La historia del tucumano que convirtió su drugstore en un santuario maradoniano: “El Diego vive acá”
En Marcos Paz al 1.900 hay una postal distinta a cualquier otra en la ciudad. Allí, donde antes había un maxiquiosco más, hoy brilla “El Diego”. Sí, el drugstore se convirtió en un santuario maradoniano. La fachada, las mesas, los carteles, todo está ploteado con la imagen del astro. Hasta el freezer luce una gigantografía del 10, y un sector especial invita a tomar un “Café El Diego”, donde el ex futbolista aparece sosteniendo una taza como si fuera un cliente más.
Y justo hoy, en un día cargado de emoción, cuando se cumplen cinco años de la muerte de Diego Armando Maradona, Martín Rotger, el dueño del comercio y devoto absoluto del ídolo, le abre la puerta a LA GACETA para contar su historia.
“Esto nace cuando era muy chico”, dice a LG Play, mientras muestra orgulloso cada rincón del local. “Cuando puse el negocio, traje todo lo que tenía guardado del Diego. Tengo tantas cosas que necesitaría otro negocio para ponerlas a todas”.
Entre camisetas, recortes, afiches y objetos insólitos, hay un tesoro que Martín cuida como oro: un libro firmado por Maradona. “Lo conocí en 2007, cuando vino al Showbol”, recuerda. “A mi hijo lo alzó él mismo. Mi hijo se llama Diego Armando, igual que él, con los rulos y todo. Me firmó el libro ahí… yo ni lo llegué a tocar. Le dio un beso a mi hijo y después se fue”.
Otra de las reliquias que muestra es el acta del día en que Maradona fue internado en la Clínica Suizo-Argentina, una pieza enviada por un amigo desde Buenos Aires. “Tengo cajas llenas de recortes, millones de cosas. Ya no entra más nada, y en mi casa también lo tengo en todos lados”.
Martín explica que no solo el local homenajea al 10: él mismo lo hace todos los días. “Tengo una remera distinta del Diego para cada día. Hoy justo no me la puse por el calor, pero tengo de todos los equipos: Napoli, Barcelona, Boca, Sevilla… todas”.
En la puerta guarda un cartel especial que solo sale en dos fechas: el cumpleaños de Maradona y el aniversario de su muerte. “Esta mañana lo puse apenas abrí”.
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“Si hablás mal del Diego, es porque no lo conociste”
Para Rotger, muchas de las críticas actuales sobre Maradona llegan de gente que no lo vio jugar. “El que habla mal del Diego no lo conoció. Yo lo vi acá, en la cancha de Atlético, en el 94. Tenía 17 años y fui solo. Diego decía las cosas como eran. Nadie pudo comprarlo nunca”.
Su pasión también lo llevó a meterse en grupos, tanto en Tucumán como a nivel nacional. “Soy parte de la Iglesia Maradoniana gracias a un amigo de Rosario. Y acá en en la provincia, me sumé al grupo maradoniano”.
La devoción de Martín no es solo futbolera: es casi espiritual. “Le pido cosas al Diego”, admite. “Hace unas semanas estaba viendo un partido de River. Le dieron nueve minutos de más a River, y cobraron un penal que no fue. Yo estaba solo en mi pieza y le pedí al Diego que lo ataje. Y lo atajaron. Mirá, se me pone la piel de gallina”.
El recuerdo imborrable del ’86
Cuando habla de su momento preferido del 10, no duda: “El Mundial del 86. Tenía 13 años. Era un equipo rejuntado y salimos campeones por él. Lo que hizo ahí no lo va a hacer nadie más”.
Hacia el final, Martín se permite un instante de fantasía:
“Si el Diego viniera acá y me diera un minuto… le diría que lo extraño, que lo amo. Que esto que hago, lo hago porque me sale del corazón. El Diego era familia. Murió solo por la gente que lo rodeó, pero él era corazón puro”.






















