Las acciones argentinas en Wall Street.
Los bonos argentinos denominados en dólares experimentan un fuerte aumento por segundo día consecutivo en Wall Street, impulsados por una mejora en la percepción del riesgo país. En forma, paralela el presidente Javier Milei llegó a Estados Unidos, donde se reunirá con Donald Trump para definir un auxilio financiero.
El índice EMBI+ de JP Morgan, que mide el riesgo país, descendió hasta los 1.001 puntos básicos, acercándose al umbral de los 1.000 puntos que había superado tras los resultados electorales en la provincia de Buenos Aires. Este descenso refleja una reacción positiva de los inversores ante los títulos de deuda soberana.
Los bonos Globales, emitidos bajo ley extranjera, lideran las subidas. Esta mejora reduce la diferencia de tasas entre la deuda argentina y la estadounidense. La estabilización del tipo de cambio, registrada en la jornada previa, también contribuyó al repunte de los bonos.
En contraposición, el índice S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires registra un descenso del 2,2%, situándose en los 1.770.000 puntos. Esta caída se atribuye principalmente a la apreciación del peso.
El tipo de cambio mayorista continúa su descenso por segundo día, alcanzando los $1.365, lo que representa una baja del 3,1%. Analistas de Rava Bursátil señalan que la tensión cambiaria persiste en Argentina, con ventas significativas de dólares por parte del Banco Central la semana anterior.
En la agenda de inversores y de funcionarios
El comportamiento reciente del riesgo país se inscribió dentro de una tendencia más amplia en el año. El último piso del índice elaborado por JP Morgan se ubicó en los 560 puntos el 9 de enero. Desde entonces, el indicador osciló con volatilidad y fue sensible a acontecimientos vinculados tanto al frente económico como político. El monitoreo constante de estos indicadores permanece central en la agenda de inversores y funcionarios del área económica.
La estabilización relativa del tipo de cambio, ocurrida en la jornada previa, fortaleció el rebote en el segmento de bonos, causada por el efecto tranquilizador que generó el apoyo financiero estadounidense sobre el precio del dólar y sobre la percepción de riesgo.






















