El área con trigo creció un 13%, y la de garbanzo cayó casi un 40%, respecto de la campaña anter
El ciclo de siembra de invierno se caracterizó por una notoria disparidad en el progreso de los cultivos. Algunos campos tuvieron buen desarrollo, gracias a la humedad del inicio; otros presentaron bajo crecimiento.
RELEVAMIENTO SATELITAL. La superficie cultivada con trigo en toda la provincia se estimó en 104.830 hectáreas; la de garbanzo, en 10.920 hectáreas.
Los bajos milimetrajes que se registraron, en general, hacia finales del verano y durante el otoño condicionaron el desarrollo de los cultivos de invierno, y provocaron una fuerte irregularidad en la evolución de estos. Mientras algunos campos lograron un crecimiento óptimo, porque aprovecharon la humedad inicial, las siembras más tardías presentaron, en general, un desarrollo vegetativo deficiente y una calidad desigual dentro de los lotes.
Aquí se resumen los resultados del relevamiento satelital de superficie ocupada con cultivos de trigo y de garbanzo en Tucumán durante la campaña 2025, y se los compara con la campaña precedente. El trabajo fue realizado por la sección Sensores Remotos y Sistemas de Información Geográfica (SIG) de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), y está publicado en el Reporte Agroindustrial.
Para la estimación de la superficie se utilizó información referida a manejo de los cultivos de trigo y de garbanzo, e imágenes correspondientes a los satélites Sentinel 2 (A, B y C). Se aplicaron metodologías de clasificación multiespectral y análisis de Sistemas de Información Geográfica (SIG), complementadas con relevamientos a campo.
La superficie cultivada con trigo se estimó en 104.830 hectáreas, cifra que implica un aumento del orden de un 13% (12.180 hectáreas), respecto de la campaña pasada. En cuanto al garbanzo, la superficie implantada fue estimada en 10.920 hectáreas; una caída de un 38% (6.710 hectáreas), siempre en relación a la campaña anterior.
Para hacer el trabajo se usaron imágenes obtenidas por los satélites Sentinel 2 (A, B y C), durante los meses de julio, de agosto y de septiembre del año en curso. Se realizó un análisis multitemporal, aplicando metodologías de análisis visual, digital (clasificación multiespectral e índices de vegetación) y de SIG, complementadas con relevamientos a campo.
El inicio de la campaña invernal 2025 se caracterizó por presentar, en general, limitada acumulación de agua en el perfil, debido a los bajos milimetrajes registrados en la mayoría de las localidades. Dentro de este contexto se destacó una marcada irregularidad en las precipitaciones. Este escenario condicionó el crecimiento de los cultivos de invierno ya desde el inicio.
Las siembras tempranas (primera quincena de mayo) lograron una mejor estructura de planta gracias a mejores condiciones de humedad y de temperatura en el suelo. Las siembras más tardías (finales de mayo y principios de junio), por el contrario, presentaron retrasos en el desarrollo, con dificultades para cerrar el surco en varios casos.
Cabe resaltar, además, que en la presente campaña no se registraron heladas que afectaran significativamente el crecimiento de los cultivos.
En resumen, el ciclo de siembra de invierno se caracterizó por una notoria disparidad en el progreso de los cultivos. Algunos campos tuvieron un buen desarrollo gracias al uso de la humedad del inicio, mientras que otros presentaron un bajo crecimiento y una distribución desigual dentro de los lotes.
Resulta interesante analizar las superficies sembradas en la provincia. El área neta total implantada con trigo en Tucumán en la campaña 2025 fue estimada en 104.830 hectáreas. En Burruyacu se sembraron 34.550 hectáreas; en La Cocha, 20.230 hectáreas; en Leales, 17.370 hectáreas; en Graneros, 15.290 hectáreas; en Cruz Alta, 14.000 hectáreas, y en el resto de la provincia, unas 3.300 hectáreas.
La superficie neta cultivada con garbanzo en Tucumán en la campaña 2025 fue estimada en 10.920 ha. En Burruyacu se sembraron 5.140 hectáreas; en La Cocha, 2.780 hectáreas; en Leales, 1.100 hectáreas; en Cruz Alta, 980 hectáreas, en Graneros, 820 hectáreas, y el resto de la provincia, unas 100 hectáreas.
La verificación de los resultados a campo mostró errores de omisión, tanto en los cultivos de trigo como de garbanzo, los que en general correspondieron a lotes sembrados tardíamente, con pobre desarrollo vegetativo y escasas perspectivas de cosecha. También se detectaron errores de omisión en algunas zonas con relieve montañoso, debido a la resolución espacial de los sensores utilizados.
Se constataron siembras de otros cultivos invernales, aunque en menor superficie. Entre estos se destacan cereales invernales como avena, cebada y centeno, cultivos utilizados exclusivamente como cobertura, de manera individual o en mezcla con otros como la vicia. También se detectaron lotes con colza, carinata, etcétera, que totalizaron un área de unas 3.000 hectáreas.
Se destaca asimismo la identificación de cultivos de trigo y garbanzo en menor frecuencia, en departamentos mayormente cañeros, en lotes que habían sido implantados con soja en la campaña de verano previa, dentro de la práctica de rotación soja/caña de azúcar. Adicionalmente se registró trigo en terrenos recientemente desmontados de plantaciones cítricas.
Cabe agregar que se constataron lotes con nuevas plantaciones de caña de azúcar dentro del área granera tradicional, como viene aconteciendo en campañas precedentes.
Finalmente se aclara que este relevamiento no incluye el área de cultivos bajo riego de la cuenca Tapia-Trancas (departamento Trancas), donde es probable la existencia de lotes con trigo o garbanzo.




















