El gran despliegue de policías y de empleados del Ministerio Público Fiscal que se observó durante la jornada de ayer en El Cadillal -a raíz de la denuncia que informaba que el ex jefe de la Unidad Regional Norte, Gustavo Beltrán, habría utilizado a presos y policías para construir su vivienda-, llamó la atención de los propietarios de los inmuebles aledaños al del funcionario policial. Algunos se mostraron sorprendidos al enterarse de lo sucedido. Otros se quejaron por no poder acceder a sus casas debido al desarrollo de la pesquisa.
Decenas de efectivos policiales de las unidades de Investigaciones Criminales y Delitos Complejos de Las Talitas, Banda del Río Salí y Lomas de Tafí llegaron ayer a media mañana al barrio Villa del Parque, donde se encuentra ubicada la propiedad de Beltrán. El barrio queda a 25 kilómetros del microcentro de San Miguel de Tucumán y a menos de tres kilómetros de las playas del embalse “Celestino Gelsi”.
Es una zona que está poblada de viviendas de fin de semana, cabañas de alquiler y algún que otro quincho o complejo destinado para eventos, por lo que los dueños de las propiedades no suelen frecuentar diariamente el lugar, salvo aquellos que tienen una construcción en desarrollo y se acercan a controlar los avances de la obra. Debido a esto casi no se conocen entre ellos, y mucho menos lo que sucede alrededor.
“¿Qué está pasando acá?”
Esto no impidió que les llamara la atención el amplio movimiento de ayer. “¿Qué está pasando acá?”. Esa fue la pregunta que se hicieron los propietarios que llegaban de a poco durante la siesta para dejar materiales de construcción o para buscar a los albañiles que estaban trabajando en sus casas. Algunos creyeron que habían encontrado a una persona sin vida, pero cuando se enteraron del verdadero motivo por el que los peritos estaban requisando el lugar por entero, se mostraron sorprendidos. “La picardía que tienen algunos para sacar provecho de todo siempre supera los límites”, opinaron.
Los albañiles que están trabajando en construcciones vecinas también se sorprendieron cuando vieron llegar a tantos móviles de la Policía y del MPF. Según le contaron a LA GACETA, algunos de ellos están hace más de una semana trabajando diariamente en el lugar y, a pesar de que notaron que en la casa de Beltrán había albañiles, dijeron que no notaron ningún movimiento inusual durante ese tiempo y que tampoco observaron la presencia de policías o de patrullas, hasta ayer.
Mientras la pesquisa avanzaba, minutos después de las 16.30 se aproximó al lugar la titular de la Unidad Fiscal de Delitos Complejos, Mariana Rivadeneira, quien estará a cargo de la investigación del caso. Allí la esperaban el ministro de Seguridad, Eugenio Agüero Gamboa y el jefe de Policía, Joaquín Girvau, que estaban coordinando las medidas en el inmueble desde la mañana. Entre las medidas que se practicaron estuvo presente un escribano del Gobierno. Al constatar la existencia de la irregularidad, labró un acta para dejar todo asentado.
Alrededor de las 17, una vez que culminaron las tareas investigativas, Agüero Gamboa y Girvau se retiraron del lugar, acompañados por el personal policial, sin dar declaraciones a la prensa. Minutos después, la fiscala dispuso la aprehensión de Gustavo Beltrán.
























