La peligrosa precariedad de los efectos especiales

Por lo general, el público no llega a enterarse de las extrañas situaciones que viven los actores detrás de bambalinas. Accidentes, caídas, misteriosos ataques de pánico y apariciones extrañas se suceden en el ambiente teatral. Incluso, hasta se produjeron situaciones muy serias.

EN ESCENA. Ricardo Kanan en plena labor en una obra del radioteatro. EN ESCENA. Ricardo Kanan en plena labor en una obra del radioteatro.
15 Febrero 2009
El actor y director teatral Carlos Kanán elude la mala suerte cada año nuevo de una manera irreverente: derrama champán en toda su casa. El ritual resultó ser eficaz para el teatrista, pero no lo absolvió de ser testigo de ciertas anécdotas sórdidas a lo largo de su carrera.
La tragedia se le acercó en un radioteatro, en 1970, y tuvo como víctima al recordado actor Ricardo Jordán. Durante los ensayos de la obra "Una flor, mi madre y yo", Kanán recuerda con impecable nitidez la escena de un disparo de arma de fuego.
"En una parte de la historia debíamos simular el sonido de un tiro. Ricardo se encargaba de generar el efecto. Fabricó una especie de bomba casera con un tornillo, una tuerca, un poco de azufre y pólvora. Me acuerdo que era un sonido bastante genuino porque él hacía presión sobre el tornillo y la pólvora generaba una fuerte explosión. Una vez decidimos llevar la obra en el Club Avellaneda. Esa noche se puso a preparar la bomba con anticipación y recuerdo que oímos el estruendo. Fue entonces cuando descubrí que el artefacto le había reventado en la mano, que desapareció por completo salvo por dos dedos. Cuando lo llevamos al hospital tuvieron que amputarle esos dos dedos y quedó con un muñón. Yo terminé reemplazándolo en la obra y decidimos entre todos los actores juntar fondos para ayudarlo. Por suerte se recuperó con el tiempo", contó Kanán.
Otro suceso escalofriante que tuvo a Kanán como testigo sucedió en la provincia de Chaco. "Aquella era la época de oro del radioteatro y vivíamos viajando a diferentes ciudades para presentar las obras. Eran giras que hacíamos entre los actores. Cuando llegamos a Chaco descubrimos que era un lugar recóndito, sin agua y sin luz. Ya nos habían advertido que tuviéramos mucho cuidado con las arañas y los animales de la zona, pero una actriz que trabajaba en otra obra fue al baño. Era una letrina precaria, y cuando ella entró una serpiente yarará la mordió y, a pesar de los esfuerzos, la joven murió", recordó el actor.

Comentarios