DANIEL LEIVA. Fue reelegido por tercera vez consecutiva como presidente de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán.
Tras ser reelegido por tercera vez consecutiva como presidente de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, Daniel Leiva habló con LA GACETA y se refirió a las metas y el trabajo que se viene realizando en el Poder Judicial, destacando que su rol es el de un “primus inter pares” dentro del cuerpo colegiado, ya que su voto “vale exactamente el mismo que cualquiera de mis colegas”. El presidente electo enfatizó que la conducción de la Corte "es producto de una opinión y de una vocación mayoritaria" de sus integrantes, no siendo una labor de metas personales, sino institucionales.
“Los objetivos que tenemos se ven trazados a partir de políticas públicas, de políticas judiciales que adoptamos y que son el producto del consenso entre los integrantes de la Corte", explicó Leiva, poniendo de relieve el trabajo mancomunado en la administración de justicia. El principal norte de estas políticas es "avanzar en un mayor y mejor acceso a la justicia para todos los ciudadanos". Para lograr esto, se busca que la respuesta judicial sea más ágil e igualitaria, garantizando que el servicio de justicia pueda llegar a los ciudadanos "en la cercanía de los domicilios de los lugares de residencia".
En este marco, la Justicia de Paz cumple un "rol muy importante". Leiva mencionó que, gracias a decisiones adoptadas por la Corte, hoy cualquier ciudadano de la provincia puede recurrir a un juzgado de paz, letrado o lego, cercano a su vivienda para requerir "medidas que son urgentes, por ejemplo, una protección de personas o una asignación de alimentos provisorios". Esto resulta fundamental para quienes viven en el "interior profundo de la provincia" y evita el desplazamiento a centros judiciales más lejanos. El presidente subrayó que al hablar de distancias, se debe considerar no solo la distancia física, sino también la "distancia económica" y la "distancia cultural". "Tenemos que seguir, tenemos que continuar con ese tipo de medidas, con ese tipo de acciones, también ampliando competencias de los juzgados de paz", aseguró.
El funcionario también destacó la consolidación de las Oficinas de Gestión Asociada (OGA) como una nueva forma de administrar los conflictos, que ha arrojado un balance "muy positivo en lo cualitativo y en lo cuantitativo". El éxito se debe a que "los jueces pueden dictar mejores sentencias a partir de que no hay elementos ni actividades distractivas en su labor", ya que su función principal es "tomar las audiencias y dictar las sentencias que corresponden", sin la necesidad de responder a temas que no son directamente jurisdiccionales. "Creo que es muy importante avanzar en la consolidación", afirmó Leiva.
Al hacer un balance de los avances de la justicia tucumana durante sus cuatro años al frente de la presidencia, Leiva insistió en que el progreso principal se ve "en mejorar las condiciones de acceso a justicia" y en contar "con una justicia más ágil, una justicia que dé una respuesta en menos tiempo". Explicó que si bien la calidad de las sentencias de los magistrados siempre fue alta, esta nueva "mecánica de trabajo, esta nueva modalidad de administrar conflictos ha permitido que los tiempos se mejoren". El tiempo, remarcó, "es algo muy importante en lo que es nuestra respuesta", citando casos pasados de causas judiciales que se extendían por "más de 20 años" y que "no debió haber pasado".
Otro avance significativo, dijo, se da en la transparencia y apertura hacia la ciudadanía. "Hemos avanzado mucho en poder darle acceso a la ciudadanía para que vez qué es lo que nosotros estamos haciendo", sostuvo el presidente de la Corte. Hoy, "cualquier ciudadano, cualquier persona y desde cualquier lugar de la provincia, del país, del mundo, puede ver cómo están sus causas judiciales porque tienen acceso directo". Además, la mayoría de las audiencias, cerca del 90%, son públicas y pueden verse a través de la página web del Poder Judicial. "Y eso hace a la apertura, hace a la transparencia y hace a la construcción de una nueva visión sobre la justicia, sobre el servicio de justicia", dijo.
Leiva destacó además las políticas desplegadas por la Oficina de la Mujer y la Oficina de Atención a la Víctima, que incluyen "políticas de Estado en términos de capacitación, en términos de generación de conciencia y de masa crítica sobre la temática". Esto es parte de las "tantas directrices de política institucional de esta Corte".
Un ejemplo tangible de la aceleración de los procesos se observa en la respuesta a la prevención del abuso contra niños, niñas y adolescentes. Leiva mencionó que, si bien la temática es una "verdadera tragedia para las víctimas", el ciclo de administración del conflicto se ha acelerado "priorizando el interés de la víctima". Hace no más de cinco años, "podía llegar a esperar un año una persona, una víctima, para contar con la posibilidad de tener acceso a una entrevista en Cámara Gesell". Hoy, "el acceso es prácticamente inmediato", brindando 36 turnos semanales en el Centro Judicial Capital. Para el presidente, esto es muy positivo "porque el hecho de mantener vivos estos procesos durante tanto tiempo genera una clara revictimización de las personas, de las víctimas".
Respecto a la situación económica general del país, Leiva afirmó que si bien "no nos es ajena", el Poder Judicial está "tranquilo" y con proyectos a futuro. Mencionó inversiones fuertes como el Laboratorio de ADN y el plan de inversión en inteligencia artificial, que incluye la adquisición de servidores.
Finalmente, se refirió a las obras de infraestructura, confirmando que se sigue avanzando en la finalización de juzgados de paz, como el de Tafí Viejo, y en el inicio de la construcción de otros nuevos en La Ceja y Ranchillos. La obra del Centro Judicial del Este "sigue marchando" y está pensada para finalizar hacia "fines del año 2026, principios del 2027". Leiva concluyó que esta es una obra "muy importante" porque la zona "tiene un alto grado de conflictividad y que merece tener una respuesta en calidad".





















