Cualquier dispositivo conectado a internet puede ser vulnerable a ciberataques, y el router -encargado de distribuir la señal en el hogar- no es la excepción. Su rol central en la conexión lo convierte en un objetivo crítico, aunque rara vez los usuarios sospechan de él cuando enfrentan problemas de rendimiento.
Cuando la red se vuelve lenta o inestable, la mayoría suele culpar al celular, la computadora o al proveedor de internet, dejando al router como la última opción a revisar. Esta falta de atención puede hacer que un ataque pase inadvertido durante mucho tiempo.
Aunque los ataques a routers no son tan comunes como los que afectan a otros dispositivos, estos equipos también pueden ser infectados con malware. El desconocimiento sobre esta vulnerabilidad hace que muchos usuarios no adopten medidas preventivas.
Un router comprometido puede permitir que los atacantes intercepten el tráfico, redirijan a sitios maliciosos o incluso utilicen el dispositivo como puerta de entrada para comprometer otros equipos conectados en el hogar.
Reconocer este riesgo es clave para proteger toda la red doméstica. Si la conexión presenta irregularidades y se sospecha de un problema en el router, conviene actuar de inmediato. Un rendimiento inestable o comportamientos extraños son señales de alerta que no deben ignorarse.
Afortunadamente, existen herramientas y métodos para revisar el estado del router, detectar malware o configuraciones alteradas, y corregirlas. Una verificación completa y el cambio de contraseñas suelen ser pasos esenciales para recuperar la seguridad.
Cómo saber si tu router fue hackeado
Uno de los síntomas más evidentes de que un router puede estar comprometido es la caída constante y significativa de la velocidad de internet. Si los videos se detienen, las páginas tardan en cargar o las descargas avanzan muy lentamente —incluso cuando nadie más usa la red—, podría tratarse de un intruso consumiendo ancho de banda para realizar actividades ilícitas, como ataques DDoS o minería de criptomonedas, utilizando tu router sin que lo sepas.
Otro indicio preocupante es la imposibilidad de acceder a la configuración del router. Los ciberdelincuentes suelen cambiar las credenciales de administrador para bloquear el acceso y evitar que el usuario revierta los cambios. Si la contraseña habitual deja de funcionar, puede ser señal de que alguien tomó el control del dispositivo.
Las redirecciones inesperadas y la aparición excesiva de publicidad también son señales de alerta. Un hacker puede modificar la configuración de DNS del router para redirigir sitios legítimos hacia páginas falsas o maliciosas. Las ventanas emergentes o la publicidad extraña mientras navegás pueden ser resultado de malware inyectado a través del dispositivo.
Es recomendable revisar periódicamente los dispositivos conectados a la red Wi-Fi. Si aparecen nombres o direcciones IP desconocidas -que no corresponden a ningún integrante del hogar-, existe la posibilidad de que un tercero haya accedido sin permiso, ya sea un vecino curioso o un intruso con intenciones maliciosas, consginó C5N.
Los cambios no autorizados en la configuración interna también son motivo de preocupación. Esto incluye la modificación del nombre de la red, el tipo de cifrado o la apertura de puertos que deberían permanecer cerrados. Estos ajustes suelen realizarse para que el atacante mantenga acceso continuo o pueda inyectar código malicioso más fácilmente.
Por último, el comportamiento anormal de las luces del router puede revelar actividad inusual. Si los LED parpadean constantemente o a gran velocidad cuando los dispositivos están inactivos, podría tratarse de transmisión o recepción de datos en segundo plano, lo que sugiere la presencia de malware o el uso no autorizado de la red.






















