La historia detrás de las 27 noches
La película dirigida y protagonizada por Daniel Hendler, con dos millones de espectadores, fue una de las producciones de habla hispana más demandadas en Netflix, a nivel global, en los últimos dos meses. Se basa en la novela homónima de Natalia Zito basada, a su vez, en un caso real. La novela y la película ponen en tela de juicio la vejez y la salud mental.
Por Hernán Coronel para LA GACETA
El caso es identificable porque, en su momento, fue noticia en todos los medios nacionales. Natalia Kohen, una mujer de por entonces 88 años -mecenas, artista plástica, escritora- es internada por voluntad de sus propias hijas, bajo el aval de un reconocido neurólogo argentino, con el diagnóstico de demencia frontotemporal. Años después, Natalia Zito -narradora y psicóloga- publica Veintisiete noches, tras una larga investigación periodística en la cual recolecta decenas de testimonios y lee libros, demandas judiciales y notas periodísticas de toda índole. Así nació ese complejo libro que podría etiquetarse como no ficción.
Respecto del caso en sí, dice Zito que su posición personal está representada en el libro mismo: “Creo que la mejor definición me la dio Santiago Kovadloff. Me dijo: ‘Natalia, en su libro no hay inocentes’. Me ilusiona pensar que, ante situaciones familiares, alguien en función del libro o la película o ambas, puedan pensar: bueno, pará, ¿por el bien de quién estamos haciendo lo que hacemos o dónde comenzó esta situación? Las escenas familiares siempre comienzan antes de que se hagan visibles y si uno busca, en general se encuentra con antiguas responsabilidades, con que no siempre son inocentes quienes así lo aparentan”.
La película a la que la autora se refiere es homónima al libro, se estrenó el mes pasado a través de la plataforma Netflix y fue, durante varios días, la más vista en Argentina. Respecto de esa buena llegada al público, Zito dice que “ese paso de lo íntimo a la multitud me llena de alegría, pero también de estupor en el sentido de que la película existe, en cierta medida, gracias a mí y al mismo tiempo ya no me pertenece. Uno escribe en soledad, pero lleno de sueños, de anhelos de lectura, de personas que puedan leer y ponerse a pensar en relación a la lectura o simplemente pasarla bien. Pero claro, el terreno de los anhelos siempre es íntimo”.
Algunas diferencias
El film es protagonizado y dirigido por Daniel Hendler, junto a esa excelente actriz que es Marilú Marini, y presenta algunas diferencias respecto de la versión literaria original. Por ejemplo, el papel del mismo Hendler como el perito judicial Leandro Casares. Respecto de esa modificación en la estructura narrativa, Natalia Zito opina: “entendí que el lenguaje audiovisual tiene sus propias reglas y el tono de la película que estaban buscando necesitaba de un personaje que la llevara adelante y que, además, funcionara como contrapunto con la protagonista. Finalmente creo que el personaje que interpreta Hendler reúne en sí mismo una cantidad de personajes satelitales que tiene Sarah Katz [nombre ficticio de Kohen] a lo largo de la historia que narra el libro; es una forma de mostrarlos sin hacer un despliegue de personajes secundarios que funcionan para el libro, porque transmiten ciertos matices y la soledad en la que queda Sarah Katz, pero que podrían no haber funcionado en esta película. En ese sentido me parece eficaz”.
Debate necesario
Lo que la novela y la película ponen en tela de juicio, en definitiva, es el tema de la salud mental, algo que está muy debate -debate necesario, por cierto- por estos días. Los dos últimos capítulos del libro se desprenden de la no ficción y la narrativa, y se enfocan más en lo ensayístico sobre cuestiones como la insania, la adultez mayor, las leyes de salud mental, el análisis psicoanalítico del caso. Natalia Zito confiesa que “la locura es un tema que me ha fascinado desde que estudiaba en la facultad, lo he investigado desde diferentes perspectivas, pero recién ahora, pensando Veintisiete noches desde tantos ángulos, encuentro un punto en común entre locura y vejez que antes no había visto. En La vejez, un ensayo valiosísimo, Simone de Beauvoir dice que la vejez no es un hecho meramente biológico sino cultural. Es decir, no se puede pensar la vejez sin tener en cuenta el contexto. Con la locura ocurre lo mismo”.
Y, volviendo al origen de todo, detalla que “en 2017, cuando apareció la semilla para este libro, la psicoanalista y la escritora que hay en mí llevaban unos 10 años a los empujones. Cada una tiraba para su lado como vecinos que creen que no tienen nada en común. La primera vez que me puse a buscar información en internet sobre el caso, me empecé a entusiasmar, a fascinar por igual tanto leyendo papers sobre el diagnóstico, como fantaseando cuáles serían las alternativas narrativas para contarla. Ahí, la psicoanalista tuvo un gesto hacia la paz y dijo: esto podemos hacerlo juntas. La escritora sonrió y no hubo vuelta atrás. Veintisiete noches significó la reconciliación definitiva de mis dos profesiones”.
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PERFIL
Natalia Zito (Buenos Aires, 1977) es escritora y psicoanalista. Es autora de Agua del mismo caño (cuentos, 2014), Rara (novela, 2019), Veintisiete noches (ficción basada en hechos reales, 2021) y Traidores, escribir ficción con material autobiográfico (ensayo, 2022). Ha colaborado en JotDown, Clarín, Infobae y Anfibia.













