IMPORTACIONES. La industria es uno de los sectores más golpeados por el actual contexto macroeconómico. ARCHIVO
La crisis económica que atraviesa el país volvió a quedar reflejada en un dato que preocupa a empresarios, sindicatos y especialistas: durante la gestión de Javier Milei se perdieron al menos 126.000 empleos en la industria, un retroceso que, según advierten los analistas, difícilmente pueda ser compensado por otros sectores de la economía. El impacto sobre el empleo y el aumento del desempleo se consolidan así como uno de los principales desafíos del actual modelo económico.
Las cifras surgen de distintos registros oficiales que, al ser analizados en conjunto, permiten dimensionar la magnitud del fenómeno. Por un lado, el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) muestra una caída de cerca de 40.000 puestos de trabajo registrados en la industria manufacturera desde el inicio del actual gobierno. Sin embargo, al sumar los datos de la Cuenta de Generación del Ingreso del INDEC —que incluye empleo no registrado y trabajadores no asalariados— el número asciende a al menos 126.000 empleos perdidos en el sector industrial durante la administración libertaria.
La comparación toma como referencia el segundo trimestre del año en curso frente al mismo período de 2023, último dato plenamente comparable. Si el contraste se realizara con los meses finales de la gestión anterior, el resultado sería aún más severo, con una destrucción cercana a los 160.000 puestos de trabajo. No obstante, los especialistas aclaran que la estacionalidad puede introducir distorsiones metodológicas, por lo que prefieren ceñirse a la medición más conservadora.
Más allá de las diferencias técnicas, el diagnóstico coincide: la industria es uno de los sectores más golpeados por el actual contexto macroeconómico. “La pérdida de empleo industrial es particularmente grave porque no está claro qué actividad puede absorber a esos trabajadores. Los sectores que hoy aparecen como ganadores, como energía y minería, generan divisas, pero demandan poco empleo”, explicó en Ambito.com el economista Martín Alfie, fundador de Misión Productiva. En ese marco, el deterioro del mercado laboral se traduce en mayor desempleo y en un entramado productivo cada vez más frágil.
El impacto de las importaciones desde China
La preocupación quedó expuesta también en uno de los encuentros empresariales más relevantes del año, realizado en el Centro de Convenciones de Buenos Aires. Allí, industriales de distintos rubros coincidieron en señalar el impacto de la apertura comercial y el avance de las importaciones como uno de los factores que profundizan la crisis del sector. Una palabra se repitió en los pasillos: China. El ingreso masivo de productos provenientes del gigante asiático atraviesa toda la cadena de valor, desde el acero y las autopartes hasta bienes de consumo final y estructuras industriales prefabricadas.
“Con mejores condiciones laborales e impositivas podemos competir con empresas de la región, pero no podemos competir contra un Estado”, sostuvo Lucas Salvatore, director de IDERO, una firma con cuatro plantas productivas y alrededor de 350 empleados. Para el empresario, la falta de una estrategia de política industrial coherente se traduce en pérdida de competitividad y en más empleos en riesgo, en un contexto de fuerte contracción del consumo y parálisis de la obra pública.
Vaca Muerta, una oportunidad para pocos
Otro de los ejes de debate fue el rol de Vaca Muerta. Para algunas empresas industriales afectadas por la caída de la demanda interna y el aumento de las importaciones, el complejo energético aparece como una posible vía de reconversión. Para otras, en cambio, existe el riesgo de que se convierta en una oportunidad desaprovechada si no se implementan políticas que permitan agregar valor local y desarrollar proveedores nacionales, capaces de sostener el empleo industrial.
El contexto internacional también influye. La guerra comercial y el redireccionamiento de excedentes productivos de China generan una presión adicional sobre los mercados abiertos. Martín Berardi, presidente ejecutivo de Ternium, aportó datos que encendieron alarmas: el país asiático concentra cerca del 35% de la producción manufacturera mundial y continúa incrementando su inversión en ese sector. En paralelo, Argentina profundizó su apertura comercial y las importaciones de acero crecieron alrededor de un 80%, golpeando de lleno a la industria local.
La reforma laboral esperada por los empresarios
El cierre del encuentro estuvo marcado por un diálogo entre Paolo Rocca, CEO del Grupo Techint, y Patricia Bullrich, quien recibió aplausos del auditorio pese al duro diagnóstico sectorial. El reconocimiento estuvo ligado al rol que la ex ministra asumirá en el Congreso para impulsar la reforma laboral promovida por Milei, una iniciativa que el Gobierno busca tratar con rapidez y que despierta un fuerte rechazo en la oposición y los gremios.
Desde el movimiento sindical, la respuesta no se hizo esperar. La CGT anunció movilizaciones contra el proyecto y dirigentes de distintas centrales advirtieron que la reforma podría profundizar la precarización y el desempleo, en un escenario ya marcado por la destrucción de puestos de trabajo en la Industria. Para los sindicatos, la discusión sobre modernización laboral no puede separarse del debate sobre el modelo productivo y la protección del empleo.
Aunque el proyecto oficial incorporó algunos cambios impositivos de último momento, los empresarios reclaman una reforma tributaria más amplia. Desde el Ejecutivo piden paciencia y aseguran que esas modificaciones llegarían recién a mediados de año, al tiempo que señalan la presión fiscal provincial y municipal como uno de los principales obstáculos para la competitividad.
Rocca, por su parte, habló de “presión muy importante y dificultades” para muchas empresas y pidió una “apertura inteligente” que contemple la defensa de la estructura productiva nacional. Bullrich sorprendió al reconocer que una liberalización acelerada ya tuvo efectos negativos en el pasado y sostuvo que el Gobierno busca evitar ese camino extremo. Sin embargo, por ahora, los números del empleo industrial y el aumento del desempleo muestran que la crisis económica sigue profundizándose y que la industria continúa siendo una de sus principales víctimas.



























