EL DÍA DESPUÉS. Los periodistas Martín Soto, Luis María Ruiz y Gabriela Baigorrí analizaron los discursos de los candidatos junto a Federico Van Mameren., LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ
El reciente debate que organizó LA GACETA entre los candidatos a diputados nacionales por Tucumán fue calificado como “interesante” y “necesario” por los periodistas Martín Soto, Luis María Ruiz y Gabriela Baigorrí, pero también dejó un sabor agridulce. En diálogo con Federico Van Mameren, los analistas coincidieron en que el encuentro se caracterizó por la adhesión a un libreto estricto por parte de la mayoría de los postulantes, discursos enfocados en sus “nichos” y una llamativa dinámica de acusación de “mentira” entre ellos.
Bajo libreto
Martín Soto remarcó la necesidad del debate, pero criticó que los candidatos se veían “un poquito acartonados”, demasiado “apegado al libreto” y “muy cronometrados”. Esta preparación se notó en la exactitud con la que algunas finalizaban sus intervenciones, lo que restó espontaneidad. El periodista lamentó la falta de “intercambios más directos”, sugiriendo que la rigidez pudo deberse a los nervios o a la estrategia de no salirse del guión. En relación a esto, Soto detalló que hubiera preferido que todos “muestren un poquito más de temperamento y de carácter” ante las provocaciones de sus contendientes.
Ruiz señaló que, aunque los debates representan una oportunidad para ganar conocimiento e instalación, también conllevan el riesgo de cometer errores y eso puede haber condicionado la participación de los candidatos locales.
Acusaciones
El candidato peronista y actual gobernador en licencia, Osvaldo Jaldo, fue identificado por Ruiz como quien “marcó los tiempos” y orientó su discurso “muy peronista, a la gestión”, principalmente dirigido a “su electorado”. Soto anticipó que para lo que resta de campaña la estrategia de Jaldo se mantendrá en esta línea, defendiendo su gestión y buscando “polarizar con el Gobierno nacional”, con “definiciones cada vez más duras hacia el Presidente”.
Un momento crucial del debate, según Soto, fue cuando Jaldo calificó de “ñoqui” al candidato Federico Pelli de La Libertad Avanza (LLA). Soto advirtió que esta acusación podría volverse un “boomerang”, ya que el propio Gobernador “reconoció” que hay personas en la Legislatura que no trabajan. Soto destacó que Pelli no desmintió la acusación y que ninguno de los otros candidatos hizo referencia a esta implícita admisión de ineficiencia y poca transparencia en el cuerpo legislativo.
Fragmentación
Baigorrí puso el foco en el desempeño de la candidata de izquierda Alejandra Arreguez, a quien calificó de “muy sólida”. Baigorrí sostuvo que Arreguez “ha sacado mucho partido de su posición” como la única ideológicamente de izquierda y, sin tener “un lugar de responsabilidad institucional”, pudo “disparar muy bien contra cada uno de los candidatos porque les pegó a todos básicamente”.
No obstante, Baigorrí aseguró que la dinámica del debate permitió graficar “cómo está la oposición en Tucumán”, la cual está marcada por la fragmentación y la “poca diferenciación entre los discursos de los distintos espacios”. Asó señaló que candidatos como Pelli, Roberto Sánchez, Ricardo Bussi, Paula Omodeo, y hasta en ocasiones Jaldo, se mueven en un mismo espectro, lo que “es resulta un desafío para los electores a la hora de encontrar o sentirse representado por una propuesta”.
Claves
Ruiz destacó que una de las claves de las elecciones será la participación del electorado y cómo los políticos invitan a la ciudadanía a votar en un año de “desánimo”. De esta manera, para algunos espacios, como el del oficialismo provincial, una alta participación podría ser conveniente, ya que el Gobernador busca demostrar a nivel nacional que “el peronismo de Tucumán es la lista con mejor porcentaje del país”.






















