Un oficial reconoció que hubo errores en el libro de guardia

Jiménez asentó en el registro que el día del crimen del juez, los policías Domínguez y Fabersani habían salido a recorrer la ciudad.

17 Marzo 2011
La declaración del oficial de guardia de la comisaría de Banda del Río Salí, Dante Jiménez, fue uno de los sucesos destacados de la audiencia de hoy en el juicio por el asesinato del juez de Menores, Héctor Agustín Aráoz, ocurrido el 26 de noviembre de 2004. El policía, quien se desempeñó en la seccional el día del hecho, admitió que hubo errores en el libro de guardia, donde se registran los movimientos de la dependencia.

El abogado Dante Ibáñez, representante de la querella, señaló que en el registro se había asentado que los policías Rodolfo Domínguez y Andrés Fabersani (ambos acusados de encubrimiento) habían salido a hacer una recorrida, a las 23.28 y remarcó que esto era falso. "Yo soy un ser humano, propenso a equivocaciones. No es que me he equivocado sino que me di cuenta en ese horario que no estaban", explicó el efectivo.

Por su parte, Domínguez afirmó que la declaración de Jiménez era correcta porque reflejó lo que ocurrió ese día en la comisaría. "Era un día atípico. Había mucha gente. Además, la dependencia tiene varias entradas y salidas, por lo que puede escaparse el movimiento del personal. Cuando requerían mi presencia en algún hecho, salía rápido y no tenía tiempo de avisarle al jefe de guardia que me retiraba", argumentó.

La tarde del 26 de noviembre de 2004, Aráoz fue acribillado en su casa de la avenida Aconquija al 2.900, de Yerba Buena. Se sospecha quelos ex policías Alejandro Darío Pérez y Ema Gómez fueron los autores del crimen. Según la hipótesis oficial, un presunto conflicto sentimental habría desatado los disparos.

Domínguez,Fabersani y Rubén Albornoz están imputados de encubrimiento agravado eincumplimiento de los deberes del funcionario público. Ellos trabajabanen la comisaría de Banda del Río Salí. Pero, por pedido de Gómez,se desplazaron hasta Yerba Buena e intervinieron en el caso. El fiscal Guillermo Herrera sospecha que destruyeron pruebas o permitieron que esto sucediera, pero ellos afirman que actuaron de buena fe. LA GACETA ©

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