22 Abril 2006
Entrampados por las circunstancias. Así están José Alperovich, Fernando Juri y sus respectivos adláteres. Los hechos los sobrepasaron y hoy, más que nunca, están al borde de una crisis política con repercusiones institucionales. La inquietud es principalmente de los seguidores, porque están muy cerca de tener que adoptar decisiones que dirán dónde está parado cada uno y cuál bando quedará en desventaja. No es un dato menor de cara a un tiempo de definiciones sobre el futuro de todos - de jefes y de tropas-, mirando hacia 2007.
Los mensajes públicos de paz de Alperovich y de Juri no calman los miedos de los de abajo, que ven que la sociedad se resquebraja de a poco, a causa de los gestos unilaterales del mandatario -fortalecido por sus victorias electorales-, y de la actitud de Juri de no tensar demasiado la cuerda de la relación política. Los legisladores peronistas -sabedores de que el poder no se comparte- rezan para que no se cumpla lo que vienen intuyendo: la fractura.
Por ahora, el mantenimiento de la conveniente sociedad los viene salvando de tener que dar la cara y enfrentarse unos a otros por sus respectivos líderes. Por eso, en este fin de semana, aguardarán ansiosos que Alperovich y Juri se reúnan y envíen señales tranquilizadoras. La posibilidad de una crisis institucional está a la puerta de los protagonistas por razones políticas. Y nadie quiere abrirla, aún.
Los mensajes públicos de paz de Alperovich y de Juri no calman los miedos de los de abajo, que ven que la sociedad se resquebraja de a poco, a causa de los gestos unilaterales del mandatario -fortalecido por sus victorias electorales-, y de la actitud de Juri de no tensar demasiado la cuerda de la relación política. Los legisladores peronistas -sabedores de que el poder no se comparte- rezan para que no se cumpla lo que vienen intuyendo: la fractura.
Por ahora, el mantenimiento de la conveniente sociedad los viene salvando de tener que dar la cara y enfrentarse unos a otros por sus respectivos líderes. Por eso, en este fin de semana, aguardarán ansiosos que Alperovich y Juri se reúnan y envíen señales tranquilizadoras. La posibilidad de una crisis institucional está a la puerta de los protagonistas por razones políticas. Y nadie quiere abrirla, aún.
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