la especie.

La muerte del yaguareté: un fallo histórico que alimenta otra polémica

El yaguareté es el tercer felino más grande del mundo, después del león y el tigre. Un macho adulto puede superar los 100 kilos y alcanzar más de dos metros de largo, aunque en algunas regiones se registran ejemplares de mayor tamaño. Su contextura musculosa le permite abatir presas de gran resistencia, como yacarés, tapires y carpinchos, únicamente con la fuerza de sus mandíbulas. A esa potencia se suma una notable agilidad: puede trepar con facilidad, nadar con destreza y desplazarse sigilosamente por terrenos selváticos sin ser detectado.

Los ambientalistas sostienen que una de las causas de la proliferación de carpinchos que están invadiendo lugares poblados es la baja de población de yaguareté porque formaban parte de su cadena alimenticia. Al mismo tiempo advirtieron que estarían corriendo peligros los pumas, ya que al buscarlo para alimentarse, quedan más expuestos a las manos del hombre.

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