La derrota con Deportivo Riestra expuso la crisis deportiva de River, pero la atención ya está puesta en lo que se viene: el choque de cuartos de final de la Copa Argentina frente a Racing, que Marcelo Gallardo definió como “una final”. El “Muñeco”, autocrítico tras los últimos tropiezos, prepara variantes obligadas y busca recuperar la identidad perdida en un equipo golpeado.
La principal novedad pasa por Enzo Pérez, que difícilmente llegue al partido. El capitán continúa con los siete puntos de sutura en su rodilla izquierda y, aunque mantiene la ilusión de jugar, el cuerpo técnico lo considera más afuera que adentro por el riesgo de infección. En su lugar, Juan Portillo se perfila para ocupar el eje del mediocampo.
En la defensa también habrá movimientos: Gonzalo Montiel regresará al lateral derecho por Fabricio Bustos y Lautaro Rivero volverá a la zaga. La gran incógnita está en quién será su compañero, entre Lucas Martínez Quarta o Paulo Díaz, ambos bajo la lupa por su rendimiento.
En ataque se analizan alternativas. Miguel Borja, sin goles y reprobado por los hinchas, podría dejarle su lugar a Facundo Colidio, mientras Ignacio Fernández pelea un puesto en el medio con Kevin Castaño para acompañar a Juan Fernando Quintero, que quedó aislado en la caída contra Riestra.
Más que un partido
La “final” con Racing vale mucho más que cortar la racha de derrotas: representa la oportunidad de acercarse a la Copa Libertadores 2026, el gran objetivo que River no puede poner en riesgo. Por eso, cada elección de Gallardo en el armado del once toma un peso decisivo, en un cruce que definirá si el equipo consigue reaccionar a tiempo o si la crisis se profundiza.






















