PRUEBA DE FUEGO. Lionel Scaloni aprovechó el amistoso para ajustar piezas, dar protagonismo a los jóvenes como Marcos Senesi.
El amistoso contra Venezuela en Miami le sirvió a Lionel Scaloni para comenzar a ajustar piezas con la mirada puesta en lo que será la defensa del título mundial dentro de poco más de un año. Más allá de tratarse de un encuentro de preparación, el entrenador de la Selección Argentina utilizó la cita para observar variantes tácticas, analizar rendimientos individuales y empezar a delinear una base que mantuviera la identidad del campeón del mundo.
Sin Lionel Messi, ausente por precaución, el técnico apostó por un 4-4-2 que buscó equilibrio en todas las líneas. Aunque la falta del capitán siempre marca una diferencia en el funcionamiento del equipo, la Selección no pasó sobresaltos ante una Venezuela ordenada, pero con escasa profundidad. Aun así, el desarrollo del juego dejó en claro que se trató de un amistoso: la intensidad no fue la habitual y la eficacia ofensiva estuvo lejos del brillo que suele acompañar al conjunto “albiceleste”.
En el arco, Emiliano Martínez fue una de las fijas transmitió la seguridad de siempre. En defensa, Scaloni se permitió una apuesta importante con la inclusión de Marcos Senesi. El ex San Lorenzo tuvo su primera titularidad en el ciclo y respondió con creces: se mostró firme en los duelos, prolijo en la salida y hasta tuvo una ocasión clara para convertir de cabeza. Su actuación refuerza la idea de que, ante la ausencia de Nicolás Otamendi en el arranque de la próxima gran cita, Senesi podría convertirse en una alternativa sólida para el sector central.
En la mitad de la cancha, el entrenador probó variantes con la presencia del joven Nico Paz, que aprovechó sus minutos para mostrar atrevimiento y buen manejo por las bandas. Su capacidad para asociarse y desequilibrar le da a Scaloni una opción diferente en la generación ofensiva. A su lado, Leandro Paredes asumió el control del medio campo y fue uno de los puntos altos. El jugador reconoció que decidió disputar el partido como una forma de homenaje a Miguel Ángel Russo, fallecido recientemente; su compromiso se reflejó en su rendimiento: firme en la marca y lúcido con la pelota.
Giovani Lo Celso también fue protagonista. Recuperado de sus lesiones, volvió a rendir en gran nivel y, con un disparo cruzado tras una combinación con Julián Álvarez y Lautaro Martínez, marcó el único gol del encuentro. Su regreso es una de las mejores noticias para el cuerpo técnico, que lo considera una pieza clave en el armado ofensivo. El tanto le dio a Argentina un triunfo ajustado pero valioso, que sirve para sostener la confianza y mantener la inercia positiva en la preparación.
Un triunfo que deja espacio para ajustar
Más allá del resultado, la principal ganancia para Scaloni estuvo en el análisis. El técnico pudo observar cómo respondieron algunos nombres nuevos y qué ajustes necesita el equipo cuando faltan figuras de peso como Messi. Sin embargo, también quedó en evidencia que todavía hay terreno por recorrer: la Selección no mostró la fluidez ni la agresividad de otras presentaciones, y el funcionamiento colectivo tuvo pasajes de desconexión.
De cara al próximo amistoso de la gira, frente a Puerto Rico el lunes, el entrenador planea seguir rotando y probar a futbolistas como José López, Aníbal Moreno y Lautaro Rivero, aunque en Miami decidió preservarlos. Con la primera prueba superada y aunque al equipo no le sobró nada, el triunfo le permite a Scaloni trabajar con mayor calma y seguir afinando detalles rumbo al gran desafío que se viene: mantener a la Argentina en lo más alto del mundo.




















