¿Cuántas vidas tiene Luis Caputo? La irónica pregunta que se hizo ayer el mercado tiene sustento: el ministro de Economía de la Nación venía muy golpeado luego de que en julio el dólar subiera casi un 15%, mientras que en agosto, el apretón monetario fue intenso. Llegó septiembre y la primavera financiera no asomaba y, de pronto, magia. Incluso, muchos analistas consideraban que “el mejor ministro de la historia”, según el presidente Javier Milei, no llegaría a las elecciones parlamentarias del 26 de octubre, y que el recambio venía de la mano del operador de la motosierra Federico Sturzenegger.
Nada de eso ocurrió. Caputo volvió a sacar un conejo de la galera, más allá que el truco implique otra hipoteca para la Argentina. Mucho tuvo que ver el tándem que constituye con el secretario de Programación Económica, José Luis Daza. El viceministro, un economista chileno-argentino, cosechó una amplia amistad con “Toto” en el paso que ambos tuvieron por JP Morgan. Las vueltas de la vida: ellos están pendientes de que se reduzca un indicador medido por esa banca internacional: el Riesgo País. El ala técnica consolida las relaciones carnales con los Estados Unidos, que se publicitan a través de las loas entre los presidentes Donald Trump y Milei.
El Gobierno nacional sacó pasaje para llegar hasta los comicios del 26 de octubre sin grandes contratiempos. En el camino tendrán que reconstituir la confianza de millones de argentinos que fueron alimentando la desilusión y la frustración a medida que el dólar subía por el ascensor y los salarios, como es historia, por la escalera. Milei necesita cambiar la tendencia. Su imagen y su gestión pierden consideración en los sondeos de humor político y social. Los efectos de la crisis eran cada vez más nítidos en la opinión pública. Un 60,9% tiene una valoración negativa del gobierno de Milei, de acuerdo con el último reporte de Zuban, Córdoba y Asociados. La llegada al techo psicológico del 60% debería alarmar al oficialismo. Las principales espadas de La Libertad Avanza (LLA) también sufren la sangría. Karina Milei, la principal figura del gobierno, acaricia ya un 70% de negatividad.
La opinión mayoritaria sostiene que LLA perdió las elecciones en la provincia de Buenos Aires por el voto castigo a la corrupción y la economía. Solo un 7% acuerda con la tesis promovida por algunos sobre los malos candidatos del oficialismo, indica el sondeo al que accedió LA GACETA.
El último resultado electoral fue un mal momento de LLA, no un triunfo del oficialismo provincial, aunque es entendible la euforia inicial, que debe ser bien administrada, advierte el analista Gustavo Córdoba. Por el contrario, aunque la simple matemática pone al peronismo en una situación de competitividad, inimaginable hace un año, la mayoría de sus principales figuras, así como el peronismo como identidad siguen teniendo techos importantes. “Hay que cuidar la abeja”, sabiduría que podrían tomar no ya de algún filósofo ancestral, sino de Los Simpson, expone el director de la consultora.
¿Lo peor ya pasó? A mediados de este mes, en oportunidad de presentar el proyecto de Presupuesto Nacional 2026, el jefe de Estado volvió a poner en el tapete aquella frase. Los signos de interrogación son acordes al momento actual. Nadie sabe, a ciencia cierta, cuáles son las condicionalidades que la gestión Trump le puso a Milei para acceder a un financiamiento extraordinario, ese que, en su momento, gozaron México o Uruguay, sólo por mencionar algunos de los casos regionales.
Las especulaciones son múltiples. Van desde la garantía de ciertas materias primas que elabora Argentina y de los yacimientos mineros y petroleros que pueden afianzarse en el mediano plazo (entiéndase Vaca Muerta), pasando por una autorización para poner una base en territorio antártico hasta la prioridad para las inversiones estadounidenses.
“Si Estados Unidos nos sigue prestando recursos, lo primero que va a pedir es una ley, respaldo constitucional y legal, y eso es el Congreso. Por eso creo que es bueno el diálogo”, declaró ayer el gobernador Osvaldo Jaldo cuando fue consultado por la cumbre Trump-Milei. Ese es el punto. ¿Podrá el Presidente alcanzar los consensos necesarios antes del próximo turno electoral para que el Congreso le sancione avales para un nuevo endeudamiento? La pregunta no es antojadiza y obliga al economista libertario a moderar aún más su discurso. El regreso desde Estados Unidos puede ser eufórico si es que hoy el secretario del Tesoro, Scott Kenneth Homer Bessent (un administrador de fondos de alto riesgo), devela la cifra de la ayuda a la Argentina. Puertas adentro, la negociación será muy dura, a casi un mes del próximo turno electoral.
“Peronista americano”
La “argentinización” estadounidense se expuso ayer con el posteo de Bessent contra el demócrata Zohran Mamdani, candidato a alcalde de Nueva York, a quien trató de “peronista americano” por su postura contraria a la ayuda a Milei. Nada es gratis.
Todo este escenario potencia el alineamiento argentino con los Estados Unidos. Las provincias, mientras tanto, esperan el desenlace. Ningún gobernador dará un paso de más hasta tanto se conozca la “letra chica” de un posible acuerdo bilateral. Milei necesita no sólo de los fondos norteamericanos para sacar de la cabeza de los bonistas una idea de “default”, sino también las divisas que pueda aportar el campo para sostener el tipo de cambio, al menos, hasta el domingo 26 de octubre. Jaldo, al igual que sus pares de otras jurisdicciones, no hará ninguna de más. La licencia para hacer campaña le vine como anillo al dedo.
Esta semana habrá una cumbre de mandatarios en el marco del XXVIII Foro Iberoamericano de Garantías y Financiamiento, organizado, entre otros, por el Consejo Federal de Inversiones (CFI). El tucumano no asomará por Bariloche, sede del encuentro. Los bloques de mandatarios aprovecharán la oportunidad para seguir tejiendo alianzas de cara a las elecciones parlamentarias, pero con la mirada puesta en 2027. Jaldo deja de lado, por un mes, las cuestiones institucionales y se calza la camiseta de candidato, más allá de la testimonialidad de su postulación. Con Milei comparten casi el mismo derrotero: saben que los comicios que se vienen son más que uno de renovación de bancas en el Congreso. El test electoral les permitirá a ambos fortalecer su poder en caso de la victoria los acompañe en las urnas. El mandatario nacional no tiene previsto incluir a Tucumán en su gira proselitista por una docena de distritos. Desde Casa Rosada se esgrimió que Milei irá a provincias donde se renuevan bancas en el Senado. Si ese fuera el argumento, el mapa electoral señala que en esa compulsa electoral estarán solo Ciudad de Buenos Aires, Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero y Tierra del Fuego. Pero en las 24 jurisdicciones se eligen diputados. ¿Qué se piensa dentro de la Casa de Gobierno tucumana? El silencio es la respuesta. Hay un pacto de no agresión que sigue vigente.
Jaldo, en tanto, se aferra a las encuestas. Los focus group que encargó a los encuestadores le dibujaron una sonrisa. Esa percepción ciudadana tendrá que convertirse en votos dentro de un mes si es que intenta consolidar la posibilidad de sostener el poder más allá de 2027. Sin embargo, todo esto sigue en el terreno de las especulaciones, porque hay un país que levantar, una Argentina que siempre espera salir de la próxima crisis.






















