Yerba Buena, entre la calma y la curiosidad: así se vivieron las primeras horas de votación con Boleta Única de Papel

El recorrido por distintas escuelas de la “Ciudad Jardín” mostró un ambiente tranquilo y ordenado en las primeras horas de la jornada electoral. Entre la curiosidad de los más jóvenes y la rapidez destacada por los mayores, los votantes se adaptan al nuevo sistema.

Fila de votantes en la Escuela Justiniano Frías. Foto de Diego Aráoz Fila de votantes en la Escuela Justiniano Frías. Foto de Diego Aráoz

Por las calles de Yerba Buena no se veían grandes concentraciones de vehículos, el panorama era el  de un domingo habitual por la mañana. No obstante, en las puertas de las escuelas, el movimiento cívico ya comenzaba a sentirse. Esta elección tiene un condimento particular porque es la primera vez que se vota con boleta única de papel en Tucumán, y muchos vecinos de la “Ciudad Jardín” llegaron temprano para cumplir con su deber ciudadano.

Primera parada: colegio San Patricio

“¿Dónde están las mesas?”, se escuchó preguntar más de una vez en el ingreso al establecimiento. Algunas personas se mostraron confundidas al no encontrar las tradicionales mesas en los pasillos, sino dentro de las aulas. Pese a la novedad, el clima fue tranquilo.

Mario Vázquez, de 85 años, llegó temprano, con su bastón pero con paso firme. Su mesa estaba en el segundo piso, y aunque le ofrecieron bajar la urna, él prefirió subir: “Subo yo”, dijo con una sonrisa. “El sistema me gustó porque fue rápido y fácil. Me explicaron cómo hacerlo y no tuve ningún problema”, contó.

Estela Margarita, de 45 años, destacó la simplicidad del nuevo mecanismo. “Está bueno, porque no hay boletas por todos lados tiradas. Es más ordenado y sencillo”.

Cayetano, de 80, coincidió. “Muy bueno el sistema, sin complicaciones. Es un método más, pero más claro”, expresó.

Los más jóvenes también compartieron su impresión. Facundo Mistreta, de 25 años, votaba por primera vez con este formato. “Ayuda porque el conteo es más eficiente y tenés a la vista todas las opciones. Me pareció muy sencillo: marcar, doblar y guardar. No existen más ni los sobres ni el cuarto oscuro, y eso lo hace más ágil”, indicó.

Segunda parada: escuela José Ignacio Thames

En este establecimiento, las votaciones se desarrollaban con normalidad. Había poca gente en las primeras horas y el ambiente era distendido, con familias completas llegando a votar. A diferencia del San Patricio, donde la mayoría llegaba sola, aquí se ven abuelos con sus nietos, padres con hijos y grupos de hermanos, se percibía.

Constanza Luna votaba acompañada de su hijo Jerónimo, de 8 años. “Es más práctico, más fácil y rápido. Vi algunos videos antes para entender el sistema. Me parece más transparente, sobre todo con las mesas dentro de las aulas”, opinó.

A su lado, el pequeña miraba curioso el proceso. “Lo traigo para que vaya aprendiendo, para que sepa cómo funciona la votación”, comentó su madre.

Tercera parada: escuela Reconquista

En este colegio de Yerba Buena, las autoridades confirmaron que las votaciones comenzaron con un pequeño retraso debido a la demora en la llegada del Correo Argentino con las boletas. “A las 8:20 ya estábamos iniciando. Fue solo un ajuste de tiempo”, explicó Carolina Santoro, fiscal general.

“El sistema es práctico, fácil, y la gente llega sabiendo qué hacer. No hubo dudas ni complicaciones. Todo muy tranquilo”, agregó.

Ahora bien, en el exterior se observaron autos identificados con mapas amarillos de Tucumán, lo que hizo presumir cierto movimiento organizado de votantes.

Escuela Justiniano Frías: otro clima

En Camino del Perú al 1600, el panorama fue distinto. El flujo de personas era constante y las filas en cada mesa más largas, con tiempos de espera de varios minutos. El ambiente era más intenso, con vehículos y motos marcados con letras y logos partidarios, lo que alimentaba las sospechas de acarreo.

En los pasillos de la institución educativa, la imagen era la de cada elección. Vecinos que se saludan, jóvenes revisando el padrón, adultos mayores con su documento en la mano. Una mujer, concentrada, buscaba su número de mesa mientras apoyaba el termo sobre un banco. Entre el murmullo general, se respiraba una mezcla de civismo, ansiedad y curiosidad por el nuevo sistema.

Detalles del operativo electoral

En cada escuela, un afiche de la Justicia Nacional Electoral informaba sobre las disposiciones y delitos electorales. Se recordaba la prohibición de portar armas, usar distintivos partidarios o fotografiar la Boleta Única. También se remarcaban las penas para quienes coaccionaran a un elector, destruyeran urnas o alteraran el padrón.

El mensaje central era claro, el secreto del voto es obligatorio y cada ciudadano habilitado tiene derecho a emitirlo.

En una de las aulas, un adulto mayor deposita cuidadosamente su voto en la urna, mientras la luz entra por la ventana y una bandera argentina cuelga al fondo. La escena, sencilla y simbólica, resume el espíritu que la jornada mostró en las primeras horas. La de orden, respeto y participación en un domingo donde Tucumán ensaya una nueva forma de elegir.

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